domingo, 11 de julio de 2010

FIESTA DE JAZZ EN EL CARIBE


Cuba siempre es noticia. Estos días, además, ha vuelto a ser foco de atención en el plano político debido a las mediaciones que se estaban realizando entre Iglesia y el régimen castrista -y en las que el gobierno de España iba a ayudar-, para que se liberara al mayor número de presos políticos; sobre todo, aquellos que se encontraban en unas condiciones de salud delicadas o graves. Y como hemos podido conocer, las conversaciones han tenido éxito y se ha liberado algo más de la cincuentena de esos presos con el añadido de que Fariñas (que mantenía una huelga de hambre como protesta y que se encontraba ya en una situación más que de límite, en cuanto a su salud), tras conocerse esa decisión, abandonaba su actitud.

¿Y dónde encaja todo esto, en relación a lo queremos contar en cuanto a la música? Pues que los protagonistas de nuestra historia musical son cubanos y que, además, todo ha ocurrido estos días en los que se encuentran de gira por España. Se trata del pianista, Chucho Valdés, y su nueva banda a la que llama los Mensajeros Afrocubanos. Están regalándonos un adelanto del nuevo disco del pianista titulado "Chucho's Steps ("Las pisadas de Chucho")", que verá la luz el próximo mes de agosto. Hasta ese momento, aquellos que hayan tenido el olfato o el acierto de comprar una entrada para alguno de los conciertos que está dando por España, como el ofrecido en Jazz San Javier, pues está de enhorabuena ya que ha disfrutado de ese adelanto. Pero contemos qué ocurrió en San Javier (Murcia).

No diré nada nuevo, si afirmo que Chucho Valdés es uno de los exponentes máximos de la música cubana, además de uno de los pilares del denominado "jazz latino". Tampoco descubriré aspectos nuevos de su cátedra, pero intentaré describir al lector qué significó su concierto en el XIII Festival de Jazz de San Javier, al que regresaba tras participar en su edición número nueve.
Aquello fue una auténtica fiesta. Porque Chucho y sus muchachos llegaron dispuestos a que el público disfrutara en todos los sentidos: el musical y el festivo. Y, como no podía ser de otra manera, lo lograron una vez más.

"Misa negra" (el mítico tema de Chucho estrenado por primera vez con el grupo IRAKERE) fue la presentación musical de un concierto que en estas primeras notas, nos situaba en la Cuba más tradicional. Esa Cuba que muchos de nosotros conocemos más por el cine, que por haber tenido la posibilidad de haber estado en ella. Es esa isla del Caribe que huele a ron y mojito; la que suena a boleros y cha, cha, chás. La Cuba del "Tropicana", en cuyo escenario han tocado generaciones de excelentes músicos como el padre de los Valdés: Bebo.

Pues bien. Una vez ya situados, los Mensajeros Afrocubanos tomaron un pasaje de "Un americano en París"; unos compases de música clásica; ritmos caribeños y africanos; un último toque de estructuras de jazz, lo batieron todo perfectamente y el resultado fue "Danzón", una de las piezas que podremos encontrar en ese nuevo disco de Chucho Valdés. Y como la cosa ya comenzaba a calentarse, pues había que echar más leña al fuego. Y para ello, nadie mejor que Mayra Caridad Valdés, hermana de Chucho, que cuenta con un prodigio de voz y de presencia escénica como para adentrarnos en la tradición "yoruba" cantándole a "Obatalá" que en la santería se sincretiza con la Virgen de las Mercedes.

Su canto fue definitivo, para que todo el auditorio del Parque Almansa se entregara sumiso a estos placeres. Pero antes de ello, Chucho y sus Mensajeros Afrocubanos nos habían deleitado con un homenaje a la familia Marsalis, a través de "Nueva Orleans", en la que Valdés recoge una amplia muestra de los estilos que conforman el sonido de esa ciudad del Mississippi. Otra partitura que nos devuelve a los ritmos afrocubanos, "Yansá", antes de que Chucho Valdés nos presentara su readaptación o visión sobre el clásico de Cole Porter, "Begin the beguine", y que para su nuevo disco ha titulado "Begin to be good". Lo destacó el pianista cubano pero, para mí, no sólo fue así si no que además, me trajo el recuerdo del desaparecido Dizzy Gillespie por su forma de tocar y cómo inflaba los músculos bucinadores de la cara para tocar la trompeta: se trata del magnífico músico cubano, Reinaldo Malián, a quien podemos ver en la siguiete foto de Marta Pinilla, en un momento en el que interpretaba con la corneta.

Hay más homenajes en "Chucho's steps", como el que tributa al también desaparecido teclista, Joe Zawinul, en "Zawinul mambo". Todo un derroche de imaginación musical el que nos presenta Valdés que respeta los sonidos del teclista pero, al tiempo, los adapta a su terreno caribeño del que no puede ni quiere renunciar.

Para rematar la noche, Chucho y sus Mensajeros Afrocubanos dejaron aún piezas definitivas, como “Los Pasos” o “Los caminos”. Aquello resultó contundente para que todo el mundo rindiera pleitesía a estos grandes músicos, que transmitían su alegría a los presentes y les hacían sus cómplices. A pesar de que era la noche del jueves, el auditorio pedía más y el catedrático Valdés lo concedió.

Había que animar aún más esa fiesta y Chucho solicitó a todos que bailaran. El parque Almansa se transformó en una pista de baile, a los sones de “San José”, con una Mayra Caridad que animaba al respetable, les levantaba de sus asientos (si es que quedaba alguno en esa posición) y bailaba con ellos desde el púlpito de apenas metro y medio sobre la primera fila de butacas. La locura se apoderó de todos los presentes y el foso se quedó pequeño. Tan animados estaban que el grupo no tuvo más remedio que volver a salir, pero esta vez lo hizo hasta el más reciente vástago de Chucho, Julián, de cuatro años de edad, que sentado al piano junto a su padre también animaba a los presentes, con una pieza en la que los ”güiros” se convirtieron en protagonistas y con la que finalizaba, definitivamente, el concierto. De nuevo, toda la banda agradecía la asistencia, mientras Chucho lanzaba un pronóstico para el domingo, día 11, en la final futbolística entre Holanda y España: “España 2, Holanda 0”. Dios le oiga, señor Valdés.


Todas la fotos están hechas por Marta Pinilla Aldaraví.


1 comentario:

  1. Joder, paisano, cómo se nota por tu crónica que captamos el mismo nivel de magia y excelencia en este conciertazo del, como muy bien dices, "catedrático Valdés" y su enérgica banda.

    Me alegra comprobar que no me equivoqué con el nombre y la edad de su hijo. Al aludir a él tuve mis dudas.

    Una pequeña aclaración para tus lectores: "Los pasos" hace referencia al tema que da título a su nuevo álbum, "Chucho's Steps", solo que Chucho, familiarmente, lo denomina así. Y el tema que le siguió fue "Los caminos", del gran Pablo Milanés. En la lista que te proporcionaron habían corregido la D por la L, y no al revés (aunque daba esa impresión).

    Esta tarde me traslado a La Torre de la Horadada. Procuraré acercarme a San Javier, aunque no sé cómo estaré de tiempo, para disfrutar de una noche de blues sin la presión de tener que escribir una reseña.

    Un fuerte abrazo.

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