miércoles, 20 de abril de 2011

LA MÚSICA DE KENNY NEAL NOS TOCÓ EL ALMA Y EL CUERPO


El "blues" es un género de amplísima aceptación en la música y San Javier (Murcia) es uno de los muchísimos puntos del Globo, en el que esta música gusta y mucho. Por ello, no nos extrañó que el cierre del XI ciclo "Músicas del Alma" fuera toda una explosión de diversión y disfrute para todos aquellos que tuvimos la suerte de ver a la banda de Kenny Neal y su invitada E. C. Scott. Ambos plasmaron con auténtica realidad, el alma inequívoca de este género musical que después de dos siglos de sus cánticos sigue levantando pasiones.

El grupo de Kenny –guitarra, armónica y voz- estuvo integrado por su hermano Fred, al piano. Otro de sus hermanos, Darnel, en el bajo eléctrico y su sobrino Tyree, en los teclados y guitarra. El grupo lo completaba el baterista, Bryan Morris. Con esta formación, Kenny Neal apareció en el escenario de la carpa del Parque Almansa a los sones de “Blues leave me long”, una de las piezas que se incluye en su anterior disco titulado “Let Life Flow”, cuyo tema también formó parte del amplio repertorio que sonó durante más de dos horas.


“Hooke on your love” (“Enganchado en tu amor”) es el nuevo cd que Kenny Neal ha puesto en el mercado y con el que una vez más, este ya legendario músico –a pesar de su todavía juventud- consolida a la amplia familia Neal dedicada al género y a su parcela del “swamp-blues”, que nos adentra en el mismo corazón de las tierras de Louisiana o en un viaje por las aguas del Mississippi. Es “blues” en estado puro a cuyo ritmo no puedes, ni debes, dejar de entregarte porque se te pega en la piel; te atrapa sin remedio y acaba convirtiéndose en una parte más de tu ser.

“Old friend”, “Any fool wood do” o “These old blues ain’t so bad” fueron más piezas que iban conformando no sólo un concierto, sino toda una fiesta a la que no se podía faltar porque tanto Kenny y su familia como la propia E.C. Scott, te estaban invitando sin contemplaciones. E.C. Scott realizó su aparición con un tema tremendo, que te enganchaba ya desde la primera nota: “He ate the apple”.

La trayectoria de esta cantante con más de 30 años de patear escenarios es, cuando menos, muy curiosa. A los 16 años ya cantaba “gospel”, pero escuchó un “blues” y de inmediato quedó atrapada por esa música. Su madre le intentaba quitar esa “diabólica” idea de la cabeza porque esa música no podía traer nada bueno. Pero E.C. Scott no cejó en su empeño y gracias a la radio y a sus hermanas, el “blues” entró en su vida con plenitud. Lo curioso es que la cantante optó por casarse y tener familia. Cuando sus hijos llegaron a la edad escolar, E.C. Scott los reunió y les explicó que su pasión era cantar y ahora que ellos ya podían valerse retomaría su pasión. Los hijos la animaron a ello y de esa manera, el “blues” recuperó a una de sus más dulces, sensuales y sexys voces que posee el género.


Una clara muestra de lo que les cuento, es esta foto de Marta Pinilla que precede a esta línea, en la que podemos verla cantando, bailando y disfrutando junto a los espectadores. Y es que tanto E.C. Scott como el grupo de Kenny Neal supieron “atrapar” a los espectadores de inmediato que a esas alturas del espectáculo estaban absolutamente entregados a estos grandísimos artistas.

El propio Kenny se había acercado antes al público, cuando tom`´o la armónica para crear un "climax" de auténtico campo de algodón a los sones de esas notas inequívocas de una música que es uno de los iconos del pueblo negro norteamericano.

En definitiva –y como habíamos previsto-, el cierre a esta edición número once del ciclo “Músicas del Alma”, en San Javier, superó con creces las expectativas creadas a priori dejando entre este público fiel, un sensacional e imborrable recuerdo de una noche irrepetible por toda su musicalidad, entrega y mejor fiesta para los sentidos y sensaciones personales de quienes tuvimos la fortuna de participar en el mismo.

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