martes, 19 de julio de 2011

DOKY CREÓ AFICIÓN. LILA DOWNS PUSO LA TRADICIÓN.

El pianista danés, Niels Lan Doky.
Jazz San Javier presentó una noche de sábado deliciosa, a través de los conciertos que ofrecieron en su XIV edición, el trío del pianista danés Niels Lan Doky, y de la cantante mejicana, Lila Downs. Dos conceptos de música absolutamente diferentes, pero ambos con su encanto y enganche que procuraron al auditorio del Parque Almansa poco más de tres horas de sumo placer musical.
La primera parte de esta novena jornada de Jazz San Javier estuvo dedicada al piano; instrumento que en este festival se mima bastante, como también al jazz europeo. Una nueva muestra de ello ha sido el contar con el trío del pianista danés, Niels Lan Doky, al que acompañaban dos jóvenes talentos de 21 y 18 años respectivamente: Jonathan Bremer, en el contrabajo, y el baterista Niclas Bardeleben. Lan Doky es un consumado músico que durante sus 29 años en Nueva York y Paris ha sabido moverse por diversos círculos del jazz. Tan es así, que los nombres más destacados del género en Estados Unidos han contado con su concurso en infinidad de ocasiones. Niels Lan Doky presentó un concierto basado, sobre todo, en su más reciente disco titulado Human Behaviour (La condición humana), abriendo su actuación en San Javier con “Home sweet home”, para continuar con “Poem for a Dolphin”.
Todos los temas que fueron conformando este concierto son obra del pianista danés. De este disco -que fue presentado el pasado primero de julio de este año, en el Festival de Jazz de Copenhague-, Niels Lan Doky extrajo casi todas sus creaciones para su nueva visita a San Javier. Como “Contemplation from a mountain top” o el que da título al disco, que contiene aires exóticos y una melodía que te atrapa sin remedio.


Jonathan Bremer.
Niels es una persona muy didáctica y así se comportó durante su actuación, explicando brevemente cada tema que interpretaba. Tras esa pieza más rítmica, un tiempo para la balada con “The miracle of you”, en la que Bremer y Bardeleben (ambos músicos muy jóvenes, como indicábamos anteriormente) reiteraban su exquisitez para interpretar con un comportamiento como al recordado Tete Montoliu le gustaba: acompañar, no molestar.

Y tras ello, una original versión del inmortal tema de Gershwin “Summertime”, de su ópera Porgy & Bess, cuyo peso melódico central corrió a cargo del contrabajista, Jonathan Bremer, que volvió a arrancar grandes aplausos del público. Como quiera que el ambiente fuera propicio, el trío atacó otra pieza conocida del grupo Coldplay titulada “Yellow” con lo que Niels Lar Doky proporcionaba un poco de ritmo y otro poco de sosiego musical.

Niclas Bardeleben.
La música clásica está presente en todo pianista y la de Juan Sebastián Bach, mucho más. Por ello, no nos extrañaba que Lan Doky se recreara sobre una popularísima pieza del compositor de las célebres Cantatas, en un resultado que ha titulado “Jesus joy of man’s desiring” que resultó espectacular y a los más veteranos aficionados nos trajo el recuerdo del pianista francés, Jacques Loussier, que ya en la década de los 60 llevó a cabo un trabajo muy serio de la música de Bach adaptada al jazz.
Con “Rough edges”, el trío de Niels Lan Doky llegaba al final, en un concierto que fue sencillamente de matrícula y de los que crean afición. Pero estábamos en San Javier y su público siempre pide más después del programa oficial. Y el trío, como siempre ocurre, concedió un bis que, como él mismo explicó, se trataba de un medley o popurrí de varias de sus piezas en la que se incluía, para finalizar, una adaptación de los “Recuerdos de la Alhambra”, de Tárrega, que su padre interpretaba a la guitarra y que Lan Doky ha transcrito para piano. Además de ésta, también escucharíamos “Where the ocean metes the shore”, un “Interludio” para piano y “The woman from London”, que forma parte de su disco “Regreso a Dinamarca”. Con esta mezcla de temas, el trío del pianista danés, Niels Lan Doky culminaba un concierto sensacional que, sin ninguna duda, también va a pasar a formar parte de los más recordados por los aficionados que cada noche se dan cita en Jazz San Javier.

Niels Lan Doky Trío.
La segunda parte de esta novena jornada tuvo otro decorado claramente bien diferente. Poco que ver con el jazz, aunque podía entrar en esos terrenos, en algún momento. Se trataba de la gran Dama de la Canción Latinoamericana, la mejicana, Lila Downs, que presentaba todo un espectáculo de la más tradicional música mejicana, que inició con “El relámpago”. Después, Lila se dirigió al público para agradecer el poder compartir con otros músicos este espacio que es Jazz San Javier abrir la mente y llegar hasta un estado espiritual. Tanto, dijo Lila Downs, como el que proporciona, subrayaba, la mujer que cura con “Aguas de rosas”.

Lila Downs comienza su concierto en Jazz San Javier.
Lila también es una cantante muy dada a comunicarse con el público y por ello, sus explicaciones previas a cada pieza de las que interpretaba nos situaban en el marco que fueron creadas. Es el caso de “Yo envidio el viento” que según Lila, se da entre la frontera entre Méjico y Estados Unidos; el lugar, destacaba, donde se acuna la envidia. Una pieza que mezclaba las dos influencias musicales de Lila Downs.

Las raíces de esta mejicana nacida en Heróica Ciudad de Tlaxiaco, Oaxaca (Méjico) hace casi 43 años son las de sus padres; un profesor norteamericano, Allen Downs, que viajó hasta Méjico para rodar un documental. Allí conoció a la cantante, Anita Sánchez (su madre), de la que se enamoró. El fruto de ese amor fue Lila Downs, que con el tiempo se iba a convertir en una de las voces latinoamericanas más importantes. Su trayectoria es dilatada y ha transcurrido entre Méjico, California y Minnesota, éstos dos últimos en Estados Unidos. Tras licenciarse en Canto y Antropología, Lila regresó a su Méjico querido y se dedicó a cultivar y preservar las tradiciones cuyo fruto, se refleja en sus once discos y las actuaciones que lleva a cabo por toda América Latina y Europa.


Derramando el mezcal, durante la canción dedicada a esta bebida tradicional mejicana.
“Comalito” fue otro de los temas que interpretó en San Javier y que formará parte de su nuevo disco (próximo a salir al mercado) “Pecados y Milagros”. Pero Lila Downs celebra en esta gira que realiza por España y el resto de Europa, el milagro de la vida al haber sido madre por primera vez y tras haber perdido toda esperanza sobre ello. Un aspecto que según ha declarado estos días la propia cantante, “le ha hecho ver la vida de otra manera y creer en la vida misma”.

Una muestra de sus influencias norteamericanas la dejó a través de “Minimun Wage”, tras una grandiosa interpretación vocal con “La martiniana”. Luego seguirían “Mezcalito” –canción dedicada a la prima hermana del tequila: el mezcal- y las tradicionales “Cucurrucucu Paloma” o “La cucaracha”, ésta última con una muy original versión.

El ambiente creado durante el concierto acompañaba a cada canción.
El grupo que arropa a Lila Downs está formado por Paul Cohen (su esposo), al saxo y clarinete; Rafael Gómez, en la guitarra (con claras influencias de Carlos Santana); Carmen Staaf, en el acordeón, piano y voces; Carlos Henderson, bajo; Yayo Serka, batería y percusión; Antonio Ximénez, trompeta, y el trombonista, Norman Hogues. “Cumbia del mole” o la espiritual “La llorona” nos situaron totalmente entre los pueblos y ciudades de Méjico. Y el concierto acababa con una pieza muy rítmica –que sirvió para presentar al grupo- titulada “Perro negro”.

El auditorio insistió acentuadamente, para que Lila Downs y su grupo regresara al escenario y ofrecer alguna canción más, lo que hicieron casi sin que tuvieran que rogar mucho más. Y de qué manera, con un bolerazo titulado “Un poco más”, que derramó por todo el auditorio un halo romántico provocando que las parejas allí presentes se abrazaran e incluso algunos, se arrancaran a bailar. El público pedía canciones concretas y Lila se mostraba halagada por ello. Por eso se arrancó con “Tacha La Teibolera”, para complacer esas peticiones.


Lila Downs expresa con sus letras, su música, su voz y sus expresiones.
En resumen, esta novena jornada en Jazz San Javier tuvo dos partes bien distintas. La primera, para hacer afición al jazz con el pianista danés, Niels Lan Doky. En la segunda parte, los ritmos más tradicionales de Méjico se hicieron los dueños del auditorio del Parque Almansa, con la magnífica voz de Lila Down, que cautivó a este público que casi llenaba la sede de este festival.

Dentro de siete días, Jazz San Javier regresa con dos conciertos antológicos sobre el papel. El guitarrista John Scofield y su cuarteto, para dar paso después a Eric Burdon y sus Animals, que recibirá el Premio del Festival de esta edición, a toda una carrera musical.

Todas la fotos son obra de MARTA PINILLA ALDARAVÍ.


La magnífica banda que acompañó a Lila Downs.

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