miércoles, 18 de julio de 2012

JAZZ EUROPEO Y ROCK ESPAÑOL EN SAN JAVIER

Tingvall Trío en su concierto de San Javier.
En Jazz San Javier, las citas musicales suelen tener colores y estilos diversos. La segunda jornada de su XV edición ha sido una más de ellas, protagonizada por el regreso del Tingvall Trío –jazz europeo de vanguardia- y por el rock internacional hecho por músicos españoles, como es el caso del guitarrista madrileño Jorge Salan, que llegó al auditorio del Parque Almansa acompañado de sus invitados entre los que destaca, por mérito propio, un rockero universal: Miguel Ríos. Noche, pues, muy propicia en lo musical para un sábado auténticamente veraniego, que nos regalaba las fragancias marinas del cercanísimo Mar Menor murciano.
El Tingvall Trío compuesto por el sueco Martin Tingvall , al piano; el cubano Omar Rodríguez Calvo, en el contrabajo, y el baterista alemán, Jürgen Spiegel, presentaban en su regreso al festival, su último trabajo discográfico titulado “Vagen” y que supone el cuarto de su trayectoria musical. El trío inició el concierto, con una pieza del propio Martin Tingvall dedicada a “Sevilla”, que logró arrancar los primeros aplausos del auditorio.


El líder y pianista, Martin Tingvall.
Tras presentar a la banda, Martin Tingvall y sus compañeros atacaron “Nimis”, “Sheik shröder” y “Hösgtid” que envolvieron al público, una vez más, en los ambientes tan particulares que crea este curioso trío europeo cuyas fusiones musicales les han colocado en las primeras posiciones de los grupos punteros del jazz en Europa. Ese estilo se hizo presente en piezas que ya conocíamos de sus anteriores visitas a San Javier, como “Mustache”, “Hajskraj”, o una pieza más de su más reciente grabación, “Vaggvisa/Mogon”, junto con el tema que da título al disco: “Vägen”. Y culminó esta larga serie, con una creación mucho más jazzística, al más puro estilo de los grandes músicos del género titulada “Mjau”, de su segundo disco titulado "Norr".

El contrabajista cubano Omar Rodríguez Calvo.
Las piezas que compone este trío internacional tienen un claro reflejo de la diversidad cultural de sus integrantes, como queda patente en todas sus creaciones. Pero además, Tingvall Trío lo hace fácil para el espectador al que “engancha” de manera irremisible logrando, incluso, a transportarle a los imaginarios escenarios naturales en los que esa banda sonora podría estar formando parte de los mismos.

Jürgen Spiegel, el batería del grupo residente en Hamburgo.
Con “Tuc Tuc man” dieron por acabado su concierto en la presente edición del Jazz San Javier, aunque el público no les dio tregua y pidieron más cediendo el trío a tanta insistencia.  Un tema más fue el regalo de Tingvall Trío al auditorio de Jazz San Javier, en su regreso a la que ya consideran una de sus casas. Magníficos y extraordinaris, como siempre.

El guitarrista madrileño Jorge Salan.
La segunda parte fue absolutamente contraria a cargo del guitarrista madrileño Jorge Salan, que llegaba a esta cita por primera vez, a pesar de que lo suyo es puro rock y poco tiene que ver con un escenario que, básicamente, dedica la mayor parte de su programa a la música de jazz y sus derivados. Pero una de las señas de identidad de este festival de San Javier es su atrevimiento, como lo ha demostrado en diversas ediciones (recordamos los conciertos de country, o las incursiones en la música africana de Richard Bona, o la visita de Lyla Down en la pasada edición, con un amplio repertorio de la música popular mejicana) y no por ello ha perdido su esencia. Desde que escribo sobre el mismo (y he asistido a las XV ediciones), siempre he mantenido la similitud de San Javier (salvando las lógicas distancias) con Montreux (la diversidad de estilos que en la ciudad suiza se concentran, bajo el epígrafe del jazz). Por ello, en esta ocasión la dirección de Jazz San Javier ha apostado por una de las mejores guitarras del rock español a nivel internacional (no se olvide que Jorge Salan desarrolló buena parte de su formación en Estados Unidos) habiendo tocado con parte de los grandes nombres del género.

Fernando Mainer y Pau Álvarez, al fondo.
A tenor de cómo se encontraba el anfiteatro del Parque Almansa, acordaremos que no fue tan disparatado; sobre todo cuando más adelante, les cuente la sorpresa que Salan y la dirección del festival nos tenían preparada. Pero, de momento, relatemos lo que fue este enorme concierto del rock más potente  que se registra en la actualidad en nuestro país. Jorge Salan comenzó con “Depredador” y “Mar de Cristal”, para que el auditorio fuera entrando en materia. Para ello, Salan realizó la prueba del nueve: el personal tenía que lanzar un grito, cuando el grupo dejara sonar unas primeras notas de “Tocar tierra”. Y vaya si estaban despiertos. Luego siguieron “Aprendiendo a perder”, “En la tormenta”, “Reflejos del ayer” (que cuenta las penurias de los músicos) o “La lluvia quedó atrás”, que terminaron por animar a un público que, en general, ya lo estaba y, sobre todo, altamente expectante sobre la sorpresa que el propio Salan había anunciado minutos antes.
Tras una demostración en toda regla del poderío musical del batería, Carlos Expósito, y del propio Jorge Salan en uno de sus muchos riffs que dejó al personal atónito, se anunció al primero de los invitados de la velada: el bajista Luisma Hernández. Su entrada en escena provocó un tema de U2, “Where the streets”. El bajista del grupo, Fernando Mainer, regresaba al escenario y junto a Pau Álvarez Santacatalina, en los teclados, la formación que presentaba el guitarrista para este concierto quedó nuevamente ordenada. Después atacó, recordando el homenaje que durante la pasada edición de Jazz San Javier se rindió a la memoria de Gary Moore, con uno de sus más conocidos blues: “The Sky is crying”. A renglón seguido, el violinista Roberto Jabonero (ex Celtas Cortos, entre otros) salió al escenario para hacer una pieza en acústico y un tema más de Gary Moore titulado Over the Hills and Far Away”, durante el que hubo un bello duelo entre Salan y Jabonero que resultó muy irlandés. Pero eso no era todo, porque habría otra pieza de duelo entre guitarra y violín y hasta una tercera que inició el propio Roberto Jabonero al estilo celta, interrumpido por un solo heavy de Salan al que respondía sin inmutarse ni achicarse el violinista, broma incluida. Bueno, el delirio se dejó ver en el público que daba clarísimas muestras de su disfrute. Y entonces fue cuando se disparó la traca final.


El batería Carlos Expósito.
Jorge Salan subrayó que si hace unos años, cuando era un chaval, le hubieran asegurado que compartiría escenario con todo un monstruo del rock en España, no se lo hubiera creído. Ese monstruo no era otro que MIGUEL RÍOS. Tres temas muy conocidos (el tercero compuesto junto a Salan) “Bienvenidos”, “Generación Límite” y “Subsuelo” pusieron el colofón a un concierto grandioso en el que, como se había anunciado, no faltaron las sorpresas. Unas sorpresas que, a tenor de la reacción del auditorio, supo a poco porque pidieron más y más.

El invitado sorpresa de Jorge Salan: Miguel Ríos.
En suma, una noche más a lo San Javier, con dos enormes y contrastados conciertos. La grandiosidad y belleza que nos proporcionaron en su regreso el Tingvall Trío y, a continuación, el rock potente y muy bien interpretado del madrileño Jorge Salan e Invitados. Noche de sábado noche que como es habitual, el público que asistió al Parque Almansa supo disfrutar a tope. Habrá que recuperse pronto, porque anuncia su llegada Ian Anderson y sus Jethro Tulls.
Las fotografías de esta XV edición de Jazz San Javier que se publican en estas crónicas son obra de GOIO VILLANUEVA.

Jorge Salan y su grupo con Roberto Jabonero y Miguel Ríos.

lunes, 9 de julio de 2012

EL XV JAZZ SAN JAVIER COMIENZA CON ÉXITO DE PÚBLICO Y MÚSICOS

El pianista italiano Giovanni Mirabassi
La XV edición de Jazz San Javier comenzó el pasado día 6 de Julio, tras una espera de muchos de nosotros que ya comenzaba a ser inquietante. Y es que esa inquietud, muy probablemente, se debe a que esta cita forma parte ya de las cosas imprescindibles que nos trae el tiempo estival. Pero, felizmente, llegó el día.

La primera parte fue todo un derroche de exquisitez y técnica, que protagonizaron el trío del pianista italiano -afincado en Paris-, Giovanni Mirabassi. La otra cara de esta jornada inaugural fue la fusión entre el rock-blues con ribetes de jazz, protagonizados por el cuarteto de maestros que conforman Renegade Creation.
 
La anunciada participación de Giovanni Mirabassi había creado una espectativa importante por verle en directo. Lo comento, porque muchos de los aficionados que se dieron cita en el Parque Almansa de San Javier poseen parte o casi toda su discografía y muchos de ellos, no habían tenido aún la ocasión de asistir a uno de sus conciertos. Tanto es así, que el propio trío nos confesó posteriormente que se habían quedado un tanto impresionados por la calurosa acogida del público.

Gianluca Renzi realizó un excelente trabajo al contrabajo.
Mirabassi es un pianista que se formó de manera autodidacta, escuchando a varios de los grandes de este instrumento en el jazz. Pero su mayor predilección siempre acaba en su paisano y mentor, Enrico Pieranunzi. En 1992, Giovanni Mirabassi se traslada, con tan sólo 21 años, a Paris; la capital de la bohemia por excelencia, para absorber todo lo que llegara a sus oìdos y manos e integrarlo a su música. Su llegada no fue como la de César; todo lo contrario. En una ciudad donde los artistas rezuman desde los adoquines de sus viejas y veteranas calles, el que acaba de llegar tiene que abrirse camino. Tardó seis años en ello haciendo los más diversos y duros trabajos en la música, hasta lograr grabar su primer disco en 1998. A partir de ahí, se preparó lo que hoy ha resultado toda una trayectoria labrada éxito tras éxito; dejando constancia de su idea del ritmo con cambios personales nunca antes imaginados y que, indudablemente, le han colocado como un pianista de toque muy personal, en el que destacan sus fraseos sencillos, el toque etéreo o sus sentimientos románticoas que emanan en cada una de sus piezas al piano.

Algunas muestras de ello fueron sus primeros temas de este concierto inaugural del XV Jazz San Javier tituladas "Viva Vendi", "Octubre" y "Vuelvo al Son", que tuvieron un acompañamiento magistral por parte de Gianluca Renzi, en el contrabajo, y del baterista cubano Lukmil Pérez. Ambos estuvieron sutieles en su técnica como Mirabassi, lo que proporcionaba al espectador momentos deliciosos para una noche que, como indicaba antes, acompañaba en lo meteorológico.

Una vez hechas las presentaciones, Giovanni Mirabassi desplegó un paraguas que ha hecho mella en su repertorio: la música hispanoamericana. La primera fue "Alfonsina y el Mar", en la que el trío repitió esa excelente técnica, sensibilidad y el toque personal de Mirabassi, forjado a base de escuchar a muchos, más tendencias y, finalmente, integrarlo todo en su campo creativo que enmarca, sin lugar a dudas, en el terreno del jazz.

Lukmil Pérez, el baterista cubano de Mirabassi.
Con otras tres piezas más en ese estilo tan singular tituladas "Nardis", "Somewhere in Seoul" y "The ancient oak" finalizaba el concierto que el trío de este pianista italiano ofreció en esta jornada inaugural del XV Festival de Jazz de San Javier, en la Región de Murcia.  Además de la suave brisa marina que llegaba desde el cercanísimo Mar Menor, Giovanni Mirabassi dejó en el auditorio un excelente recuerdo que, estamos seguros de ello, permanecerá en la memoria de todos nosotros.

Tan es así, que el auditorio pedía más y el trío concedió. La inmortal "Gracias a la vida" de la recordada Violeta Parra, dejó sonar sus notas en el Parque Almansa en una versión reinventada de la pieza a cargo de Giovanni Mirabassi. Delirio del público que volvió a premiar al trío, con una larga y calurosa ovación. Concierto así son los que crean afición por el jazz.

Los cuatro líderes de Renegade Creation.
Para la segunda parte de esta jornada inaugural del XV Jazz San Javier, nos trasladamos de escenario musical. Ritmos muy diferentes a los de Mirabassi, en ese acusado contraste de estilos como ya viene siendo habitual en cada una de las jornadas que prepara la dirección de San Javier. Sus protagonistas fueron el cuarteto de líderes individuales denominado Renegade Creation. Sus principales capitanes son los guitarristas Michael Landau y Robben Ford. Pero también la sección rítmica del cuarteto posee estrellas en sus bocamangas, como son los casos del bajista Jimmy Haslip, y el baterista Gary Novak. Cuatro auténticos "jabatos" de la música de fusión, que iban a desatar el frenesí y la locura de un auditorio que en ese momento de inicarse el concierto, se encontraba sosegado y feliz tras el paso de Mirabassi.

Una vez presentados por el director del festival, Alberto Nieto, sonaron las primeras notas de "On a mountain", una pieza de Michael Landau, que se completaban con los acompañamientos de Robben Ford. Fue el inicio de un concierto en el que el público iba a dar riendas sueltas a sus sentimientos y sensaciones reflejadas, un año más, en el famoso foso del auditorio junto al escenario. Tras esa tarjeta de presentación, Renegade Creation atacó una pieza de Robben Ford, "Just like it is", en la que el guitarrista dejó reminiscencias del famoso "wah wah" de Jimi Hendrix para, a renglón seguido, desatar sus ya famosos solos y toques muy conocidos por los aficionados de San Javier. Dos primeras muestras de fusión, que dieron paso a un "Riverside blues" de Ford en el que sus solos eran protagonizados, de manera alternativa, por ambos guitarristas.

Robben Ford y Gary Novak.
Tras ello, Robben Ford dio las gracias y las buenas noches presentando al grupo. Y de inmediato, las notas de "Whats up", a la que siguieron "All over again" y una creación del mítico Bob Dylan: "Too much of nothing". En ese momento casi se había llegado al ecuador del concierto y muchos aficionados, ya se agolpaban en el foso haciéndose un hueco como podían para poder estar más cerca de estas cuatro leyendas de la música contemporánea.

El cuarteto encarna el más puro rock-blues norteamericano, que viene haciendo estragos desde la década de los años 70 del pasado siglo XX. Fue aquel momento en el que los grupos británicos dejaron el protagonisto de la música pop a los norteamericano. Y es cuando hacia todo el mundo, una fuente fluida de estilos y tendencias dio de beber a muchísimos músicos y aficionados, sobreviviendo algunas de ellas al tiempo como las fusiones que Renegade Creation dejaron en la noche de Jazz San Javier.

Jimmy Haslip sentó una excelente base rítmica.
Dos temas más de Robben Ford, "The darkness" y "People like me" darían paso a otras dos de Michael Landau: "Bullet" y "Greedy Life". Ford ha sido, de los cuatro que forman Renegade Creation, el que en más ocasiones ha venido hasta Jazz San Javier. En consecuencia, su música y estilo es bien conocido por estos pagos. Por ello, nos aventuramos a indicar que en este concierto de la XV edición hemos podido comprobar una evolución muy cribada en su forma de interpretar. Ello no se traduce en algo bueno o malo, si no que la perspectiva que dan los años te llevan, de manera natural, hacia otros espacios y conceptos a los que no se había prestado tanta atención anteriormente.

Y llegó una composición del batería Gary Novak titulada "Brothers", que transpiraba su paso por la Electric Band de Chick Corea. En esa línea creativa, Novak compuso ese tema al que tan sólo le faltaba el piano de Corea, para que el sonido resultara total al del pianista norteamericano. El final del concierto se desarrolló como al principio: un tema de Robben Ford, "Nazareth", y otro de Michael Landau, "High low". Con ellos, se despedían del auditorio que, como no podía ser de otra manera, gritaba y silbaba sin parar para que llegaran los bises. Naturalmente, los músicos no se hicieron de rogar y regresaron al escenario ante el fervor de un público que "hervía". Así es que sonaron dos piezas más de Ford, que el respetable acompañó con su calor humano: "Set a date" y "Saint and Satan".

En resumen, una noche de inauguración completísima la que se registró en el XV Jazz San Javier, con dos partes bien diferenciadas: la delicadeza y sensibilidad del pianista italiano Giovanni Mirabassi, frente al frenesí y locura que proporcionaron Michael Landau, Robben Ford, Jimmy Haslip y Gary Novak; cuatro líderes que conforman Renegade Creation.

Las fotografías de esta XV edición de Jazz San Javier que se publican en estas crónicas son obra de GOIO VILLANUEVA.

El guitarrista Michael Landau.