jueves, 9 de julio de 2015

JACKSON BROWNE DEJA SU ESTELA MUSICAL Y SOCIAL EN JAZZ SAN JAVIER.

El cantautor norteamericano Jackson Browne recaló con su gira europea en San Javier.

Los caminos por los que transcurre este festival de San Javier pueden parecer, en ocasiones, intransitables para el apartado musical que lo define. Sin embargo, lo que el equipo que lidera Alberto Nieto ha ido haciendo durante estos 18 años es introducir a otros músicos que poco han tenido que ver con el jazz para, de esa manera, atraer a otros públicos que nunca o casi nunca han transitado por este género y que tras su visita a San Javier por un motivo como este concierto, se han quedado ya como asiduos.

Tenemos varios ejemplos, si se revisa la historia de Jazz San Javier, y el de Jackson Browne es el último de esa lista. Este compositor y cantante nacido, por razones del destino laboral de su padre, en Heidelberg (Alemania) en 1948, se iba a convertir años más tarde en todo un icono de la música y la conciencia social. Su padre era un soldado norteamericano y estaba destinado en el país europeo. Su madre había nacido en Minnesota, pero su ascendencia provenía de Noruega. El matrimonio tuvo tres hijos más, pero tan sólo Jackson (cuyo verdadero nombre es Clyde Jackson Browne) se ha dedicado a la música desde muy pequeño. A los tres años, se trasladó a California y unos años más tarde (aún siendo un adolescente) comenzó a cantar folk por locales de Los Ángeles.


Browne tuvo unos comienzos muy ajetreados. Se traslada a Nueva York; al tiempo, se une a la banda The Nitty Gritty Dirt Band, con la que actúa por California y logran ser teloneros de otras formaciones de los años 60 ya consagradas, como Lovin' Spoonful y con la que realizaría sus primeras grabaciones de sus, también, primeras canciones. Tuvo una relación sentimental con la cantante alemana de la Velvet Underground, Nina, a la que ayudó en su disco debut tocando y aportando algunas de sus canciones. Pero no fue hasta que el propio artista grabara las canciones que componía para otros, cuando la revista Rolling Stone se refirió a Jackson Browne como una firme promesa de la música norteamericana.


El cantante interpretando uno de los primeros temas de su concierto en Jazz San Javier.

Los acordes de los primeros temas comenzaron a sonar. Aparecieron canciones de su amplísima discografía como"Barricades of heaven", Just say yeah", "Long way around" o "Leaving winslow", que provocaron el entusiasmo de sus incondicionales y crearon un ambiente de "buen rollo" en todo el auditorio del Parque Almansa.

El grupo que acompaña a Jackson Browne en esta gira posee una sobrada y contrastada trayectoria. Está conformado por Shane Fontayne, guitarra; Greg Leisz, guitarras, pedal y lap steel; Jeff Young (magnífico, por cierto, en los coros), piano y teclados. El bajista Bob Glaub, al que complementa Mauricio Lewak, desde la batería. Y una cantante que supo cómo adornar las diferentes canciones de Browne llamada Alethea Mills. Con esa banda, Jackson Browne fue desgranando un concierto repleto de enormes recuerdos para los que han gustado de su música durante estos más de 40 años, pero también para volver a remover las conciencias de sus otras batallas contra la degradación del medio ambiente en asuntos como las centrales nucleares, sus ideas políticas liberales o sus colaboraciones en los conciertos de Amnistía Internacional y Fard Aid; ésta última, una institución que trabaja en favor de los granjeros norteamericanos, concienciando a la sociedad de aquel país de la importancia de su agricultura y teniendo unos fondos de ayuda para casos extremos. Todas estas actividades paralelas a la música, le han traído problemas en su trayectoria artística. Pero Jackson Browne ha sabido zafarse de las dificultades con absoluta serenidad y siempre, una y otra vez, contraatacando con iguales o parecidos argumentos a través de sus armas: Las letras de sus canciones y su música. Una música que ha sido como una fuente inagotable, en la que han ido bebiendo para saciar la sed del camino, grupos y solistas como James Taylor, Crosby, Stills, Nash & Young, Gregg Allman o Linda Ronstadt, entre muchos otros conocidos del amplísimo espectro musical norteamericano. Otra gran activista política y social como Joan Baez, también cantó y grabó temas de Jackson Browne, como también el "boss" Bruce Springsteen.


Browne en otro momento de su concierto.

Como todos los grandes de la música, Jackson Browne fue distribuyendo con maestría su gran repertorio de canciones, algunas de ellas recogidas en su más reciente álbum de estudio. Temas como "I'm alive", "Brigh baby blues", "The birds of Saint Marks", "Standing in the breach" (que da título a ese último disco) o "Running on empty", con el que finalizó su concierto amplio (algo más de dos horas y media) en Jazz San Javier.

Obviamente, el auditorio demandaban bises y Browne y su banda premiaron al respetable con uno de sus iconos musicales y de los Eagles: "Take it easy". Tenía previsto "Stay", probablemente, uno de los mayores éxitos por el que se le conoce no sólo en España, si no en todo el mundo. Pero no hubo espacio para ella. Habrá que continuar recordándola en su grabación de 1977, incluida en su disco grande "Running on empty".


En resumen, un concierto para "viejos" amigos de aquella California de los años 60 del pasado siglo XX, cuna de la denominada "cultura hippye", en el que Jackson Browne ofreció un repaso a su amplia discografía, con acento especial en su más reciente grabación de estudio, al tiempo que insistía en su batalla sobre la conciencia social que propugna desde su juventud a través de sus letras y su actitud ante la vida (y ya va camino de cumplir los 67 añitos). Todo un carácter.


Todas las fotografías son obra de GOIO VILLANUEVA

Los aficionados se agolparon, al final, en el famoso foso del auditorio para estar más cerca de su ídolo.


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