jueves, 6 de agosto de 2015

LA CLAUSURA DE JAZZ SAN JAVIER PUSO CORAZÓN Y BLUES.

Carles Benavent y amigos rindieron homenaje a Chick Corea, con un concierto de grandísima altura musical. Después, Joe Louis Walker demostró por qué es uno de los mejores bluesmen del momento. El festival murciano se consolida entre los internacionales, con una edición que ha superado los 15.000 espectadores.

Alberto Nieto Director de Jazz San Javier.
La XVIII edición de Jazz San Javier se ha saldado satisfactoriamente, ya que durante sus 13 noches más de 15.000 espectadores han acudido a presenciar sus 24 conciertos; buena parte de ellos eran aficionados extranjeros. El director del festival, Alberto Nieto, en su alocución de la noche de clausura y antes de que comenzaran los conciertos, expresó su deseo de que todos los asistentes se hubieran divertido y disfrutado con todas las actuaciones programadas, destacando que en esa línea trabajan cada año y así van a continuar para el futuro. Su meta es que cada noche sea distinta a la anterior y en ese empeño es lo que intentan en cada nueva edición. La lluvia estuvo cerca de que esta clausura no pudiera celebrarse pero, finalmente, el cielo dio su tregua, se secó el escenario y los conciertos pudieron celebrarse aunque con casi una hora de retraso. 

La lluvia hizo temer lo peor. Al final, sólo fue un chaparrón que retrasó el comienzo de la clausura.
El primero de ellos estaba a cargo del bajista catalán Carlos Benavent, a quien el festival había encargado llevar a cabo un homenaje al pianista Chick Corea bajo el nombre “Our Spanish Heart”. Benavent es uno de nuestros más prestigiosos e internacionales músicos y durante un tiempo era el bajista habitual de Corea. Para la ocasión, Carlos Benavent llegaba con su trío conformado por el baterista Roger Blavia y el pianista Roger Mas. A éstos, el bajista unió la armónica de Antonio Serrano (también es uno de los mejores armonicistas internacionales); una participación que, a última hora, se pudo lograr fue la del trompetista Raynald Colom (que en esta edición participó con su propio grupo en la quinta jornada) y el bailaor Tomasito; una bala, como bien lo definió el propio Carlos Benavent, ya que su aparición en escena fue, exactamente, eso: una bala que atravesó el auditorio haciéndose de inmediato con todos. Pero vayamos por partes. 

El líder de este homenaje, Carlos Benavent, con su característica guitarra de bajos.
El concierto homenaje se inició con una pieza de Benavent titulada “Bluestorius” (homenaje personal a Jaco Pastorius), en la que solamente con su bajo “Barcelona” y la batería del “parlanchín” Blavia (creo que no quedó ni una sola de sus piezas percusivas, sin que participaran en el tema) pusieron ya las primeras emociones en el público que llenaba el auditorio, en esta noche de clausura a pesar de la lluvia caída. A continuación aparecía el pianista Roger Mas, para interpretar, ya en trío, “Bailas”; una creación que nos introducía en los ambientes del homenajeado Chick Corea, con guiños de Mas sobre el teclado eléctrico y una sección rítmica que sólo con Benavent ya es un trueno y se convierte en trallazo, cuando se suman los toques de Blavia, un baterista muy versátil al que ya conocemos bien en este festival. 

Roger Blavia es el baterista habitual de Carlos Benavent.
Roger Mas, piano y teclados, también trabaja con Benavent y Colom.
Tras estas dos cartas de presentación, Carlos Benavent comenzó a llamar a sus invitados. El primero fue el armonicista Antonio Serrano que, al igual que Mas, regresaba en esta misma edición a San Javier para participar en este homenaje. Así que sonó “De perdidos al río”, también de Benavent, que ha formado parte del disco homenaje a Paco de Lucía y en la que Serrano reiteró sus altas dotes interpretativas con la armónica. Tras ello, una nueva llamada “a un músico que he podido pescar a última hora, aunque no se anunciaba en el programa” indicaba el bajista: “Raynald Colom”. Su trompeta es una de las más interesantes y buscadas no ya en España, si no en buena parte de Europa. Colom –que también ha participado en esta XVIII edición con sus propios músicos en la quinta jornada- realizó una preciosa aportación a esta pieza de Chick Corea, “Waltze” (aparecida en su álbum “Again & Again”, de 1983) y que Benavent grabó junto al pianista como miembro de su grupo. A destacar los dúos entre Serrano y Colom y, cómo no, sus solos.  

El armonicista Antonio Serrano, primer invitado de Benavent.
Sin duda, el concierto transcurría por excelentes momentos y caminos. El bajista catalán había sabido escoger tanto a su trío, como a los músicos invitados para la ocasión, que representan tres generaciones: la del propio Carlos Benavent, la de Roger Blavia y Tomasito, para pasar a los más jóvenes (década de los 70) con Serrano, Colom y Mas. Faltaba su tercer invitado, así es que anunció a otro músico –en este caso bailaor, cantante y percusionista- que trabajó con Chick Corea en una de sus etapas: El gran Tomasito (Tomás Moreno Romero). Casi ni tuvo que actuar, porque es tal el recuerdo que este jerezano ha dejado en sus anteriores visitas a Jazz San Javier con Chano Domínguez, que los habituales aficionados a esta cita no lo han olvidado. Tomasito es, en efecto, una bala que te atrapa el corazón de un disparo certero. Posee ese “duende” que sabe cómo conquistarte con gracia y arte. He leído que su participación sobraba en este homenaje pero sin su presencia, el clímax escénico no hubiera subido 30 grados cuando hizo su aparición. Y lo demostró desde los primeros segundos con “Bulería” (primera pieza en recuerdo de Paco de Lucía, cuyo auténtico título es “Alcázar de San Juan”), en la que volvieron a darse una introducción de Colom, dúo con Serrano y, lo que adorna una pieza como ésta, las palmas, el taconeo y, en suma, el jaleo (no faltó un poquito de rap) que pone Tomasito. Y eso que bailó con una herida en uno de sus pies, que el público ni notó.

El trompetista Raynald Colom pudo aceptar la invitación de Benavent para este homenaje, a última hora.
Pues ya con todos los invitados sobre el escenario del Parque Almansa, Benavent continuó con otro recuerdo para Paco de Lucía con quien trabajó durante muchos años junto a Jorge Pardo, Pepe de Lucía o Rubén Dantás (excelente percusionista, al que de Lucía le hizo introducir el cajón en su set percusivo), con una de sus composiciones más destacadas y versionadas: “Zyryab”. Aquí, Benavent realizó una introducción con el bajo que utiliza, desde hace muchos años, como una guitarra sacando sonidos que, hoy en día, ya son más habituales pero no así por los 70 del pasado siglo XX. Luego, la armónica de Antonio Serrano y la trompeta de Raynald Colom emulaban la guitarra del siempre presente Paco de Lucía, en una alternancia de sus toques. Una pieza que como bien recordó el bajista catalán, siempre que aparecía Chick Corea en los conciertos de o con Paco de Lucía había que tocarla. 

Tomasito, mirando al cielo buscando a Paco de Lucía, en un momento de su baile.
Armando Anthony Corea (Chick) grabó en 1976 “Mi corazón español”, en el que a través de la música dejaba constancia fehaciente de sus ancestros hispanos. Antes de ello, Corea había escrito una pieza dedicada a nuestro país, que se convirtió rápidamente en un clásico del jazz: “Spain”. Y, claro está, en un homenaje al músico nacido en Chelsea no podía faltar ese buque insignia, como recuerdo para Corea y de Lucía. Antonio Serrano realizó la introducción de casi tres minutos sobre “El Concierto de Aranjuez”, del maestro Rodrigo, antes de que comenzara a sonar la pieza en sí de Corea. Los solos se distribuyeron entre Antonio Serrano (que llevó más el peso de la pieza) y la trompeta de Raynald Colom, con espacio también reservado al líder del grupo, Carlos Benavent. La versión resultó original y el auditorio, a su término y puesto en pié, premió con un unánime y cariñoso aplauso que llegó a los músicos en esa comunicación que cada noche, en Jazz San Javier, se da casi por defecto. Naturalmente pedían más y el sexteto lo dio, con otra pieza de Benavent titulada “Tirititrán Catalán” (único tema del bajista que grabó Corea), con el que ponían el broche a este homenaje de Jazz San Javier al pianista de alma española Chick Corea y al desaparecido guitarrista Paco de Lucía.

Our Spanish Heart al completo.
La segunda parte de esta noche de clausura del XVIII Jazz San Javier, se iba a convertir en una auténtica fiesta de cierre. Su protagonista, el guitarrista, compositor y cantante norteamericano Joe Louis Walker, quien ya visitó el festival en 2011 en la edición XIV. Un decorado musical absolutamente diferente al primero, pero no por ello menos lucido e importante en este broche de platino para una edición, la XVIII, que sitúa a Jazz San Javier en su mayoría de edad y entre los más demandados del panorama internacional. 

Walker desplegó sus amplios conocimientos. Uno de ellos fue el slide, con el que logró verdaderos momentos de lujo.
El concierto se iniciaba, por decirlo así, con unos últimos ajustes de instrumentos en cuanto al sonido. De inmediato, Walker exclamó: “¡Hola! ¡Holaaa!”. El auditorio respondió a esa segunda llamada al unísono y la fiesta del blues comenzó con temas de BB King, Buddy Guy, de su propia cosecha y la música se desplegó por todo el Parque Almansa, más allá de las fronteras de su auditorio, con piezas como “Man Of Many Words”, “Young Girl's Eyes”, “Gospel Blues”, “Don't Let Go”, “Witchcraft” o “In The Morning”, “Soldier For Jesus” y “Hornet's Nest”. Ocho primeras piezas que dejaron al personal muy situado en el concierto y el ambiente que la banda de Joe Louis Walker supo instalar de inmediato. 

Byron Cage mostró contundencia y maestría en la batería.

Lenny Bardford fue la otra parte de la sección rítmica que trazó los raíles del concierto.
Ni que decir del famoso “foso” del auditorio, que se llenó al poco de comenzar su actuación el guitarrista de San Francisco que a pesar de contar ya con 65 tacos, se mueve como uno de 40 en el escenario y lanza sus arengas musicales a todo bicho viviente que se encuentre en la sala. El ambiente estaba ya cargado y Walker dejó sonar “You Don't Love Me Girl”, para sosegar un poquito al público y dejarle tomar aire antes de regresar a los temas más frenéticos, en los que Walker deslizaba sus dedos con una agilidad pasmosa o, en otros momentos, hacía uso de su slade para reivindicar un espacio en la cúspide del género. 

Philip Young fue el multi instrumentista del grupo, al encargarse del piano, Hammond B3 y los saxos.
Philip Young con el saxo.
Con una banda conformada por el bajista Lenny Bardford y Byron Cage, en la batería, que eran las piezas clave de su sección rítmica contundente y segura, mientras desde los teclados eléctricos, el piano, el Hammond B3 o el saxo, Philip Young adornaba o creaba el clímax necesario (el Hammond B3 es indispensable para un ambiente perfecto de blues) que hacía revolotear hasta los escasos grillos que este año se asomaban por el Parque Almansa. Por si esto fuera poco, Walker invitó a marcarse unas piezas con ellos a Antonio Serrano quien elevó aún más, la temperatura de una noche que ardía, literalmente, a ritmo de blues. Serrano estuvo más que a la altura, como lo demostraron los norteamericanos que no salían de su asombro y sorpresa ante tan gran músico. Otro aldabonazo de temas tales como “Blue Guitar”, “Slow Down GTO”, “Eyes Like A Cat”, “Lover's Holiday” o “All I Wanted To Do” y “Rambli'n Soul” colocaban un fin de fiesta apoteósico, que dejó al público con ganas de mucho más aunque se mostraban bastante satisfechos. Joe Louis Walker les había dejado “destrozados” pero contentos. 

Antonio Serrano invitado de Joe Louis Walker, captó la atención del grupo y dejó patente que es uno de los mejores del mundo con su instrumento.
En definitiva, una clausura brillante la del XVIII Jazz San Javier, para un festival que reitera su voluntad de continuidad y prestigio entre los que se celebran en estas fechas veraniegas en toda Europa. Clausura en la que Carlos Benavent e invitados pusieron el corazón en ese homenaje oficial de Jazz San Javier a Chick Corea (y particularmente de los músicos, ampliándolo a Paco de Lucía), mientras que Joe Louis Walker supo cómo divertir al respetable y dejar patente que puede convertirse (está en un momento dulce para ello) en el sustituto del recordado B.B. King, desaparecido este año y uno de los homenajeados en esta edición de Jazz San Javier junto a Joe Sample, Charlie Haden, Jimmy Scott y Tim Hauser (el fundador de Manhattan Transfer), fallecidos el pasado año. Larga vida a este festival, que volverá a su cita dentro de 11 meses. Lo esperamos con impaciencia.   

Todas las fotografías son obra de GOIO VILLANUEVA


El grupo de Joe Louis Walker y su invitado español, Antonio Serrano.