Tras una introducción pre grabada, las notas y la fuerza rítmica de “Loneloy with a broken heart”, “Dancin” o Somebody’s crying”, lograron "activar" las piernas del auditorio que, rápidamente, provocó el entusiasmo y los codazos por hacerse con un lugar privilegiado en el ya mítico foso del auditorio del Parque Almansa. Una vez ya centrado el público, Chris Isaak atacó un clásico de Elvis Presley, “Love me tender”, que al igual que ha ocurrido en sus anteriores conciertos por España antes de San Javier, interpretó recorriendo parte del auditorio, firmando autógrafos, dejándose fotografiar por el público y siendo, en suma, más cercano a los asistentes que llenaban el aforo.
Todas las ediciones han registrado sus anécdotas y curiosidades que, en esta edición, me he propuesto contar. La de esta primera noche ha sido el "intento" del road manager norteamericano de Isaak, por "quedarse" con todas las cámaras de los fotógrafos profesionales que, cada noche, acuden a realizar su trabajo. La cosa ocurrió porque se dio una confusión: la organización (previa autorización del "staff" del cantante) indicó que solamente se podían realizar fotos, durante los tres primeros temas. Y al final, se informó que los dos primeros temas para todos salvo la fotógrafo de la organización que podría hacer más fotos hasta la tercera canción.
Y otra es que el gerente de la cantina del auditorio, mientras nos tomábamos un pequeño refrigerio tras el concierto, me decía: "¿Cuándo vas a entrevistar a mi hijo?. Pero eso sí, primero me entregas las preguntas que le vas a formular. Es que he aprendido de los políticos". Je, je, je. Gracioso, ¿verdad?. Naturalmente era una broma, de las que nos solemos gastar a esas horas de la madrugada, tras una noche de duro trabajo.
En suma, una apertura de auténtica “conquista” por parte de Chris Isaak en este inicio del XIII Festival de Jazz de San Javier. La próxima cita se prevé con otro lleno el jueves, día 8, a cargo del pianista cubano Chucho Valdés y su nueva banda, a la que denomina The Afrocuban Messengers. Sin duda, una noche para disfrutar del auténtico Caribe.
Las fotos, como en años anteriores, son obra de MARTA PINILLA ALDARAVÍ
Isaak y sus chicos continuaron desplegando sus 25 piezas musicales previstas para este concierto, a través de “I want your love” -a modo de toque definitivo-, para terminar de ganarse a los pocos impasibles (si es que a esas alturas quedaba alguno) que persistieran en la sala. Algunos temas más de su amplio repertorio, antes de regalar uno de sus iconos musicales: “Wicked game”. El éxtasis hizo su aparición, mientras el foso del auditorio hervía. Chris Isaak y su banda tejían una actuación de primerísima calidad, digna de una apertura grandiosa como las que año tras año nos ha ofrecido Jazz San Javier. Y más baladas y piezas de rock, como “Go walkin in”, “Worked it out wrong”, “La tumba será el final” (una canción de Flaco Jiménez) o un éxito sonado del recordado James Brown: “I’ll gro crazy”.
Con “Baby did a bad thing” (para la que Isaak se desprendió de su chaqueta vaquera de color rosa, porque el calor humano y ambiental apretaba) acababa el concierto oficial. O no. Porque lo que hizo Chris Isaak fue cambiar de traje y “deslumbrar” literalmente al auditorio, ya que todo él estaba compuesto de espejos rectangulares uno junto a otro. Tan sólo aguantó su peso y abrigo en “Blue hotel”, “San Francisco days” y “Pretty woman”. Tras ello, la chaqueta de cristal pasó a mejor vida y más ligero de equipaje, Isaak y su grupo atacaron “Blues stay away fron me”.
EL ANECDOTARIO
La verdad es que no llegaba a comprender bien el motivo por el que el público estaba llamativamente animado en esta primera noche. Tal vez es que era viernes y la fecha semanal animaba a ello. O probablemente fuera que se trataba de la primera noche de Jazz San Javier en su decimo tercera edición y, por lo tanto, los aficionados estaban ansiosos de disfrutar con la música. El caso es que allí no se movía de su asiento "ni el Tato". Y pedían más. Y esa banda –magnífica, por cierto- dejó uno de sus mejores momentos, porque Chris les daba espacio para ello. Una banda integrada por Hershel Yatovitz, a la guitarra; Scott Plunkett, al piano; Rowland Salley, en el bajo; Kenney Dale Johnson, en la batería, y el percursionista, Rafael Padilla.
Con “Blue spanish sky” finalizaba el concierto de Chris Isaak en la noche de apertura del XIII Festival de Jazz de San Javier. Pero lo que les contaba: la gente tenía ganas de “marcha”. Y tanto pidieron, que los músicos regresaron al escenario del Parque Almansa para continuar con un poutpurrí de piezas vaqueras paras las que Isaak invitó a subir a varias chicas que se agolpaban al borde mismo del escenario. A una de ellas, Elena, le animó a que bailara al ritmo que acentuaba el baterista, Kenney Dale Johnson. Y damos fe de que la chica, de cabello rubio, dio la talla.
Tras el pequeño “frenesí” escénico, la tranquilidad de otra balada al más puro estilo Elvis, que calmó un poco el “ardor” de un auditorio entregado desde el primer número musical y con la que, definitivamente, finalizó su concierto.
EL ANECDOTARIO
Todas las ediciones han registrado sus anécdotas y curiosidades que, en esta edición, me he propuesto contar. La de esta primera noche ha sido el "intento" del road manager norteamericano de Isaak, por "quedarse" con todas las cámaras de los fotógrafos profesionales que, cada noche, acuden a realizar su trabajo. La cosa ocurrió porque se dio una confusión: la organización (previa autorización del "staff" del cantante) indicó que solamente se podían realizar fotos, durante los tres primeros temas. Y al final, se informó que los dos primeros temas para todos salvo la fotógrafo de la organización que podría hacer más fotos hasta la tercera canción.
Pero hete aquí, que el "calvorota del road manager norteamericano" observó a algunos fotógrafos revisando lo que habían captado (ahora todas las máquinas son digitales y te ofrecen esa posibilidad instantánea) y a otros cambiando los "teleobjetivos" por los pequeños para poder guardar sus máquinas en las bolsas. Qué interpretaría ver que "enfureció" de tal manera, abalanzándose sobre algunos de ellos con la pretensión de "quedarse" con las citadas máquinas. Uno de mis compas gráficos le contestó: "Clint Eastwood ¿ha dejado alguna vez su pistola? ¿No? Pues yo tampoco dejo mi máquina de fotos". Con un par, sí señor. Así es que les "achuchó" a su colega español que les acompaña en esta gira por la Piel de Toro y, claro, el "colega" español ¿qué les va a decir a sus compatriotas, que ellos no sepan ya sobre ciertos comportamientos de los "road managers"?. ¡Qué bonita anécdota, ¿no?!
Y otra es que el gerente de la cantina del auditorio, mientras nos tomábamos un pequeño refrigerio tras el concierto, me decía: "¿Cuándo vas a entrevistar a mi hijo?. Pero eso sí, primero me entregas las preguntas que le vas a formular. Es que he aprendido de los políticos". Je, je, je. Gracioso, ¿verdad?. Naturalmente era una broma, de las que nos solemos gastar a esas horas de la madrugada, tras una noche de duro trabajo.
En suma, una apertura de auténtica “conquista” por parte de Chris Isaak en este inicio del XIII Festival de Jazz de San Javier. La próxima cita se prevé con otro lleno el jueves, día 8, a cargo del pianista cubano Chucho Valdés y su nueva banda, a la que denomina The Afrocuban Messengers. Sin duda, una noche para disfrutar del auténtico Caribe.
Las fotos, como en años anteriores, son obra de MARTA PINILLA ALDARAVÍ
Hola Andres
ResponderEliminarExcelente blog mi jazz amigo.
Saludos
Tony
La verdad es que lo del "Rock Manager" fue la leche, aún no se como nadie del público con la que lió no lo mandó "caliente"para California, una pena con el pedazo de concierto que trasciendan cosas como esta...
ResponderEliminarGracias por tus ánimos, Tony. Estoss y otros muchos que los amigos me enviáis, me hacen mejorar en mi trabajo. Un fuerte abrazo para tí.
ResponderEliminar__________________
Amigo anónimo: en efecto, lo del "road manager" californiano fue la "leche merengada". El concierto es cierto que fue grande y el que nadie lo mandara "caliente" para su California natal (al "road manager, me refiero) es porque entre el personal que acudimos a trabajar a Jazz San Javier llevamos ya tanta carga y tantos caminos recorridos, que nos conocemos estos "momentos Nescafé" como para encima liarla más. La verdad es que Nieto y su equipo, amén de los músicos, no se lo merecen. Pero gracias por tu comentario que se ajusta, seguro, a lo que muchos pensaron por unos instantes.
Perdón por lo de Rock por Road, es que yo lo que domino es el francés <(el idioma), excelente blog tiene usted D. Andrés...
ResponderEliminarNo solamente está usted perdonado si no que, además, es comprensible que nos equivoquemos de vez en cuando. Aunque el dominio de un idioma nos haga "fallar". Yo mismo, sin ir más lejos, me equivoco a diario y en cuanto me doy cuenta de ello, pues rectifico y en paz. El que no se equivoca es aquel que "lo sabe todo" o, sencillamente, que no se "mete" en ningún charco. Esos siempre salen impolutos. O al menos, así lo parece. Gracias por su ánimo y espero no defraudar en el futuro, amigo anónimo.
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