martes, 18 de diciembre de 2012

EL HOMBRE QUE CASI NO UTILIZABA LOS PEDALES

Dave Brubeck, en una foto de los últimos años.
El pasado 5 de Diciembre (un día antes de que cumpliera los 92 años de edad) fallecía en un hospital de Connecticut, el compositor y pianista de jazz Dave Brubeck. Para muchos aficionados y críticos fue uno de los músicos más influyentes del género y su "Take Five" publicado en 1959 dentro del ahora mítico album "Time Out", pocas fechas después de que los músicos registraran la última nota en los estudios de grabación de la Columbia, forma parte del repertorio obligado. Un disco que fue muy mal criticado en su momento, como elevado poco después al éxito por la aceptación del público. Tal vez sea esa la situación que definiría mejor a Dave Brubeck: o le odiabas o le amabas. Lo que sí se puede afirmar es que siempre fue un investigador que provocaba con sus ritmos.

He leído en diversas publicaciones de quienes más le conocieron, que Brubeck andaba siempre a la búsqueda de nuevos sonidos. Para ello intentaba fusionar o mezclar esquemas de música clásica con los del jazz jugando con las poliritmias. De hecho, a Dave Brubeck se le ha conocido en el jazz por sus famosos compases poco habituales en esta música, como lo ha demostrado a lo largo de toda su trayectoria; sin ir más lejos, en "Take Five" podermos contar un compás de 5/4, aunque también ha utilizado el 9/8 en ese mismo album.



La formación de su cuarteto ha estado conformada por el baterista casi invidente, Joe Morello, que era capaz de tocar cuatro ritmos distintos con sus cuatro extremidades; el contrabajista, Eugene Wright, y el saxofonista, Paul Desmond, con el que Brubeck había estado tocando y colaborando desde la década de los 40. Dave Brubeck llegó a afirmar, en relación a las críticas adversas que recibió "Time Out", que "cómo se atreven a criticar lo que hago, si no tienen idea de música indú, árabe, griega o turca. Para criticarme, primero debieran aprender esas músicas..." Así fue Dave Brubeck, un músico que finalizó brillantemente su carrera musical en la Universidad del Pacífico, sin saber leer ni una sola nota en el pentagrama. Lo descubrió su profesor de último curso, antes de su graduación, pero como era el mejor alumno de la clase y el resto de profesores abogaron por él, no tuvo más remedio que aprobarlo con la firme promesa de que nunca se dedicaría a la enseñanza. Tiempo después, la lectura musical fue asimilada por Brubeck a través de las enseñanzas de Darius Milhaud, uno de los mejores compositores experimentales de aquel tiempo.

A lo largo de su vida, Dave Brubeck ha ido soltando "perlas" verbales. Algunas de ellas rezaban así: "Hay momentos, en los que puedes ir más allá de tí mismo. Puedes tocar mejor y tener mejores ideas que las habituales. Ésa es la situación que se ha de intentar conseguir". O ésta otra: "Algunas personas son capaces de analizar, de forma científica, cómo atrapar al público; yo no. Creo que debe ser una combinación casual de melodías pegadizas, ritmo insistente y el ambiente del momento". Así fue Dave Brubeck, durante toda su existencia.

En 2004, Dave Brubeck visitó Jazz San Javier para regalarnos una delicia de concierto. Y fue en esa actuación, donde muchos de nosotros descubrimos que apenas utilizaba los pedales del piano y aún así, Brubeck lograba sonidos increíbles. Tenía por entonces 84 años y había que escuchar y ver de qué manera tan sumamente sencilla y eficaz trataba su instrumento.

Nos quedan sus muchísimas grabaciones y su recuerdo. Toda una vida dedicada a investigar y provocar al público con sus ritmos y melodías poco convencionales. Ese fue Dave Brubeck.


Dave Brubeck en el recuerdo.

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