martes, 7 de diciembre de 2010

GUITARRISTAS

El pasaso día 3 de diciembre, me disponía a asistir al concierto que había programado JAZZAZZA, con un trío norteamericano que tan sólo iba a llevar a cabo en España tres únicos conciertos. Pero la cosa no salió bien. El causante de que, finalmente, no pudiera asistir a esa actuación la tuvo un maldito "irlandés". No me refiero a una persona nacida en aquellas tierras, no. Se trata de un café así denominado que me sentó, horas más tarde, como un "tiro". Tan mal se encontraba el estado general de mi cuerpo, que éste se negaba a salir de casa y mucho menos, para meterse en una sala y escuchar música. Así es que no tuve más remedio que rendirme a sus pretensiones "incontestables", intentar conectar con Jota y quedarme en casa, una vez más, con las ganas de disfrutar de lo que a buen seguro resultó un magnífico concierto. Prometo no tomar más "irlandés" en una temporada.

Pero como no todo van a ser "contratiempos", hoy me he levantado con ánimos de imprimirle dinámica a este humilde blog. Para ello, se me ha ocurrido acudir a dos de los muchísimos guitarristas que el jazz nos ha dado. El primero de ellos (todavía vive) fue, en su momento, uno de los más directos referentes inmediatos a la desaparición de Wes Montgomery que junto a Charlie Christian y Django Reinhardt fueron sus maestros en el instrumento de seis cuerdas. Se trata de Kenny Burrell. Con tan sólo 12 años, Kenny comenzaba a tocar la guitarra y no era de extrañar ya que su familia lo era de músicos.

En 1951 debutó con el sexteto de Dizzy Gillespie, mientras cursaba sus estudios en la Universidad de Wayne para cuatro años más tarde, en 1955, realizar una gira con el pianista Oscar Peterson. Con el paso de los años, Burrell se convirtió en un consumado músico y acompañante de otras primerísimas figuras del género. Pero en lo que verdaderamente ha destacado Kenny Burrell ha sido en sus estudios sobre la música y la persona de Duke Ellington. Es, a fecha de hoy, una de las personas que más sabe sobre la vida y obra del recordado pianista y director de orquesta. Y en esta ocasión he tomado una partitura titulada "Rose room", que Burrel grabó el 28 de Marzo de 1966, en la ciudad de Nueva York. Le acompañaron Phil Woods, al saxo; Ron Carter, al contrabajo, y el baterista, Grady Tate.





El segundo guitarrista que he elegido ya no está entre nosotros, pero su música ha quedado de manera inmortal. Se trata del recordado Joe Pass, con quien muchos otros nombres del jazz han tocado o cantado. Tal es el caso de Ella Fitzgerald, quien "adoptó" a Pass como un habitual acompañante en varios de sus discos para el sello Pablo.

Joseph Anthony Jacobi Passalaqua, Joe Pass, nació en 1929 en New Brunswick, Nueva Jersey y nos dejó en 1994. Es uno de los más alabados guitarristas del jazz, tanto por la crítica como por sus compañeros de profesión. Siempre se mostró como un fiel admirador de Django Reinhardt; tan es así, que al principio creó un quinteto a semejanza del que tenía el guitarrista gitano. Pero la fama o el reconocimiento no llegaría hasta principios de los años 60 del pasado siglo XX, cuando el promotor de la Pablo Records, Norman Granz, le catapultó al lugar en el que creía que debía estar. Para ello, nada mejor que ser acompañante en varios discos de la ya mencionada Ella Fitzgerald, Milt Jackson o Benny Carter. Todo ello, sin olvidarnos de su inigualable serie "Virtuoso", en la que Joe Pass nos dejó todo su gran y único discurso musical de guitarrista original, elegante y virtuoso. Una muestra de lo que indico, la podemos localizar en esta partitura de Willi Fruth, "El gento", grabada en 1974, contando con Eberhart Weber, en el contrabajo, y con el baterista, Kenny Clare. Simplemente, deliciosa. Que la disfruten.

Los dos retratos aquí publicados forman parte de la colección "Retratos de Jazz"; pinturas al óleo sobre lienzo realizadas por Merryl Jaye. Se pueden ver en esta dirección electrónica
y son una delicia.



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