martes, 29 de noviembre de 2011

JAZZ SAN JAVIER EN "7 REGIÓN DE MURCIA" Y RADIO 3 (RNE)


Los seguidores de JAZZ SAN JAVIER estamos de enhorabuena. La televisión autonómica murciana, "7 Región de Murcia" y RADIO 3, de Radio Nacional de España, están ultimando la transmisión de los conciertos ofrecidos durante el pasado verano en el escenario del Parque Almansa.

Así, la televisión autonómica arranca este próximo viernes, día 2 de Diciembre, con el pianista gaditano, Sergio Monroy, que tan grato recuerdo dejó entre los que allí estuvimos a través de su fusión de ritmos flamencos con bases jazzísticas. En adelante -y en un horario de comienzo que oscilará entre las 12 y 12:30 de las noches de estos próximos viernes-, "7 Región de Murcia" continuará con el concierto que protagonizaron la cantante norteamericana Carla Cook, acompañada por el trío del pianista catalán Albert Bover.

Por su parte, RADIO 3, de Radio Nacional, está acabando de perfilar sus Especiales de Navidad y dentro de ellos, se dedica uno al XIV Festival de Jazz de San Javier. El horario de emisión aún no está concretado, pero sí los primeros conciertos que sonarán por su Frecuencia Modulada. Serán los de René Marie Quartet; Joe Louis Walker; Hiromi y su Trío Proyect, además del matrimonio Peterson y su blues, conformado por el organista, guitarrista y cantante, Lucky, y su sensual esposa, Tamara.

En suma, que con las cercanas fechas de Navidad y Año Nuevo los aficionados al jazz contaremos con una cita ineludible: Jazz San Javier, a través de la televisión y la radio. ¿Se puede pedir más? Pues si se puede, lo solicitaremos.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

JAYME MARQUES: HISTORIA VIVA DE LA "BOSSA NOVA"

El guitarrista Jayme Marques, en La Puerta Falsa
El pasado día 28 de octubre del año en curso, el mítico local murciano "La Puerta Falsa" ofreció el concierto del legendario músico brasileño afincado en España, Jayme Marques, que regresaba a este local tras más de diez años sin hacerlo. La sala registró una más que interesante respuesta a su propuesta, que Jayme Marques supo premiar con un concierto grandioso y, a la vez, muy pedagógico.

Jayme Marques decidió fijar su residencia en España hace ya de ello casi 52 años. Y de cómo desde nuestro país, se convirtió en el mayor introductor del “bossa nova” no sólo en España, sino en toda Europa. Porque ese ha sido el gran y magnífico legado –además de sus composiciones y su maestría indiscutible como músico- del brasileño, Jayme Marques, cuyo nombre está impregnado de un halo especial, para todos aquellos que en España hemos sido y somos amantes del “nuevo brote” musical surgido en Río de Janeiro hacia finales de la década de los 50 del siglo XX: la “bossa nova”.

Pregunta.- Jayme, tú formaste parte de todo aquel movimiento surgido en Río de Janeiro, porque tu familia se traslada allí desde Campo Grande, la capital del estado Mato Grosso del Sur, cuando tenías 14 años. ¿Cómo fue aquel “brote nuevo” en Río?

Respuesta.-
Cuando llegué a Río de Janeiro, lo primero que detecté es que la música que allí se escuchaba y practicaba era mucho más sensual que en el resto de Brasil. En São Paulo, Bahía y en casi todo el país, el “samba” era la seña de identidad por así decirlo. Pero en Río de Janeiro todo era diferente; incluso el “samba” interpretado allí es diferente. La ciudad mantiene un “algo”, un ambiente que te impregnas de él y te envuelve haciéndote flotar en el espacio. La atmósfera y su paisaje te condiciona absolutamente; la sensibilidad es la protagonista de sus habitantes y desde que llegué ese ambiente se apoderó de mí. Cuando mi familia llega a Río de Janeiro yo no era aún un músico profesional. Sí tocaba la guitarra, pero no fue hasta llegar a Río cuando ya tomé más conciencia de lo que deseaba hacer y trabajaba, estudiaba solfeo y guitarra y durante los fines de semana tocaba con una orquesta, que me proporcionó el tomar contacto directo con los músicos profesionales. El nacimiento de la “bossa nova” no partió de estos músicos, sino de personas de mi edad, universitarios de los barrios de Copacabana e Ipanema, que fueron los verdaderos impulsores del nuevo movimiento musical. Era una fusión entre el “samba” y el jazz norteamericano, pero con esa sensualidad a la que antes hice referencia. No obstante, tanto estos universitarios como los músicos profesionales con los que yo tocaba los fines de semana en Río habíamos mamado todos de las mismas fuentes.

Cuando cumplí los 20 años, me trasladé a São Paulo y es allí donde verdaderamente nace, de manera oficial, lo que después hemos conocido como “bossa nova”, que no era otra cosa que la música que se tocaba habitualmente en los clubs de Río de Janeiro. Esto es, samba y jazz pero siempre improvisando lo que podríamos denominar como “jazz brasileño” y que fue bautizado como “bossa nova”. Y fue en São Paulo con la aparición de Joao Gilberto cantando el primer “bossa nova”, “Chega de Saudade”, cuando este nuevo movimiento musical tomó carta de naturaleza. Ese es el comienzo oficial de la “bossa nova”. Y es halagador para mí, cuando los aficionados me escuchan interpretar ésta u otras canciones o creaciones musicales de este género y me dicen que aquellos creadores “tocan igual que yo”. Ciertamente, esto es muy confortable para mí pero también es cómo suena y se toca la música carioca. Cómo se interpretaba por aquellos días en aquellos clubes, destinados a gente privilegiada con “posibles” (me refiero a que tenían cierto nivel económico) porque aquellas salas eran muy caras para una gran mayoría. Todo aquel ambiente produjo un choque entre el samba más tradicional, el de la tierra, y la bossa nova a la que calificaron como un “samba americanizado”, muy desafinado y otras críticas más. Al final, el acercamiento total se llevó a cabo y hoy en día la “bossa nova” es inequívocamente carioca.

                                                             
Uno de los momentos del concierto.

P.- Pero ha sido más bien al revés, ¿no? Han sido los norteamericanos los que se acercaron a la “bossa nova” y no ésta al jazz.
R.- Efectivamente. Mira, te voy a contar algo que nunca he contado en ninguna de las entrevistas que me han realizado en toda mi vida. Cuando nos trasladamos a Europa hicimos nuestra primera parada en Portugal. Después de asistir a un concierto de la orquesta de Quincy Jones –que por entonces había ganado el Premio a la Mejor Banda del Año- y estaba realizando una gira en la primavera de 1960. Bien, pues después de asistir a su concierto en el teatro Roma el director del “Hot Club” nos dijo si después del concierto de la orquesta de Quincy estaríamos dispuestos a ir al local, para tocar la música que interpretábamos, que habíamos traído de Brasil la orquesta “Orfeo Negro”. Le contestamos que sí y hacia el “Hot Club” nos marchamos. Cuando la banda de Jones finalizó su actuación, nuestra orquesta subió al escenario y comenzó a tocar la “bossa nova”. A los quince minutos, los músicos de Quincy se abalanzaron sobre nosotros pidiéndonos que les dejáramos tocar a ellos esa música. Se habían contagiado totalmente y teníamos al saxofonista, pianista, en fin, a todos los músicos de Jones tocando con los de nuestra orquesta salvo su guitarrista que me indicó: “No, tú continúa porque la guitarra es el eje de esta melodía”. Y efectivamente, la guitarra es la que marca esa sensualidad de la “bossa nova”.
P.- Durante todos estos años has recibido muchos y variados homenajes y premios. Quiero detenerme en el que protagonizaste en 2009, en el Club “Vinicius”, en el barrio de Ipanema en Río de Janeiro, merced a María Creuza, como divulgador y conservador de la “bossa nova” tal y como se concibió. Supongo que ese reconocimiento ha sido uno de los más entrañables para ti.
R.- Fue muy bonito. Durante 15 días estuve con María Creuza tocando en el club “Vinicius”. Fue muy emocionante.

Un momento de la entrevista.
P.- Nos has relatado cómo nace la “bossa nova”, pero dentro de ella han existido iconos sin los que, tal vez, esta nueva música no hubiera llegado a ser lo que ha logrado. Por ejemplo, el propio Vinicius de Moraes. Sin él, las letras no habrían tenido el peso que tuvieron o no se habría descubierto a tanto músicos como el propio poeta descubrió para esta música.

R.-
Exactamente. Creo que no habría sido así. Vinicius era un hombre que cantaba desde dentro, que su poesía estaba muy pegada al pueblo. Por eso, todo lo que describía en sus letras estaba absolutamente identificado con el pueblo llano. Tal vez por esa cercanía, la academia de los poetas tardó muchos años en admitirle como tal. Decían de él que era el “poeta vagabundo” por sus letras, su adicción al whisky, su filosofía de la vida… Era una persona culta y preparada ya que estudió la carrera diplomática, pero lo dejó todo para dedicarse a descubrir valores en Brasil y proyectarlos por todo el mundo. Y así descubrió a voces y artistas como María Creuza, María Bethania, Caetano Veloso, Gilberto Gil; todos ellos bahianos que pasaron por el filtro de Vinicius de Moraes aunque más tarde cada cual continuó su trayectoria según sus gustos y preferencias. Pero Vinicius –a pesar de cantar mal, porque no afinaba bien- cantaba sus letras tan reales y con una fuerza tan aplastante, que suplía todo lo demás.

P.- Pero es que la poesía de Vinicius de Moraes era como un pilar de la “bossa nova”. Se podría definir, tal vez, como una parte imprescindible de esa escuela y una muestra inequívoca, creo yo, fueron las grabaciones de “La Fusa”, en Argentina.
R.- Pues sí. Mira, a lo largo de mis viajes por el mundo me ocurrió, en Finlandia y Japón, que la gente venía con discos de vinilo de esas grabaciones hasta mi camerino para que se los firmara. Imagínate la situación. Mi armonía está en la línea de Jobim y, sin embargo, el público me ve más Vinicius cuando canto. Y puede ser así, porque siento a Vinicius cuando utilizo la voz porque esas canciones, en sus letras, dicen mucho. Nos hablan del amor y del desamor; incluso en algunos de esos textos se podía descubrir cierto tinte “machista”. Y sin embargo, las mujeres decían: “Es encantador”. Así era Vinicius de Moraes.

P.- Después de tantos años en España se puede observar que Jayme Marques conserva los músicos con los que inició sus grabaciones discográficas y sus conciertos. Me refiero a Manolo Heredia, Horacio Icasto, Juan Carlos Mendoza… Eres amigo de tus amigos.
R.- Todos, todos. Mira, en Brasil los músicos me apoyaron mucho porque, según ellos, encontraron en mí un valor que yo siempre pensaba que no merecía porque pensaba que no estaba al nivel de ellos. Y yo hice lo mismo con muchos músicos aquí en España. No les enseñé a tocar, pero sí les enseñé cómo tocar. El paso de los años te van enseñando cómo llegar al público con sencillez. Es la belleza de lo sencillo, pero sin olvidar lo que has aprendido. Porque yo puedo estar cantando un tema de Vinicius o de Jobim más o menos bien, pero si hay alguien que entienda de guitarra o armonía podrá comprobar que la técnica al interpretar con la guitarra es la correcta y está ahí mientras canto. Es poner en práctica todo el conocimiento de mis estudios como apoyo para expresar de la manera más sencilla posible. Entonces estos músicos que has citado continúan conmigo, porque hemos cultivado esa amistad y manera de expresar la música. Como muestra, te citaré el Brasil Project que se emite en Antena 3; el Brasil Blues Project, en Telecinco; y para las autonómicas grabamos el Brasil Funky Project. En estas tres formaciones no canto, si no que soy guitarrista y hacemos “jazz Brasil”, con el sonido típico de los quintetos, sextetos de jazz de mi país igual al que sonaba en la década de los 60 del pasado siglo XX. En definitiva, que utilicé la técnica que estudié en Berkeley a través de la cual aprendes la teoría de la armonía para después ponerla en práctica.

P.- En tu concierto aquí en Murcia, te has traído tu disco “50 años de Bossa Nova” y te he escuchado afirmar que la “bossa” es la esencia de toda la música brasileña.
R.- Y es así. Mira, a la gente les doy un consejo (que no es correcto, pero Internet está ahí para utilizarlo y tener acceso a la música, entre otras muchas cosas): que se bajen, por ejemplo, un encuentro en Río de Janeiro –un homenaje a Antonio Carlos Jobim- realizado por Herbie Hancock, Gonzalo Rubalcaba, el contrabajista Ron Carter y otros músicos más, tremendos todos ellos, también recuerdo a Oscar Castro Neves a quien conocí en Madrid cuando dirigía la orquesta para el programa de TVE “Directísimo”, y Castro Neves me aconsejaba que no dejara de tocar la guitarra. Recuerdo cuando abandoné la orquesta “Orfeo Negro” para montar mi propio grupo, además de conservar una tremenda amistad hasta su muerte, tuve el aval del recordado Tete Montoliú; de Pedro Iturralde o Augusto Algueró (también fallecido) que era un músico fabuloso. Entonces cuando necesito un músico para mi grupo acudo, por ejemplo, a Jorge Pardo que comenzó conmigo tocando el flautín. Sus padres me decían “Jayme, cuídalo”. Otro músico que conocí con 14 años fue a Paco de Lucía, que me decía le enseñara los acordes de la música brasileña, que asimiló y trasladó al flamenco enriqueciéndolo pero sin perder su esencia. Quiero decir con todas estas pequeñas historias que te recuerdo ahora, que la gente debe acudir a las fuentes en las que nació la “bossa nova”, para poder conocer esa esencia e historia de esta música y una vez conocida saber dónde encontrarla en la actualidad.

P.- Probablemente, muchos se pregunten el por qué una persona de 75 años continúa por los escenarios interpretando la música de su vida. La actuación en directo, el subirse a un escenario para mantener ese contacto con el público ¿es como una especie de droga?
R.- Sí. Lo necesitamos. Los músicos necesitamos el contacto directo con el público. Mira con mis 75 años de edad, me siento como si tuviera ahora 30, a nivel interior; sobre todo, cuando estoy en el escenario. Quiero decir con ello que la música, me da vida. La necesito y, por lo general, se puede comprobar en todos los músicos veteranos que esto es así. Pero quiero volver a hablar del disco “50 Años de Bossa Nova”. Ese disco fue grabado en directo, en el desaparecido “Whisky Jazz”, de Madrid, en 1988 y hoy, en 2011, continúo tocando igual que entonces (tal vez con un poco menos de técnica ahora). Quiero decir que esa grabación ha quedado como una demostración clara de la conexión entre el público y mi música, mis músicos, a los que indicaba cómo había que tocar en cada tema. Hoy, aquí en “La Puerta Falsa” de Murcia, me ha ocurrido lo mismo con el pianista cubano, Gallego Rivas, al que no conocía y he tocado con él tres piezas indicándole previamente cómo había que hacer los tres solos de piano. Igual él ya lo había entendido así, pero yo tenía que recordárselo para que luego, en el concierto, resultase como yo creo que hay que tocar la “bossa nova”. Por cierto, que Murcia es una de las ciudades y regiones por las que he dejado mi música durante todos estos años y me siento como en mi casa. Quiero que lo sepan los aficionados y seguidores de mi trayectoria en esta zona de España. Es, siempre, un placer venir a tocar por aquí.

Así es y se muestra Jayme Marques. Un enorme músico que hace 51 años llegó desde Brasil, para difundir la música que casi acababa de nacer en su país y a la que llamaron “bossa nova”. Su concierto del pasado 28 de octubre del año en curso en el mítico club “La Puerta Falsa” de Murcia capital ha sido, como en ocasiones anteriores, un auténtico placer y una clase magistral de una persona que sabe trasladar todo el espíritu de ese género con una tremenda sencillez. En este primero de noviembre, la sala “Clamores”, de Madrid, le ha incluido en un concierto homenaje a los mejores, junto con Rafa López, Jorge Reyes ''El Gato'', Rolando Columbie y Pepe Ébano. Felicitaciones para todos ellos y, en especial, para Jayme Marques: el gran difusor de la “bossa nova”, del “jazz de Brasil”, en toda Europa.

Todas las fotos de esta entrevista son obra de GOIO VILLANUEVA.


Jayme Marques volvió a deleitarnos con su música.