viernes, 26 de agosto de 2011

PLANETROX O LO QUE PARECIÓ UN AMAÑO EN LA FASE ESPAÑOLA

Cartel de Promoción del PLANETROX
ENVOL ET MACADAM es una empresa que lleva 15 años dedicada a promocionar y descubrir bandas de música alternativa. En este año de 2011 pusieron en marcha el "PlanetRox", cuyo objetivo es descubrir (en este primer año) a las mejores bandas de diferentes países tales como Canadá, USA, Francia, Bélgica, UK, Alemania, Noruega, Irlanda, Italia, España, Japón, China, Malasia, Filipinas y Korea. Un total de 15 bandas que ganada la fase de su país disputarán el Primer Premio de este también primer "PlanetRox", en el Festival Envol et Macadam a celebrar el próximo mes de septiembre, en la ciudad canadiense de Quebec cuyo ayuntamiento colabora con el evento. Es el festival de música alternativa más importante de los que se celebran y cuenta con un prestigio internacional muy importante. Pero lo que verdaderamente me ha movido a escribir este artículo han sido las circunstancias "tan enormemente curiosas" (cuando menos), que acaecieron durante la final de la fase española celebrada el pasado día 19 de agosto de este 2011, en la sala "Old School" situada en la pedanía murciana de El Puntal. El relato de los diversos acontecimientos de "la noche de aquel día" son diversos y variados, que paso a detallarles a continuación, tras un trabajo de campo con parte de los protagonistas de esa "terrible" noche desorganizada e improvisada a todas luces, como convendrán conmigo cuando lean lo que les cuento seguidamente.

El grupo Plastificated durante su actuación
Semanas previas a esta final española, el organizador de esta fase en nuestro país publicitó a través de Facebook (PlanetRox Spain) los cinco grupos que habían quedado finalistas (ovbiamente, meses antes se había promocionado el evento, para captar a todos aquellos grupos que desearan participar en el mismo) y detallando que de los ocho resultantes, cinco serían los que disputarían esa final en España. Para ello, los votos del público serían los que determinarían esos cinco finalistas. La manera de hacer llegar el voto era a través de Internet, previo registro del votante. Finalmente fueron elegidos los grupos Inner Zest, Plastificated, Corelyn, Chocolate Mama y Chechu y Los Impresentables; estos últimos, gallegos, no pudieron trasladarse a Murcia por, según ha explicado el propio Chechu en la página de Facebook, problemas de economía que sufragara el viaje y la estancia aunque lo intentarán el próximo año. Hasta aquí, todo correcto. Pero nos situamos en el día 19, la fecha elegida para desarrollar los conciertos de esa final española de la que saldría el grupo español que representaría a nuestro país en la final mundial de Quebec.

Desde PlanetRox Spain (así se anunciaba en Facebook), se explicaron los porcentajes de votos: el 50% desde el público asistente y el otro 50% del Jurado nombrado al efecto.El precio de la entrada era de //0'0€// (es decir,  libre). A pesar de lo que se publicitó en el web, a las bandas -lejos de cumplir con lo indicado en las bases del concurso- no se les había indicado la hora de las pruebas de sonido ni se les informó del "backline" que la organización ponía a su disposición para la actuación. Alguno de los grupos tuvieron que preocuparse de preguntar la hora de las pruebas de sonido y se les cita a las 18:00 horas, para tal fin. Todos actuarían con el mismo "backline" o lo que es lo mismo, con igual equipo de sonido. Las puertas de la sala "Old School" se abrirían a las 21:00 horas y los conciertos comenzarían a las 22:00 horas hasta su término. Cada grupo disponía de 20 minutos para su actuación. Bueno. También hasta aquí (con la salvedad de la prueba de sonido y el "backline"), todo clarito y sin ninguna contrariedad. Lo malo fue después.

Cuando el público comenzó a llegar entre las 21 y 22 horas, se encontró con la sorpresa de que todavía no se habían llevado a cabo las pruebas de sonido (primera en la frente). Se nos anuncia que en lugar de comenzar a las 22:00 horas, se hará a las 23:00 (bueno, una hora pasa pronto y unas cervezas no venían mal, para aplacar el sofocante calor de Murcia en agosto). Se nos informa de que están esperando al grupo gallego para una media hora más tarde indicarnos que, finalmente, no vienen. A las 23:25 horas me dirijo al organizador español (un viejo conocido del que suscribe) y le pregunto qué está ocurriendo y me contesta que "esto es rock y ya sabes lo que ocurre". ¿...? Le argumento que no tienen por qué ocurrir estas tropelías, que tiene a los grupos allí desde las 18:00 horas y que casi seis horas después -ya que se habían realizado las pruebas de sonido-, aquello tenía que comenzar de inmediato. También me explicó que había tenido un problema con el "backline" y, bueno, que comenzaban enseguida como así fue: a las 23:40 horas.  Pero antes de ello, cuál no sería nuestra sorpresa cuando se nos invita a todos a salir del local y adquirir la entrada-voto al precio de //3'-€// y sin derecho a consumición. Según explicó este mismo promotor español, él conocía esa circunstancia que imponía la organización internacinal del PlanetRox pero, curiosamente, NO LA HABÍA INDICADO EN LA WEB. Creo que ese matiz acabó con la paciencia del personal que sin dudarlo, se mostró muy molesto y crítico con la organización, toda vez que por Internet se había publicitado justamente lo contrario. Bueno y ante aquello, los asistentes reaccionaron de diferentes maneras. Algunos se dispusieron a comprar votos a 3€, para poder apostar por su grupo. Otros recibieron la consigna de no comprar ni un solo voto ya que se someterían a la decisión del Jurado. Y el resto no compraba votos, pero sus entradas y salidas al local para adquirir sus consumiciones eran casi incesantes. Y mientras actuaban los dos últimos grupos, el organizador español LLEGÓ A REGALAR ESOS VOTOS. Es decir, que no cobró por ellos con lo que hizo un GRAVÍSIMO AGRAVIO COMPARATIVO en relación a los primeros que SÍ PAGARON ESE VOTO. ¡Madre mía, cuánto despropósito y qué vergüenza ajena teníamos todos!

Un momento de la actuación de Inner Zest
Una vez realizado el sorteo previo, el escenario acogió al primer grupo: los murcianos de Plastificated, que contaban con un buen número de seguidores y derrocharon ganas y talento durante sus 20 minutos de gloria. Tras ellos, los catalanes de Corelyn, con un estilo diferente a sus predecesores y que también intentaron agradar al público que allí se dio cita. Más tarde llegó el turno para otros murcianos: Inner Zest. Nada que ver con la música de los dos grupos anteriores, en una línea que recuerda las influencias de muchas y buenas bandas de los 70 y 80 aunque sus temas poseen personalidad y son originales del grupo, como todos los que allí sonaron (obligados por la organización). Y, finalmente, los cartageneros de Chocolate Mamá; tal vez, los que más posibilidades tenían, junto a Inner Zest, de alzarse con el triunfo final por su música y puesta en escena. En suma, que la suerte estaba echada.

Bueno, pues tocaba esperar a que se realizara el recuento de los votos del público que sumados a la decisión del Jurado nos darían los resultados. Ni que decir tiene que el público se había calmado un poco con los conciertos, pero no así con ese pequeño "atraco" de los 3 € y, encima, más cabreo porque a los que después se dispusieron a comprar papeletas de voto, se las regalaron. Los primeros no podían evitar tener una amarga sensación de "primos" y es lógico. Y llegaron los resultados. Bueno, eso es mucho decir. Más bien, el resultado. Porque el organizador español accedió al escenario cuando no había casi nadie en la sala y en tono muy balbuceante (y claramente ebrio) anunció al grupo ganador: Corelyn. Tan escasamente se le entendió, que tuvo que repetir el nombre del ganador. Pero eso no fue todo. ¿Dónde estaba el grupo ganador? ¿Y los gritos y saltos de alegría de los ganadores? ¿Y el público, que se mostró absolutamente serio e impasible, como el que escucha llover? Aquello más que el anuncio alegre del ganador parecía el vertido de un gran jarro de agua fría sobre todos los asistentes, incluidos los grupos participantes. Y, por cierto, los componentes de CORELYN SÍ ESTABAN ALLÍ, aunque no dentro de la sala. Lo que indica la señora Ouellet de que "habían salido a cenar" es incierto ya que lo habían hecho antes del concierto. Sí estaban fuera de la sala, señora Ouellet.

Los años de profesión me han agudizado el pabellón auditivo y escuchaba comentarios tales como "Esto estaba amañado de antemano". "¿Por qué no han dado el recuento de los votos del público y la suma de éstos con los del Jurado?". Y otros comentarios de más público: "Mira tío, matemáticamente no es posible que hayan ganado estos chicos, porque apenas tenían votos del público a tenor de lo que he controlado en la entrega a la organización". Los integrantes de Chocolate Mamá enviaron esa misma noche un correo electrónico, en el que mostraban todas estas cuestiones que entendían gravísimas irregularidades consentidas no ya por el organizador español (del que conocían su escasa reputación y seriedad en esta lides), si  no de la representante de ENVOL ET MACADAM que, curiosamente, resultó ser la misma persona a la que se le remitió el correo: Virginie Ouellet. Se pueden imaginar que en su contestación, la señora Ouellet "tergiversó" algunos aspectos (se me ha facilitado esa contestación), que nada tienen  que ver con lo realmente allí sucedido. Si tan "legal" es esta señora, lo que debería hacer es proyectar los vídeos que ella misma filmó en la sala y se comprobarán muchas de las cuestiones que aquí se indican y denuncian.


Chocolate Mamá
El resumen de todo esto nos deja varias interrogantes para el futuro PLANETROX 2012. ¿Por qué una empresa que se autopublicita como la más seria en la organización de música alternativa, como es ENVOL ET MACADAM, no se informa de manera adecuada antes de contratar o ceder la organización de su fase española, haciéndolo con una persona que posee una escasa y no muy brillante "prensa" en este mundillo y que, además, no es ni por asomo el exponente de profesionalidad, seriedad y solvencia que SÍ SE TIENE EN NUESTRO PAÍS? Les recomiendo que hablen con los organizadores de GBOB. Allí le conocen bastante bien. Esta empresa internacional, ENVOL ET MACADAM, con su actitud y "manipulación" de los hechos ocurridos en pasado 19 de Agosto en la sala murciana "Old School" (insisto, según refleja la propia Virginie Ouellet en el correo de contestación a las denuncias del grupo Chocolate Mamá) resqurebraja su imagen de 15 años de solvencia y deja en el aire un ambiente de "razonables dudas" sobre el cumplimiento de sus propias normas en PLANETROX, además de una escasa fiabilidad sobre el proceso de votaciones del concurso del que si tomamos el ejemplo del pasado 19 de agosto en Murcia, se demostró (¡Qué cosas!) "claramente oscuro".
Mucho tendrán que cambiar para la segunda edición de PLANETROX en España la empresa organizadora, si pretende que las bandas o grupos españoles concursen en la edición 2012. Y tendrán que demostrar la solvencia, profesionalidad y seriedad de la organización española para convencer y animar a los grupos de este país a participar, pagar sus cuostas correspondientes y tener la absoluta seguridad de que, en efecto, se elegirá al mejor de los finalistas. Porque aún habiendo estado bien en sus actuaciones respectivas los cuatro finalistas españoles de 2011, en el ambiente ha quedado la certeza de que antes de esta final "todo estaba amañado" y elegido de antemano el grupo que representará a España en Quebec. Esa sensación y la de varios incumplimientos por parte de la organización de sus propias normas, como fue admitir cambios sustanciales en la banda ganadora o lo que muchos de los asistentes calificaron como "timo" en la compra de las papeletas de votos (unas pagadas y otras regaladas). Una lástima que hayan quedado más tinieblas que luces en esta fase española. Esperemos -al menos, ellos así lo han expresado- que Corelyn ponga a España en un magnìfico lugar en esa final de Quebec. Se lo deseamos de todo corazón.

Los catalanes CORELYN representarán a España en Quebec

miércoles, 17 de agosto de 2011

NUEVA REVISTA MUY INTERESANTE

Cabecera de la nueva revista
Hace unos días tuve conocimiento de la publicación del número uno de una nueva revista: BATERÍA Y PERCUSIÓN MAGAZINE. Como su propio título indica está dirigida, especialmente, a aquellos lectores interesados en estas parcelas concretas de la música. Pero también a cualquiera que le guste leer sobre música e instrumentos o, simplemente, leer.

El primer número ha dedicado una entrevista al baterista inglés, Simon Phillips, quien, precisamente, forma parte del trío que acompaña a la pianista japonesa HIROMI, presente en la recientemente clausurada XIV edición de JAZZ SAN JAVIER. Junto a esta entrevista, nos encontraremos con otra realizada al baterista español, Pedro Barceló, así como artículos sobre materiales, solfeo, etc. También un especial dedicado a Dave Weckl.

En definitiva, que aplaudo desde este blog esta nueva publicación que seguiré y que recomiendo desde ahora mismo. Para que no tengáis que buscar por ahí os dejo, en la columna de la derecha, el enlace directo para que visitéis su web.

martes, 9 de agosto de 2011

LA MIRADA DE GOIO VILLANUEVA


El fotógrafo de conciertos, Goio Villanueva, cuelga durante todo el mes de agosto una selección de su obra en la Sala "Mengolero", ubicada en el entorno Cuevas del Rodeo, en la alicantina población de Rojales. Cuevas del Rodeo es un enclave cultural en el que, como su propio nombre indica, una serie de cuevas están dedicadas a diversas materias artesanales, pintura, salas de exposiciones y algun que otro bar-cafetería. En ésta última, por cierto, el guitarrista y cantante murciano, Miguel Bañón, ofreció un recital acústico el pasado viernes, día 5 de agosto del año en curso; fecha en la que Goio Villanueva inauguraba esta muestra de su ya extensa obra fotográfica.



No es la primera exposición (aunque sí de las primeras que lleva a feliz término)  del artista bilbaíno. En esta ocasión, el marco es inigualable. Rojales recuperó para la Cultura este enclave de Cuevas del Rodeo, construídas por unos mineros murcianos en el siglo XVIII llegados hasta Rojales para trabajar en labores agrícolas. El oficio de picapedreros, les llevó a construir estas cuevas en la montaña de Rojales creando, de esta manera, una verdadera trama urbana subterránea que más tarde, ante la precariedad de las casas de cañas y barro, constituyó el hogar de generaciones posteriores hasta principios del siglo XX. Este curioso núcleo arquitectónico delimita a Rojales por el sur y constituye un interesante atractivo, que el turista no debe olvidar visitar en su paso por el municipio. Se ubican en este entorno, el Ecomuseo del Hábitat subterráneo y el Zoco artesanal.



Pues, como indicaba, en tan incomparable marco, el fotógrafo Goio Villanueva nos vuelve a impresionar con parte de su trabajo realizado durante el transcurso de los muchos y diversos conciertos de los protagonistas de su obra. La muestra nos da a conocer esos gestos o detalles del músico, mientras lleva a cabo su trabajo frente al público (que es, como Villanueva, donde más se arriesga).

En ocasiones posteriores he destacado la "facilidad de ver la foto" que posee este artista vasco afincado en la Vega Baja del Segura. Como ejemplo, les aconsejo que cuando visiten la exposición hagan un alto en Wynton Marsalis; se puede comprobar el momento de satisfacción y deleite del trompetista de Nueva Orleans, mientras la Lincoln Center Jazz Orchestra interpreta una pieza de su amplio repertorio jazzístico. O esa otra de la cantante Lizz Wright (obtenida durante su concierto en Cartagena), que parece querer detener la intensa luz de los focos de escenario, sin perder la compostura escénica.

En definitiva, que les aconsejo la visita a esta exposición de Goio Villanueva ya que, además de pasar un magnífico rato, también saldrán con la sensación de haber empleado muy bien una parte de este tiempo de verano muy propicio para dedicarlo a otras actividades que, por lo general, el tiempo laboral nos lo impide en muchas ocasiones. Espero que lo disfruten tanto como mi familia y yo lo hicimos el pasado viernes.



martes, 2 de agosto de 2011

BRILLANTE Y ESPECTACULAR CLAUSURA DEL XIV JAZZ SAN JAVIER

El auditorio del Parque Almansa volvió a llenarse para ver la clausura de Jazz San Javier 2011.
La jornada de clausura del XIV Festival de Jazz de San Javier ha resultado grandiosa, festiva y absolutamente musical en toda la extensión de la palabra. Los protagonistas de tales resultados fueron el septeto parisino, Pink Turtle, y el cantante inglés, Chris Farlowe que vino acompañado por The Norman Beaker Band. Una clausura que volvió a registrar otro lleno absoluto del auditorio del Parque Almansa, sede de este festival a orillas del Mar Menor en la Región de Murcia.


Alberto Nieto reiterando que el público es el valor añadido más importante de esta cita anual con el jazz en San Javier.

Previamente a que ambas formaciones salieran al escenario para ofrecernos sus conciertos, el director de Jazz San Javier, Alberto Nieto, se dirigió al público para agradecerles el apoyo que desde la primera edición ha venido recibiendo y sin el que Jazz San Javier no sería lo que es hoy por hoy, como tampoco hubiera sido posible el alcanzar esas cotas de popularidad y prestigio del que goza. Al tiempo, Nieto hizo votos porque el Festival de Jazz de Murcia capital vuelva a celebrarse para que no se pierda ninguno de los tres con que ha venido contando esta comunidad autónoma. Para Nieto "no sobramos ninguno", concretó.
Tras ello, Nieto anunció a Pink Turtle; un septeto de músicos franceses que tienen una bien y reputada fama en el mundo del jazz, merced a las versiones de éxitos del pop y el rock tan originalmente adaptadas a las diversas corrientes que el género tiene. La formación (por lo que se había podido comprobar en los diversos vídeos que circulan por internet) llegaba a San Javier con unas tremendas ganas de agradar y producir una hora y media de auténtica diversión para el auditorio. Y vaya que lo consiguieron. Su aparición en escena ya indicaba el tremendo sentido del humor de estos magníficos músicos de Paris. El primero fue el baterista Stephane Roger, quien con un semblante muy ceremonioso se dirigió al público pidiendo que iluminaran el auditorio. El fin no era otro que poder fotografiar, de manera adecuada, a todos los allí presentes tras lo que dio las gracias. Y a renglón seguido, los primeros compases de batería dieron paso al resto de la formación integrada por el saxofonista y clarinetista, Pierre-Louis Cas; Jean-Marc Montaut, piano; Michel Bonnet, trompeta; el contrabajista, Laurent Vanhee; Christophe Davot, guitarra; y el trombonista y flautista, Patrick Bacqueville.


Pink Turtle al completo.
Una vez todos en el escenario atacaron “Sledghammer”; pieza con la que iniciaban su concierto que les sirvió también para dar las buenas noches en un perfecto español. Y ya todo fue un continuo desarrollo de los temas que conformaron su actuación en Jazz San Javier. “Take a walk”, “How deep is your love” (conocida pieza de los no menos conocidos Bee Gees), “Get up stand up”, “Hotel California” (dedicada al fotógrafo de conciertos, Goio Villanueva), éxito flamante, resplandeciente o radiante como quiera el aficionado denominarlo del grupo norteamericano Eagles. La diversión era constante y crecía a cada nueva interpretación de este magnífico grupo de instrumentistas parisinos.

Patrick Bacqueville, Michel Bonnet y Pierre_Louis Cas.
El público –que se había entregado por completo- se divertía al máximo. Y ciertamente, además de poder escuchar a unos buenos músicos con un mejor repertorio, también es importante la diversión. Porque la música también proporciona esos momentos, entre otros muchos. Con Pink Turtle en el escenario, nadie podía negar nada de lo que les cuento. Y lo siguieron demostrando con piezas como “Highway to hell”, una increíble versión del éxito de The Beatles, “A hard days night”, “Give a Little bit” o “Imagine”, de John Lennon.

Laurent Vanhee.
Y entonces apareció una de las sorpresas que esta formación siempre guarda para terminar de animar sus conciertos. Al primero que adivinara el título de la canción y el grupo que “se la robó” a Pink Turtle ganaría el último cd de los músicos galos. Eran unos minutos más para el humor, que completaba a la perfección el batería Roger haciendo de “azafata”. Lo adivinó un señor de las primeras filas. Y no era fácil debido al arreglo inicial. Se trataba del éxito de Abba, “Money, Money, Money”. Tras ello, el pianista Jean-Marc Montaut presentó a la banda. Pero ahí no había acabado todo, porque una característica de esta formación originaria de Paris es que incorporan al público a su repertorio. Esto es, que le hacen participar de manera destacada, como lo demostraron con otra canción “original”, que les robó un cantante francés llamado Patrick Hernández, que se convirtió en éxito discotequero en la década de los 80: “Born to be alive”. Una pieza que interpretó el baterista, Stephane Roger, a ritmo de bossa nova, con la mitad del auditorio haciendo el ir de las olas de Copacabana y la otra mitad, el venir de esas mismas olas. Deliciosos y divertidísimos. Todo ello, sin perder ni una sola nota ni fallar en su ejecución.


Stephane Roger interpretando "Born to be alive"
Stephane Roger.
Como indicaba, el público ganó su protagonismo en la última etapa del concierto haciendo los coros de “Smoke on the water”, que aprovechaban para escenificar las danzas de una tribu india norteamericana. Y para finalizar su programa oficial, otro éxito de The Beatles a ritmo de New Orleans: “Hey jude”. Aquello fue fantástico. El público “se los comía” y no querían que se marcharan tan pronto. Coreaban “La, la, la, la, la, la, la Hey jude” y ellos aplaudían a modo de acompañamiento. La locura, para qué les voy a contar más. Tanto insistieron desde las butacas repitiendo el coro de “Hey jude” y silbando, que tuvieron que regresar al escenario para regalar más piezas. Lo primero fue ponerle la música a ese coro y acabar así el tema de The Beatles.

Jean-Marc Montaut.
Y a continuación, como ocurrió a lo largo de toda su actuación, sonó con fuerza la versión de un exitazo del muy recordado Michael Jackson: “Billy Jean”. Bueno, aquello fue el “acabose” que diría un lugareño. La fiesta se había extendido incluso fuera del recinto del auditorio. En el Parque Almansa la gente bailaba al son de esas notas que se escuchaban desde fuera. Hasta los grillos y cucarachas (animalitos propios del verano) danzaban al compás de “Billy Jean”. Para arreglarlo, el guitarrista se recorrió las gradas tocando su solo y resultó “la caña”. ¡Cuánta diversión y música, por Dios! Y un regalo más a cappella: “Los sonidos del silencio”. Dios mío, esta gente alegra la vida al más serio del mundo mundial. Grandiosos y magníficos. Bastantes comentarios rezaban “tienen que volver otro año”. Esperemos que así sea.

Christophe Davot, entre el público de San Javier.
El segundo concierto de esta jornada de clausura del XIV Jazz San Javier tuvo otros aires y decorados centrados en el rhythm & blues anglosajón. Sus protagonistas fueron el cantante Chris Farlowe &The Norman Beaker Band. Músicos veteranos que datan de finales de los años 50 pero, sobre todo, con un protagonismo más acusado en los años 60 y 70 del pasado siglo en los que tanto Chris Farlowe como la banda de su acompañante, Norman Beaker, cobraron un protagonismo que les colocó en lo más alto del racking.

Norman Beaker & Chris Falowe.
Chris Farlowe (cuyo verdadero nombre es John Henry Deighton) nació en Londres en 1940 y ya desde muy joven intervino en diversas bandas del denominado estilo “skiffle”, hasta que a principios de los 60 se pasó al rhythm & blues y se colocó al frente de los Thunderbirds. Una formación que acogió a músicos desconocidos, como él, en aquellos años tales como Albert Lee (que estuvo este año en la jornada inaugural), el bajista Ricky Chapman o más tarde, el baterista Carl Palmer que en la década de los 70 formaría el trío Emerson, Lake & Palmer. Con ese y otros bagajes, Chris Farlowe fue conformando durante estas últimas seis décadas su vida musical que ha sido variada e intensa. Su concierto en San Javier se inició con “Look what you made me do” y “When the fat lady sings”, ambas piezas compuesta por el guitarrista Norman Beaker. 


Kim Jun Nishikawara.
Tras dar las gracias por la acogida al auditorio del Parque Almansa y al festival por traerles a esta edición, Farlowe pidió un aplauso para Pink Turtle por su estupendo concierto. Se quejó del calor de San Javier que es, dijo, muy pegajoso y atacó “Blues as blues cant get”. La voz de este cantante londinense de 71 años aún suena con fuerza y es magníficamente arropado por la banda que lidera el guitarrista Norman Beaker y que se completa con David John Baldwin, en los teclados y Hammond B3; Kim Jun Nishikawara, en el saxo y flauta (tal vez, los más jóvenes de toda la banda); el bajista John David Price y el batería, Stephen Harold Gibson, quien también hacía fotos al público entre tema y tema.

Stephen Harold Gibson.
Ni que decir tiene que el repertorio que Farlowe preparó para la clausura del XIV Jazz San Javier estaba cimentado en el blues y, en definitiva, en la música que desde siempre ha puesto en escena y por la que logró llegar al estatus del que siempre ha gozado. Más temas de ese corte fueron “Ain’t no big deal”, “I’ll sing the blues for you” y “All or nothing”. Cuando escuchas con atención a Chris Farlowe te das cuenta de que una parte importante de la música británica está delante de ti y es entonces cuando, de manera inequívoca, repasas esos 60 años de música que el británico atesora en su trayectoria. Como lo demostró con una versión tremenda del viejo éxito de James Brown “Shaky ground”, que puso al público del foso y al de las gradas en estado de “shock”. Ciertamente, nadie podía creer lo que allí estaba comprobando. De cómo una voz de esa edad puede sonar todavía con tanta contundencia, vitalidad y afinamiento. Y es que cuando estos “viejecitos” se ponen las pilas, a los que no lo somos tanto nos ganan por goleada (recuerden, sin ir más lejos, lo que les contamos del concierto de Eric Burdon; otro “veterano” británico, que ha recibido el Premio de esta XIV edición).

Nishikawara y John David Price.
Aunque hay que tener momentos para el sosiego, como los que proporcionó con otra versión increíble de “Loving arms” o “Handbags and gladrags”, que nos dieron un poco de respiro para apartarnos algo de ese calor meteorológico que en esta noche del 30 de julio caía sobre las templadas aguas del Mar Menor. Tras otra pieza más para la tranquilidad como “The guitar don’t lie”, Chris Farlowe dijo “esto es un festival de jazz y blues. ¿Queréis más blues?”, a lo que el público contestó con una única voz: “Sí”. Así es que sonaron las notas de un blues pegajoso como “Stormy mend by blues”. El clímax era inequívocamente de un gran club en sábado por la noche. La banda de Norman Beaker suena como un reloj suizo y ello ayuda muchísimo cuando se quiere convertir un auditorio en esto que comentamos. Pero es que escuchar el solo del saxo tenor que ejecutaba Kim Jun Nishikawara, con el acompañamiento destacado del Hammond B3 era irresistible. Y por si ello era poco, luego fue ese mismo Hammond que tocaba con una maestría asombrosa David John Baldwin, el que tomaba la voz cantante. La temperatura humana del auditorio se había incrementado de manera notable. La jugada culminaba con el riff del líder Norman Beaker, que sacó sonidos deliciosos de su Fender Stratocaster. 


Norman Beaker.
Al principio relatábamos que era sábado en la noche; un día de la semana marcado para la diversión. Y el público que llenó el auditorio del Parque Almansa vino, como cada jornada de Jazz San Javier, dispuesto a ello. Por eso no querían que aquella fiesta acabase. E inevitablemente, todo tiene un principio y un final. El de este concierto –al menos, de manera oficial- también había llegado. Lo anunció Chris Farlowe agradeciendo el que, palabras textuales, “este magnífico festival nos haya dado la oportunidad de estar aquí”. Con “Out of time” llegó ese fin. Pero tan sólo fue un punto y aparte, para que Farlowe y la banda que lidera Norman Beaker respiraran un poco, recobraran fuerza y regalaran los bises.

David John Baldwin.
De momento, una vez regresaron al escenario, las notas de “Rock and roll soldier” elevaron la fiesta hasta el cielo. El personal se movía al compás que marcaba Farlowe y la banda de Norman Beaker, aunque durante todo el concierto apenas habían tenido un momento de sosiego. A pesar de guardar todavía una excelente voz, 71 años “pesan” en un concierto aunque te muevas de manera más moderada. Y Chris Farlowe y la banda que lidera el guitarrista Norman Beaker (que tampoco es un chiquillo) volvieron a despedirse del público que les acompañó en Jazz San Javier. Pero esa noche de sábado no era una más, porque tenía la misión de clausurar la XIV edición de este festival. Lo que se traduce en que el personal no estaba por la labor de marcharse pronto (si es que a la una y media de la madrugada, se le puede calificar así para el final de una jornada que se había iniciado a las 21:45 horas del día anterior). El caso es que tanto insistían, que los músicos regresaron al escenario para regalar –ahora sí- la última pieza de su primera visita a Jazz San Javier: “Miss your fever”. El auditorio dio por bueno tanto derroche de generosidad en una banda “tan veterana”, con otra salva de aplausos y silbidos de reconocimiento a un concierto magistralmente ejecutado para despedir a los músicos británicos.

Chris Farlowe.
En definitiva, un magnífico, brillante y gran cierre del XIV Festival de Jazz de San Javier con dos formaciones que supieron captar a los casi dos mil espectadores que llenaban el aforo del auditorio del Parque Almansa. La noche, en lo meteorológico, acompañó bastante (ya sabemos que la humedad, por estas tierras, es una constante difícil de erradicar). En los rostros del público se adivinaban satisfacciones y tristezas al tiempo. Lo primero, por tan brillante cierre para un festival al que ese público sigue aupando hacia lo más alto (22.000 asistentes, a las doce noches de esta edición así lo atestiguan en tiempos de crisis). En cuanto a la tristeza, se mostraba porque todo lo bueno se acaba y la XIV edición ya había echado el telón. Pero como reza el refrán: “Que nos quiten lo bailao”. El director del mismo, Alberto Nieto, nos comentaba que si no hay contratiempos presupuestarios está preparando una XV edición que no se olvidará. Si tengo que hacer honor a la verdad, me lo creo a piés juntillas porque nunca nos hemos sentido defraudados. De la misma manera, el deseo de no haber defraudado al lector que, amablemente, se ha asomado a este blog para seguir la evolución de estas crónicas. Un deseo de quien las ha escrito. Muchísimas gracias a todos, por su curiosidad y, en cualquiera de los casos, a los que son seguidores del blog, mi agradecimiento por su fidelidad. El blog va a continuar describiendo las sensaciones que producen la música. También estará pendiente y atento (aunque ésto último, no siempre lo consigo) a cualesquiera otras manifestaciones de la Cultura, además de la música. Y se lo contaremos con la misma pasión que ponemos en todo. De momento, les dejo con esta crónica de la clausura del XIV Jazz San Javier.

Todas las fotos de esta crónica, así como las del resto de Jazz San Javier son obra de MARTA PINILLA ALDARAVÍ, fotógrafo oficial de JAZZ SAN JAVIER.

Grandioso, Chris Farlowe.