jueves, 4 de agosto de 2016

UN TOQUE MAESTRO PARA ACABAR.

Ellis Marsalis desplegó su Magisterio en Jazz San Javier dando una corta pero única lección de cómo se aborda esta música en grupo y en solitario. El Patriarca de la familia Marsalis recogió el homenaje de todo un auditorio puesto en pié, que le aplaudió por espacio de 5 minutos.

Y después, otro maestro del jazz vocal, Kevin Mahogany, abrió sus esencias para que inundaran el ambiente del Parque Almansa. Mahogany recibió el segundo Premio del Festival a Toda una Carrera concedido en esta edición.

El gran Ellis Marsalis recibiendo una calurosa acogida del público.
Las aperturas y cierres de Jazz San Javier también se han convertido en una constante preocupación de su director, Alberto Nieto, quien antes de que Kevin Mahogany ofreciera el que sería último concierto de esta XIX edición, se dirigió al público para darles las gracias por el apoyo constante que han venido prestando durante estos 19 años. “Sin vosotros, ya lo sabéis, esto no sería posible”, subrayó una vez más Nieto, quien confesaba que no “veía” la vuelta en esta ocasión de los conciertos en la calle y debido al empeño del concejal de Cultura y del Alcalde de San Javier, David Martínez y José Miguel Luengo, respectivamente, finalmente se han celebrado y han sido todo un éxito. “Debo confesar públicamente que me equivoqué y me alegro. El próximo año volveremos a programarlos, en una edición que me gustaría fuese muy especial al cumplirse los 20 de celebración”.

El director de Jazz San Javier, Alberto Nieto.
En total, por este XIX Jazz San Javier han pasado casi 20.000 espectadores, con varios conciertos que rozaron el completo (Toni Zenet y Spyro Gyra, Jaume Vilaseca con Mar Vilaseca y Ravi Chary más la Banda Original de James Brown, o las dos últimas jornadas a cargo de Sarah McKenzie y The London Community Gospel Choir y esta de Ellis Marsalis Quartet más Kevin Mahogany), y una que rebosó el total del aforo (gente que quedó fuera por falta de localidades) como fue la del guitarrista Steve Vai. En general, tres cuartos de aforo en cada jornada y llenos totales en los conciertos de la calle dibujan un magnífico panorama cara al futuro. En el deseo de Alberto Nieto está el poder recuperar a los nombres que, finalmente, se cayeron en la edición clausurada y algún otro que en las anteriores más recientes también lo hicieron. De momento les hablo de la noche de clausura.

Ellis Marsalis iniciando su concierto en Jazz San Javier.
Cuando Alberto Nieto anunció a Ellis Marsalis Quartet, el Patriarca de esta familia de músicos apareció en el escenario apoyado en su robusto bastón. Pelo anillado y gris, como los Senadores romanos que desprendían sabiduría, y traje gris con camisa sin corbata (un calor sofocante el de esta noche de clausura en San Javier). Ellis Marsalis hizo un gesto de agradecimiento, apoyó su bastón en el lateral izquierdo del gran cola, tomó asiento, pasó sus dedos por la escala central del teclado y comenzó a desplegar su Magisterio con una profunda sencillez, sin atosigamientos; dejando espacio libre a los músicos que le acompañaban como su alumno en otros tiempos, Jesse Davis al saxo; el contrabajista Darryl Hall y Mario Gonzi, a la batería. 

El ex alumno de Marsalis, Jesse Davis.
“12’s It” fue la primera pieza que nos mostraba sin tapujos ni recovecos cómo se hace jazz al más puro estilo. Marsalis lanzaba las notas precisas, mientras Davis completaba la melodía y Hall señalizaba el camino para que Bonzi, desde sus platos, caja y toms, pintara esas rayas. Ellis no atosigaba (tiene sobrados conocimientos para hacerlo) a sus músicos; antes al contrario, les dejaba un amplio espacio que él iba completando con las notas precisas; ni una más. Sencillamente maravilloso.  

Darryl Hall y su contrabajo hicieron doblete en esta noche de cierre.
Esa primera composición del propio Marsalis indicaba nítidamente cuál iba a ser la dinámica de este concierto que, la verdad, se nos hizo breve. Pero si tenemos en cuenta la avanzada edad de Ellis y unos ciertos impedimentos que sufre en sus manos, la actuación fue más que suficiente. A partir de la segunda pieza, Ellis conformó una selección de homenaje al recordado Thelonius Monk. Primero con “Crepescule With Nelly” y a continuación con “Evidence”, en la que hubo momentos de gloria para el baterista Mario Gonzi. En ambas, Ellis Marsalis continuó dando muestras de su sapiencia y sabiduría dejando, de inmediato, espacio a sus músicos que desarrollaban a la perfección las creaciones de Monk. 

Mario Gonzi estuvo fino en la batería y disfrutó al máximo.
Hace años que Alberto Nieto, el director de Jazz San Javier, pretendía poder contar con el concurso del padre de los Marsalis y hasta ahora, nunca lo logró. Sin embargo, al final todo llega si hay perseverancia y Nieto diseñó esta noche con dos iconos del género (uno instrumental y el otro vocal), con la suma de uno de los alumnos de Ellis Marsalis (el saxofonista Jesse Davis) y una sección rítmica que ha funcionado muy bien en otras ocasiones como son el contrabajista Darryl Hall y el baterista Mario Gonzi. Estos últimos participarían en ambos conciertos con igual maestría. Pero continuemos con el Magisterio de Ellis Marsalis, que entre las creaciones de Monk intercaló una pieza de Miles Davis titulada “Old Folks”, en la que cada uno de estos músicos puso su más sutil delicadeza para interpretarla. 

Ellis Marsalis durante el concierto. Obsérvese la cabeza y tamaño de su bastón, que permaneció apoyado en el lateral del Steinway todo el rato.
Y volvió a Thelonius Monk, a través de “Rhythm A Ning” que tuvo momentos de gloria para Davis y Gonzi verdaderamente brillantes. A su término, Ellis Marsalis se ponía en pie para despedirse mientras el auditorio, al unísono, le rendía su homenaje de admiración y respeto con una cerrada ovación que Marsalis supo agradecer con la humildad que tienen los grandes músicos del género. 

Tanto insistía el público, que Ellis Marsalis regresó al escenario para interpretar al piano solamente, el tema “Emily” con el que, ahora sí, daba por concluido su concierto en esta su primera visita a Jazz San Javier. De nuevo, ovación unánime del auditorio por espacio de unos minutos a uno de los músicos que más han hecho por preservar el jazz y sus tradiciones: Ellis Marsalis. 

Con su piano y su Magisterio finalizó Marsalis su concierto en San Javier.
Y en este diseño de noche para la clausura del festival, nos esperaba la actuación de una de las voces más magnéticas que posee el género y el blues: Kevin Mahogany. Junto a él, el piano del italiano Dado Moroni (otro ilustre nombre del jazz cuyas manos han acompañado al piano a músicos como Ray Brown o Clark Terry) y el guitarrista sueco Ulf Wakenius, que fue el guitarrista del último cuarteto del recordado Oscar Peterson. Y repitiendo en sus respectivos instrumentos de contrabajo y batería, Darryl Hall y Mario Gonzi, respectivamente. Con este diseño ¿Alguno de ustedes puede pensar en la posibilidad de un mínimo fracaso? Imposible. Todo estaba preparado para que los aficionados disfrutaran de una noche plena de jazz y blues. 


El gran Kevin Mahogany al comenzar su concierto. 

Primeramente apareció el trío conformado por el pianista Dado Moroni, el contrabajista Darryl Hall y Mario Gonzi, a la batería, para abrir el concierto e ir resituando al respetable con “It Could Happen To You”. Y a renglón seguido, se presentaba al gran Kevin Mahogany que aparecía sonriente y dispuesto a ofrecer una actuación que nos divirtiera y dejara huella entre todos nosotros. Para ello comenzó como hay que hacerlo en estos casos, con “Centerpiece”, un blues en el que ya dejaba ráfagas de scat para ir animando al personal. Aunque a estos no había que animarlos porque estaban predispuestos a ello. 

Dado Moroni, el pianista italiano convocado para este concierto de Mahogany.
Mahogany comenzó desde muy joven a tocar el piano, pero a los doce años se pasó al clarinete y después al saxo barítono. No sería hasta después de hacer su debut profesional con una orquesta, cuando se interesó por la voz. Y ahí comenzaría todo el desarrollo posterior que le llevaría a ser considerado hoy por hoy, como la mejor voz barítono del blues y el jazz. Con ese porte que le caracteriza, Kevin Mahogany va destapando su amplio repertorio en función de cómo responda el público y éste de San Javier lo hacía al pistón. Así que no le quedó otra que atacar el viejo y siempre efectivo tema de Duke Ellington “Caravan”, que el auditorio acompañó con sus palmas. 

De nuevo, en el contrabajo, Darryl Hall.
Y entonces pensó que esto iba demasiado deprisa y para calmar los nervios, nada mejor que una balada como “I Want To Talk About You”. Una vez sosegados y un tanto más tranquilos, Kevin Mahogany volvió a darle ritmo pero comenzando de menos a más -con la incorporación ya del guitarrista Ulf Wakenius-, a través de “Still Swingin” cuyo comienzo volvía a estar en unos scat del cantante que, más adelante, retomó para el gozo y disfrute de los presentes. 

Ulf Wakenius, el guitarrista sueco que junto a Mahogany y Moroni encabezaban el cartel de esta actuación.
Llegados a este punto del concierto, Mahogany decidió hacer “un momento Nescafé”. Se marcharon todos los músicos excepto el contrabajista Darryl Hall que atacó las primeras notas de “All Blues”, al que siguió Kevin Mahogany haciendo ambos una versión muy original que puso en pie al público que llenaba el auditorio del Parque Almansa. Geniales. 

Darryl Hall y Kevin Mahogany: "All Blues".
Se marchó Hall y apareció Ulf Wakenius para juntos interpretar otra maravilla titulada “The Nearness Of You”, otra balada preciosa a la que Mahogany supo dar su personalidad. Bueno, la cosa pintaba magníficamente así que como ya había habido bastante relajo, el resto de músicos regresaron a sus instrumentos y, ¡Vaya por Dios!, comenzaron a sonar las primeras notas de una versión originalísima del clásico “Route 66”, que colocó a todo el mundo a bailar y pasárselo de primera si es que para entonces queda alguien que no hubiera disfrutado aún. 

De nuevo, Ulf Wakenius acompañando a Mahogany.
Y saben una realidad (las coincidencias de la vida, que son así), ese 30 de Julio pasado se estaba celebrando el concierto de clausura del XIX Jazz San Javier, pero también era el día en el que Kevin Mahogany cumplía años y conmemoraba el aniversario de su boda. Así que los músicos le tenían preparada una sorpresa. Jesse Davis apareció en el escenario con su saxo y comenzó a tocar “Happy Birthday”, que coreó todo el auditorio. Menuda recreación que hicieron de esta pieza, como para haberla desarrollado por unos diez o más minutos. 

Jesse Davis tocando el "Happy Birthday".
Después de las felicitaciones, un tema rápido para acabar el concierto: “The Coaster”. El público rendía pleitesía a Kevin Mahogany y sus músicos, que recibían con agradecimiento. Entonces se procedió a la entrega del Premio a Toda Una Carrera, que otorga anualmente Jazz San Javier y que en esta edición lo ha hecho por partida doble: El primero para el pianista español Ignasi Terraza y este segundo, para el cantante, músico y profesor de jazz Kevin Mahogany. Con la presencia del Alcalde de San Javier y su concejal de Cultura, José Miguel Luengo y David Martínez respectivamente, y la del director del festival, Alberto Nieto, se le entregaba esta distinción al cantante norteamericano, que ha visitado San Javier en cuatro ocasiones a lo largo de estos 19 años. Kevin agradeció el premio y ofreció su bis: “For All We Know”. Sencillamente grandioso. 

De izquierda a derecha, David Martínez, José Miguel Luengo, Kevin Mahogany recogiendo el Premio del Festival, y Alberto Nieto. 
En resumen, una noche de clausura del XIX Jazz San Javier con un toque maestro a cargo del pianista Ellis Marsalis, en la primera parte, que dejó constancia de su Magisterio. Después, la voz barítono más importante del género, Kevin Mahogany, desplegó sus esencias magistrales para encandilar a un auditorio absolutamente entregado a estos iconos del género. 

Esta XIX edición del festival cierra con toda clase de suertes para el futuro. La asistencia media a los conciertos ha sido de unos 1.100 espectadores, destacando los completos de los cuatro conciertos fuera de la sede habitual, más el de Steve Vai que faltaron entradas y los ofrecidos en las dos últimas noches que registraron otro lleno del auditorio. Para 2017 llegará la edición XX, en la que los aficionados esperamos sea especial por haber llegado a esa edad. Seguro que quedaremos, una vez más, sorprendidos con su programación. Sean felices y no dejen de escuchar música y si es de jazz, mejor. Buen verano a todos. 

Las fotografías de esta crónica, así como las que han aparecido en todas las publicadas aquí del festival, son obra de Goio Villanueva, fotógrafo oficial de Jazz San Javier y de conciertos. Gracias Goio, como siempre, por tu excelente trabajo y generosidad. 

Kevin Mahogany dispuesto para apagar la vela de su tarta de cumpleaños, que le prepararon en camerinos y compartirla con los músicos.


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