Su concierto comenzó con una pieza escrita por la propia McKenzie titulado “Onwards and Upwards” que, en efecto, fue una primera demostración de la calidad que atesora esta cantante y pianista arropada por tres músicos de probada calidad como son el guitarrista Jo Caleb; Pierre Boussaguet, en el contrabajo, y el baterista (muy fino, por cierto) Marco Valeri. Un cuarteto que funciona como un reloj suizo llegado desde Paris y con una voz que destila un claro tono añejo para darle la fuerza precisa en la interpretación vocal para el jazz.
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El contrabajista galo Pierre Boussaguet. |
Sarah McKenzie se ha confesado admiradora
y seguidora de esas voces de antaño subrayando que, efectivamente, tiene ese
toque porque fue escuchando a Oscar Peterson cómo se interesó por esta música y
haciendo lo propio con voces como la de Dianne Reeves o María Schneider, cómo
aprendió a modular su voz para interpretar jazz. Así que, como se suele decir,
más vale la muestra que las palabras y Sarah McKenzie comenzó a desplegar sus
potenciales a través de piezas que, la mayoría de ellas, conforman su último
disco aparecido en los mercados en 2015 y titulado “We Could Be Lovers”, que
cantó después de “I Won’t Dance”.
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El baterista italiano Marco Valeri posee gran delicadeza para tocar. |
Con esas cuatro canciones, la voz de Sarah McKenzie ya había
conquistado al público que llenaba el auditorio del Parque Almansa. Y no es de
extrañar porque desprende dulzura y juventud con ese toque, como indiqué, de
añejo que la hace muy atractiva. La cantante domina bien la escena y sabe
llevar muy bien sus actuaciones dando, en cada momento, el clímax que las
reacciones del público demandan. Y las del auditorio de San Javier pedían
“That’s It I Quit”, para continuar con “Don’t Tempt Me”, una pieza que suena al
jazz vocal de los años 50, o adentrarse con absoluta autoridad en los terrenos
del blues con “I Got The Blues Tonight”.
El público la ovacionaba intensamente que
atónitos muchos de ellos, no podían creer la calidad de lo que estaban
presenciando a pesar de la juventud de su protagonista. Y es que Sarah McKenzie
se ha convertido en uno de los valores en alza del jazz vocal interpretado por
cantantes noveles y jóvenes. Además de cursar sus estudios y graduarse en el
prestigioso Berklee College of Music, de las experiencias vividas en Boston y
otros lugares del Planeta, el fijar su residencia en Paris le ha sumado un plus
que no todos adquieren. París es una ciudad de artistas en muchas disciplinas,
pero desde hace muchos años también es una ciudad de jazz y eso se nota en
Sarah McKenzie que ha incorporado a su estilo el modo de vida parisino.
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Sarah McKenzie interpretó dos temas con el sólo acompañamiento del guitarrista Jo Caleb. |
Para continuar, los demás músicos
abandonaron el escenario salvo el guitarrista Jo Caleb, que comenzó a tocar
unas notas del compositor español Albéniz para, inmediatamente, hacerlo con las
primeras notas del inmortal “Moon River” que creara Henry Mancini para la
película “Desayuno con Diamantes” (título en España cuyo original era “Desayuno
en Tiffany”, la famosa joyería neoyorquina y la más prestigiosa de todos los
Estados Unidos), que Sarah interpretó con una maestría y sencillez envidiable.
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La belleza y dulzura de una futura diva del jazz vocal. |
Y después de este regalo tan delicado, el concierto encaró su
recta final con otras canciones que aparecen en su más reciente disco, aunque
no solamente en él. Piezas como “Love Me Or Leave Me” (de su primer disco en
2011 compuesta por la propia pianista), “Quoi, Quoi, Quoi” (un bossa precioso),
una increíble versión de “At Last” el éxito que logró la recordada Etta James,
o “The Lovers Tune”, de su anterior disco, con el que finalizaba su concierto
en esta su primera visita a San Javier.
El público la aclamaba puesto en pié, mientras Sarah McKenzie y
sus músicos saludaban al respetable y la organización le obsequiaba con un ramo
de flores. Tanto insistió el auditorio que Sarah McKenzie regresó al escenario
acompañada de su guitarrista, Jo Caleb, para realizar una soberbia
interpretación de una pieza escrita por los hermanos Gershwin titulada
“Embraceable You” con la que, ahora sí, se despedía de Jazz San Javier. La
verdad es que fue un concierto memorable que ha quedado, creo, en la memoria de
muchos de nosotros. La veremos convertida en toda una diva del jazz vocal.
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El cuarteto de Sarah McKenzie en plena actuación. |
La segunda parte de esta antesala de clausura estaba dedicada al
góspel, una especialidad que nació en las iglesias de los negros norteamericanos
y que, a fecha de hoy, se ha ido adaptando a los tiempos logrando
diversificarse y conseguir ser un género con éxito. Les parecerá increíble,
pero así fue como resultó el concierto ofrecido por uno de los más prestigiosos
del mundo: The London Community Gospel Choir.
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Las ocho voces que conformaron este coro en su concierto de Jazz San Javier. |
Este coro está considerado el más prestigioso de Europa, aunque
también del resto del Planeta. Con un total de diez discos en el mercado y la
veteranía que les da el haber grabado
con voces tan prestigiosas como Elton John, Sting o Madonna, la
Comunidad del Coro de Gospel de Londres posee una dilatada historia de más de
tres décadas ofreciendo conciertos, participando en las grabaciones de esas
destacadas voces de las que he hecho mención y siendo un referente coral para
los músicos en general.
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Keshia
Smith, Neresa Maye y Connie Young. |
La formación que presentaron en San
Javier difería un poco de la que se anunciaba en el programa y estaba
conformada por las voces de Keshia Smith, Neresa Maye, Connie Young, Nathan
Gardener (la única voz masculina), Josephine Nugent, Rebecca Thomas, Cristina
Metowu y Annette Bowen. A este fabuloso octeto de voces se unían el director,
pianista y voz Bazil Meade, Andrew Smith a la guitarra, Ayodele Oyerinde en los
teclados, el bajista Anthony Williams y Leo Meade, en la batería. El conjunto
de estos trece músicos es espectacular, tal y como indica el contexto de la
palabra. Porque su puesta en escena y desarrollo es eso, un espectáculo en toda
regla que atrapa al más soso del lugar.
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Después de Connie Young, Nathan Gardener la única voz masculina. A su izquierda Josephine Nugent. |
“Praise The Lord” fue el comienzo de todo
un desfile de temas que fueron inundando, paulatinamente, al público que
asistía al concierto y al que canción tras canción, The London Community Gospel
Choir fueron atrapando y convirtiéndolo en parte de esta comunidad coral.
Después llegarían más temas tradicionales como “Going Up Yonder”, “Everlasting
God”, “Devoted”, “This Little Light/Amen” en la que Bazil Meade ya buscó la
participación directa de los asistentes bajando al foso y moviéndose entre el
público con un micrófono, para hacerles cantar y participar como si fueran parte
del grupo. Y “Precious Lord Take My Hand”, que terminó con un auditorio puesto
en pie y aplaudiendo sin cesar ese espectáculo.
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A la izquierda, Josephine Nuget. A su lado, Rebecca Thomas y le sigue Cristina Metowu. |
Y entonces llegó un pequeño homenaje a
The Beatles, con temas tan señeros como “Let It Be”, “I’ll Get By With A Little
From My Friends” y “We Can Work It Up” que animaron todavía más a un público
que bailaba, aplaudía y coreaba sin cesar todas y cada una de esas canciones
del cuarteto de Liverpool.
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Junto a Cristina Metowu, a la izquierda de la imagen, Annette Bowen. |
Hay dos películas que cuentan la historia
de una estrella de Las Vegas, que huyendo de un gánster se refugia en un
convento de monjas. Una vez allí observa que el coro de religiosas era muy soso
y decide cambiarlo de arriba abajo, para hacerlo más atractivo y llenar con
ello la iglesia. En la segunda película, esa estrella del espectáculo es
demandada de nuevo por la comunidad religiosa para que se haga a cargo de la
clase de música. El papel de esa estrella en el convento es la hermana Marie
Clarence, que logra de ese coro escolar que sea uno de los mejores de Estados
Unidos. Pues ese papel, exactamente, es
el que llevó a cabo Rebecca Thomas colocándose frente a sus compañeros y
dirigiéndolos, a ellos y también a los músicos, en algunas de las canciones que
siguieron conformando este concierto tales como “My Soul Says”, “I Found The
Answer”, “Happy Are The People”, “Long, Long Lonely Journey” o “Beggy, Beggy”,
cuyos solistas se iban alternando de entre las ocho voces.
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Rebecca Thomas, de espaldas al público, dirigiendo a sus compañeros. |
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El grupo de músicos que acompañan a estas voces. |
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El bajista Anthony Williams. |
Y el final no podía ser de otra manera
que con un icono que todo buen coro que se precie debe incorporar a su repertorio:
“Oh Happy Day”, en una versión personal de The London Community Gospel Choir,
que provocó un estallido general del auditorio, puesto en pie desde hacía
tiempo atrás, aplaudiendo sin cesar a esta maravillosa comunidad coral con base
en Londres.
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Bazil Meade animando al público a cantar y participar. |
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Una muestra de cómo se encontraba el auditorio de público. |
El público no quería marcharse sin que
les regalaran un bis. Naturalmente que estaba previsto; regresaron al escenario
y Annette Bowen tomó el micrófono para convertirse en la solista que iba a
dirigir “Faith”, en otra versión “made in London Gospel Choir” que derribó al
personal. Fantásticos y decisivamente pletóricos los componente de The London
Community Gospel Choir en esta su primera, y exitosa, visita a Jazz San Javier,
que despejaron todo tipo de dudas sobre los recelos, pequeños o mayores, que
algunos podían tener sobre el góspel.
En resumen, una jornada redonda con un
lleno total del auditorio Parque Almansa con una primera parte a cargo de Sarah
McKenzie, que a través de su dulzura y belleza nos atrapó en su jazz añejo a
pesar de su juventud. Será una gran diva del jazz vocal. La segunda parte se
convirtió en una gran y sensacional fiesta coral, en la que The London
Community Gospel Choir nos hicieron cantar, bailar, aplaudir y cambiar
prejuicios que sobre el góspel, algunos pudiéramos tener. Loa jornada de cierre
será, sobre el papel, una gran noche de jazz con dos nombres de peso en el
género: El pianista y Patriarca de la familia, Ellis Marsalis, y el cantante
Kevin Mahogany, al que se entregará el segundo de los dos premios del festival
concedidos para esta edición. Estoy convencido de que será una jornada
inolvidable. Les contaré todo lo que ocurra.
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The London Community Gospel Choir al completo. |
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