martes, 12 de octubre de 2010

Y SOLOMON BURKE VIO A DIOS

Se ha marchado rodeado de gente, como le gustó estar en esta tierra durante sus conciertos y su vida. Viajaba una vez más, para presentar el resultado de su trabajo musical. Pero tal vez pensó mientras volaba en ese avión del adiós, que ya que estaba tan cerca del Buen Dios era mejor ir a verle. Por eso, tal vez, cambió su rumbo y nunca llegaría a su destino en Amsterdan para ver a los vivos y cantarles sus canciones.

Solomon Burke nos ha dejado huérfanos en la Tierra, porque el Gran Padre lo llamó el domingo día 10 a su Casa. Nos han quedado sus discos, sus canciones, sus recuerdos de Gran Predicador que se dirigía a nosostros desde el púlpito de su escenario impartiendo sus enseñanzas musicales mientras repartía rosas rojas y collares. Nos decía que "Todo el mundo necesita amar a alguien" porque nadie debe sentirse abandonado.

Sus canciones fueron himnos religiosos que traspasaron esa frontera para llegar al gran público, aunque tardaran más años que otros nombres ilustres del "soul" como Otis Redding o Sam Coke. Pero inundaron una parte importante de nuestras vidas, para reconfortar nuestras "almas" sedientas de escuchar palabras gratificantes. Y ello, lo consiguió Solomon Burke con su enorme humanidad como nos demostró durante sus visitas al Festival de Jazz de San Javier, o a tantos otros lugares de la Tierra a los que llevaba su palabra y música.

Hoy me siento triste pero al tiempo, alegre por tener la certeza de que Solomon Burke ha podido ver a Dios. A ese Dios al que tanto rogó y del que explicó su palabra por todo el universo. Hoy "lloramos por tí", Solomon. Y lo hacemos con el recuerdo imborrable que dejaste sobre todos nosotros. Descansa en paz.




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