martes, 2 de agosto de 2011

BRILLANTE Y ESPECTACULAR CLAUSURA DEL XIV JAZZ SAN JAVIER

El auditorio del Parque Almansa volvió a llenarse para ver la clausura de Jazz San Javier 2011.
La jornada de clausura del XIV Festival de Jazz de San Javier ha resultado grandiosa, festiva y absolutamente musical en toda la extensión de la palabra. Los protagonistas de tales resultados fueron el septeto parisino, Pink Turtle, y el cantante inglés, Chris Farlowe que vino acompañado por The Norman Beaker Band. Una clausura que volvió a registrar otro lleno absoluto del auditorio del Parque Almansa, sede de este festival a orillas del Mar Menor en la Región de Murcia.


Alberto Nieto reiterando que el público es el valor añadido más importante de esta cita anual con el jazz en San Javier.

Previamente a que ambas formaciones salieran al escenario para ofrecernos sus conciertos, el director de Jazz San Javier, Alberto Nieto, se dirigió al público para agradecerles el apoyo que desde la primera edición ha venido recibiendo y sin el que Jazz San Javier no sería lo que es hoy por hoy, como tampoco hubiera sido posible el alcanzar esas cotas de popularidad y prestigio del que goza. Al tiempo, Nieto hizo votos porque el Festival de Jazz de Murcia capital vuelva a celebrarse para que no se pierda ninguno de los tres con que ha venido contando esta comunidad autónoma. Para Nieto "no sobramos ninguno", concretó.
Tras ello, Nieto anunció a Pink Turtle; un septeto de músicos franceses que tienen una bien y reputada fama en el mundo del jazz, merced a las versiones de éxitos del pop y el rock tan originalmente adaptadas a las diversas corrientes que el género tiene. La formación (por lo que se había podido comprobar en los diversos vídeos que circulan por internet) llegaba a San Javier con unas tremendas ganas de agradar y producir una hora y media de auténtica diversión para el auditorio. Y vaya que lo consiguieron. Su aparición en escena ya indicaba el tremendo sentido del humor de estos magníficos músicos de Paris. El primero fue el baterista Stephane Roger, quien con un semblante muy ceremonioso se dirigió al público pidiendo que iluminaran el auditorio. El fin no era otro que poder fotografiar, de manera adecuada, a todos los allí presentes tras lo que dio las gracias. Y a renglón seguido, los primeros compases de batería dieron paso al resto de la formación integrada por el saxofonista y clarinetista, Pierre-Louis Cas; Jean-Marc Montaut, piano; Michel Bonnet, trompeta; el contrabajista, Laurent Vanhee; Christophe Davot, guitarra; y el trombonista y flautista, Patrick Bacqueville.


Pink Turtle al completo.
Una vez todos en el escenario atacaron “Sledghammer”; pieza con la que iniciaban su concierto que les sirvió también para dar las buenas noches en un perfecto español. Y ya todo fue un continuo desarrollo de los temas que conformaron su actuación en Jazz San Javier. “Take a walk”, “How deep is your love” (conocida pieza de los no menos conocidos Bee Gees), “Get up stand up”, “Hotel California” (dedicada al fotógrafo de conciertos, Goio Villanueva), éxito flamante, resplandeciente o radiante como quiera el aficionado denominarlo del grupo norteamericano Eagles. La diversión era constante y crecía a cada nueva interpretación de este magnífico grupo de instrumentistas parisinos.

Patrick Bacqueville, Michel Bonnet y Pierre_Louis Cas.
El público –que se había entregado por completo- se divertía al máximo. Y ciertamente, además de poder escuchar a unos buenos músicos con un mejor repertorio, también es importante la diversión. Porque la música también proporciona esos momentos, entre otros muchos. Con Pink Turtle en el escenario, nadie podía negar nada de lo que les cuento. Y lo siguieron demostrando con piezas como “Highway to hell”, una increíble versión del éxito de The Beatles, “A hard days night”, “Give a Little bit” o “Imagine”, de John Lennon.

Laurent Vanhee.
Y entonces apareció una de las sorpresas que esta formación siempre guarda para terminar de animar sus conciertos. Al primero que adivinara el título de la canción y el grupo que “se la robó” a Pink Turtle ganaría el último cd de los músicos galos. Eran unos minutos más para el humor, que completaba a la perfección el batería Roger haciendo de “azafata”. Lo adivinó un señor de las primeras filas. Y no era fácil debido al arreglo inicial. Se trataba del éxito de Abba, “Money, Money, Money”. Tras ello, el pianista Jean-Marc Montaut presentó a la banda. Pero ahí no había acabado todo, porque una característica de esta formación originaria de Paris es que incorporan al público a su repertorio. Esto es, que le hacen participar de manera destacada, como lo demostraron con otra canción “original”, que les robó un cantante francés llamado Patrick Hernández, que se convirtió en éxito discotequero en la década de los 80: “Born to be alive”. Una pieza que interpretó el baterista, Stephane Roger, a ritmo de bossa nova, con la mitad del auditorio haciendo el ir de las olas de Copacabana y la otra mitad, el venir de esas mismas olas. Deliciosos y divertidísimos. Todo ello, sin perder ni una sola nota ni fallar en su ejecución.


Stephane Roger interpretando "Born to be alive"
Stephane Roger.
Como indicaba, el público ganó su protagonismo en la última etapa del concierto haciendo los coros de “Smoke on the water”, que aprovechaban para escenificar las danzas de una tribu india norteamericana. Y para finalizar su programa oficial, otro éxito de The Beatles a ritmo de New Orleans: “Hey jude”. Aquello fue fantástico. El público “se los comía” y no querían que se marcharan tan pronto. Coreaban “La, la, la, la, la, la, la Hey jude” y ellos aplaudían a modo de acompañamiento. La locura, para qué les voy a contar más. Tanto insistieron desde las butacas repitiendo el coro de “Hey jude” y silbando, que tuvieron que regresar al escenario para regalar más piezas. Lo primero fue ponerle la música a ese coro y acabar así el tema de The Beatles.

Jean-Marc Montaut.
Y a continuación, como ocurrió a lo largo de toda su actuación, sonó con fuerza la versión de un exitazo del muy recordado Michael Jackson: “Billy Jean”. Bueno, aquello fue el “acabose” que diría un lugareño. La fiesta se había extendido incluso fuera del recinto del auditorio. En el Parque Almansa la gente bailaba al son de esas notas que se escuchaban desde fuera. Hasta los grillos y cucarachas (animalitos propios del verano) danzaban al compás de “Billy Jean”. Para arreglarlo, el guitarrista se recorrió las gradas tocando su solo y resultó “la caña”. ¡Cuánta diversión y música, por Dios! Y un regalo más a cappella: “Los sonidos del silencio”. Dios mío, esta gente alegra la vida al más serio del mundo mundial. Grandiosos y magníficos. Bastantes comentarios rezaban “tienen que volver otro año”. Esperemos que así sea.

Christophe Davot, entre el público de San Javier.
El segundo concierto de esta jornada de clausura del XIV Jazz San Javier tuvo otros aires y decorados centrados en el rhythm & blues anglosajón. Sus protagonistas fueron el cantante Chris Farlowe &The Norman Beaker Band. Músicos veteranos que datan de finales de los años 50 pero, sobre todo, con un protagonismo más acusado en los años 60 y 70 del pasado siglo en los que tanto Chris Farlowe como la banda de su acompañante, Norman Beaker, cobraron un protagonismo que les colocó en lo más alto del racking.

Norman Beaker & Chris Falowe.
Chris Farlowe (cuyo verdadero nombre es John Henry Deighton) nació en Londres en 1940 y ya desde muy joven intervino en diversas bandas del denominado estilo “skiffle”, hasta que a principios de los 60 se pasó al rhythm & blues y se colocó al frente de los Thunderbirds. Una formación que acogió a músicos desconocidos, como él, en aquellos años tales como Albert Lee (que estuvo este año en la jornada inaugural), el bajista Ricky Chapman o más tarde, el baterista Carl Palmer que en la década de los 70 formaría el trío Emerson, Lake & Palmer. Con ese y otros bagajes, Chris Farlowe fue conformando durante estas últimas seis décadas su vida musical que ha sido variada e intensa. Su concierto en San Javier se inició con “Look what you made me do” y “When the fat lady sings”, ambas piezas compuesta por el guitarrista Norman Beaker. 


Kim Jun Nishikawara.
Tras dar las gracias por la acogida al auditorio del Parque Almansa y al festival por traerles a esta edición, Farlowe pidió un aplauso para Pink Turtle por su estupendo concierto. Se quejó del calor de San Javier que es, dijo, muy pegajoso y atacó “Blues as blues cant get”. La voz de este cantante londinense de 71 años aún suena con fuerza y es magníficamente arropado por la banda que lidera el guitarrista Norman Beaker y que se completa con David John Baldwin, en los teclados y Hammond B3; Kim Jun Nishikawara, en el saxo y flauta (tal vez, los más jóvenes de toda la banda); el bajista John David Price y el batería, Stephen Harold Gibson, quien también hacía fotos al público entre tema y tema.

Stephen Harold Gibson.
Ni que decir tiene que el repertorio que Farlowe preparó para la clausura del XIV Jazz San Javier estaba cimentado en el blues y, en definitiva, en la música que desde siempre ha puesto en escena y por la que logró llegar al estatus del que siempre ha gozado. Más temas de ese corte fueron “Ain’t no big deal”, “I’ll sing the blues for you” y “All or nothing”. Cuando escuchas con atención a Chris Farlowe te das cuenta de que una parte importante de la música británica está delante de ti y es entonces cuando, de manera inequívoca, repasas esos 60 años de música que el británico atesora en su trayectoria. Como lo demostró con una versión tremenda del viejo éxito de James Brown “Shaky ground”, que puso al público del foso y al de las gradas en estado de “shock”. Ciertamente, nadie podía creer lo que allí estaba comprobando. De cómo una voz de esa edad puede sonar todavía con tanta contundencia, vitalidad y afinamiento. Y es que cuando estos “viejecitos” se ponen las pilas, a los que no lo somos tanto nos ganan por goleada (recuerden, sin ir más lejos, lo que les contamos del concierto de Eric Burdon; otro “veterano” británico, que ha recibido el Premio de esta XIV edición).

Nishikawara y John David Price.
Aunque hay que tener momentos para el sosiego, como los que proporcionó con otra versión increíble de “Loving arms” o “Handbags and gladrags”, que nos dieron un poco de respiro para apartarnos algo de ese calor meteorológico que en esta noche del 30 de julio caía sobre las templadas aguas del Mar Menor. Tras otra pieza más para la tranquilidad como “The guitar don’t lie”, Chris Farlowe dijo “esto es un festival de jazz y blues. ¿Queréis más blues?”, a lo que el público contestó con una única voz: “Sí”. Así es que sonaron las notas de un blues pegajoso como “Stormy mend by blues”. El clímax era inequívocamente de un gran club en sábado por la noche. La banda de Norman Beaker suena como un reloj suizo y ello ayuda muchísimo cuando se quiere convertir un auditorio en esto que comentamos. Pero es que escuchar el solo del saxo tenor que ejecutaba Kim Jun Nishikawara, con el acompañamiento destacado del Hammond B3 era irresistible. Y por si ello era poco, luego fue ese mismo Hammond que tocaba con una maestría asombrosa David John Baldwin, el que tomaba la voz cantante. La temperatura humana del auditorio se había incrementado de manera notable. La jugada culminaba con el riff del líder Norman Beaker, que sacó sonidos deliciosos de su Fender Stratocaster. 


Norman Beaker.
Al principio relatábamos que era sábado en la noche; un día de la semana marcado para la diversión. Y el público que llenó el auditorio del Parque Almansa vino, como cada jornada de Jazz San Javier, dispuesto a ello. Por eso no querían que aquella fiesta acabase. E inevitablemente, todo tiene un principio y un final. El de este concierto –al menos, de manera oficial- también había llegado. Lo anunció Chris Farlowe agradeciendo el que, palabras textuales, “este magnífico festival nos haya dado la oportunidad de estar aquí”. Con “Out of time” llegó ese fin. Pero tan sólo fue un punto y aparte, para que Farlowe y la banda que lidera Norman Beaker respiraran un poco, recobraran fuerza y regalaran los bises.

David John Baldwin.
De momento, una vez regresaron al escenario, las notas de “Rock and roll soldier” elevaron la fiesta hasta el cielo. El personal se movía al compás que marcaba Farlowe y la banda de Norman Beaker, aunque durante todo el concierto apenas habían tenido un momento de sosiego. A pesar de guardar todavía una excelente voz, 71 años “pesan” en un concierto aunque te muevas de manera más moderada. Y Chris Farlowe y la banda que lidera el guitarrista Norman Beaker (que tampoco es un chiquillo) volvieron a despedirse del público que les acompañó en Jazz San Javier. Pero esa noche de sábado no era una más, porque tenía la misión de clausurar la XIV edición de este festival. Lo que se traduce en que el personal no estaba por la labor de marcharse pronto (si es que a la una y media de la madrugada, se le puede calificar así para el final de una jornada que se había iniciado a las 21:45 horas del día anterior). El caso es que tanto insistían, que los músicos regresaron al escenario para regalar –ahora sí- la última pieza de su primera visita a Jazz San Javier: “Miss your fever”. El auditorio dio por bueno tanto derroche de generosidad en una banda “tan veterana”, con otra salva de aplausos y silbidos de reconocimiento a un concierto magistralmente ejecutado para despedir a los músicos británicos.

Chris Farlowe.
En definitiva, un magnífico, brillante y gran cierre del XIV Festival de Jazz de San Javier con dos formaciones que supieron captar a los casi dos mil espectadores que llenaban el aforo del auditorio del Parque Almansa. La noche, en lo meteorológico, acompañó bastante (ya sabemos que la humedad, por estas tierras, es una constante difícil de erradicar). En los rostros del público se adivinaban satisfacciones y tristezas al tiempo. Lo primero, por tan brillante cierre para un festival al que ese público sigue aupando hacia lo más alto (22.000 asistentes, a las doce noches de esta edición así lo atestiguan en tiempos de crisis). En cuanto a la tristeza, se mostraba porque todo lo bueno se acaba y la XIV edición ya había echado el telón. Pero como reza el refrán: “Que nos quiten lo bailao”. El director del mismo, Alberto Nieto, nos comentaba que si no hay contratiempos presupuestarios está preparando una XV edición que no se olvidará. Si tengo que hacer honor a la verdad, me lo creo a piés juntillas porque nunca nos hemos sentido defraudados. De la misma manera, el deseo de no haber defraudado al lector que, amablemente, se ha asomado a este blog para seguir la evolución de estas crónicas. Un deseo de quien las ha escrito. Muchísimas gracias a todos, por su curiosidad y, en cualquiera de los casos, a los que son seguidores del blog, mi agradecimiento por su fidelidad. El blog va a continuar describiendo las sensaciones que producen la música. También estará pendiente y atento (aunque ésto último, no siempre lo consigo) a cualesquiera otras manifestaciones de la Cultura, además de la música. Y se lo contaremos con la misma pasión que ponemos en todo. De momento, les dejo con esta crónica de la clausura del XIV Jazz San Javier.

Todas las fotos de esta crónica, así como las del resto de Jazz San Javier son obra de MARTA PINILLA ALDARAVÍ, fotógrafo oficial de JAZZ SAN JAVIER.

Grandioso, Chris Farlowe.

3 comentarios:

  1. Al final 23 conciertazos, y parece que nos faltan más, como somos, menos mal que ya solo faltan un poco menos de 11 meses para la XV edición.

    " Above all, enjoy the music" - (Herman Leonard)

    yo poco más puedo añadir al maestro de maestros, sigue en mi corazón.

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  2. Hotel California... ni flamante ni de Poco.. Documéntese un poco por favor...

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  3. Estimado amigo anónimo. Gracias por su corrección que acepto. En efecto, la pieza "Hotel California" es del grupo EAGLES y no de POCO, como yo escribí equivocadamente. Me fié más de mi memoria y por ello no lo consulté para tener la certeza. Y así, ahora, lo he corregido. En relación al adjetivo utilizado para calificar aquél éxito, me perdonará que no esté muy de acuerdo con usted. Tal vez podría haber escogido otro ¿más descriptivo o a su gusto? Probablemente, así podría haberlo hecho. Pero "flamante", según la RAE, tiene muchos significados. A saber, "lúcido", "resplandeciente"... De éste último (que proviene del verbo resplandecer), uno de sus significados es "sobresalir". Y en lo que se refiere a los sinónimos de "flamante" nos encontramos con "resplandeciente", "deslumbrante", "espléndido" o "radiante". A mi criterio, estos calificativos vienen a definir lo que aquella canción ha significado para una mayoría en el tiempo y, en consecuencia, no me parece inapropiada la utilización de "flamante". ¿Que usted habría puesto otro calificativo? Estoy absolutamente convencido de ello. Pero por mí, el utilizado está bien. En cualquier caso, le agradezo mucho su visita y, cómo no, su llamada correctora. Una última aclaración. Normalmente suelo estar bien documentado. Pero como humano (y creo que así lo he explicado un poco más arriba de este comentario) cometo errores. Cuando ello sucede, se procura subsanarlos lo antes posible. Y si, como es el caso, hay un amigo (aunque sea anónimo) que así me lo indica le quedo muy agradecido, como también es el caso. Por favor, no deje de visitar este blog e indicar todo lo que no le guste de él. Será el camino correcto para mejorarlo. Muchas gracias.

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