No sé muy bien si ella misma atisbaba que su final andaba cerca, pero su anuncio en Paris (en septiembre pasado) de que abandonaba los escenarios por motivos de salud no auguraba nada bueno. Hoy, su corazón se ha parado para la vida terrenal pero ha rejuvenecido para la inmortalidad. La Reina de los Piés Descalzos (actuaba así para denunciar la pobreza de su pueblo) nos ha dejado. Nos quedan sus recuerdos de conciertos memorables, íntimos, irrepetibles. Sus discos, sus canciones, su manera de interpretar y vivir la vida.
Otra voz se ha apagado casi finalizando un año para el olvido: 2011. Su fusión de fado portugués, modinha brasileña, lamento angoleño y tango argentino constituyó su identidad musical. Ha sido, como cada quien, irrepetible. Su viejo corazón se ha parado este 17 de diciembre de 2011, a los 70 años de edad. La música -ella misma la afirmaba- era su vida. Descanda en paz, Cesaria.
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