El
pianista suizo volvió a Jazz San Javier para regalar uno de esos conciertos que
crea afición por esta música. A ello ayudó el armonicista francés Olivier Ker
Ourio que, según los expertos, puede ser el sustituto del desaparecido Toots
Thielemans. Después, la norteamericana europea Stacey Kent ofreció, pese a
sufrir una bronquitis, una actuación clamorosa que dejó al auditorio sin
palabras.
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El pianista suizo Thierry Lang durante un momento de su concierto. |
Los
días van transcurriendo en este mes de Julio de 2017 y aunque no lo parezca, ya
se han cumplido cinco jornadas del XX Jazz San Javier. En ésta última, la
quinta, se nos presentaba sobre el programa una de las noches que, sin duda,
era propicia para los buenos aficionados al género. Sus protagonistas fueron el
pianista y compositor suizo Thierry Lang –con su invitado especial, el
armonicista francés Olivier Ker Ourio-, que regresaba al festival tras haber
clausurado todos sus conciertos su homólogo norteamericano Ransey Lewis. Para
la segunda parte, Jazz San Javier nos había preparado un concierto delicado y
suave; como la voz de su protagonista: La cantante norteamericana, residente en
Europa, Stecey Kent, acompañada por su esposo el saxofonista y flautista inglés
Jim Tomlinson. Dos maneras de abordar esta música pero con una calidad y
magnetismo innegables para todo buen aficionado al género.
El
XX Jazz San Javier había configurado esta jornada con el regreso de toda una
leyenda, como es el pianista
norteamericano Ransey Lewis y su Electric Band. Pero antes de que finalizase el
mes de Junio, Lewis anunciaba que suspendía todos sus conciertos debido a
problemas de salud. Así que hubo que recomponer el cartel de este quinto día de
festival y para ello, se escogió a otro pianista que ya había visitado el
festival con anterioridad y que, entonces, dejó un recuerdo imborrable en el
público y una de las mejores noches de todas las ediciones celebradas hasta el
momento. Nos referimos al suizo Thierry Lang al que acompañaban Heiri Kaenzig,
en el contrabajo; el baterista Mario Gonzi (el pasado año hizo doblete en la
misma noche de clausura, con Ellis Marsalis y Kevin Mahogany), así como el
invitado especial de Lang para esta ocasión: El armonicista galo Olivier Ker
Ourio. Con estos mimbres, Lang confeccionó un concierto equilibrado, con
estándares del género y dejando siempre nítida su enorme sensibilidad para la
interpretación. Las primeras notas de “The Old Country” (éxito del recordado
trompetista Nat Adderley) sonaron en el auditorio haciendo el pianista una
introducción adaptada por él de esta pieza publicada en 1960, en la que Ker
Ourio tomaba el relevo de la trompeta de Adderley recordándonos, de inmediato,
al querido Toots Thielemans en su visita durante la IV edición.
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El francés Olivier Ker Ourio está considerado como el sucesor del desaparecido Toots Thielemans. |
Tras
presentar al trío y a su invitado, Thierry Lang indicó la composición con la
que había abierto su concierto que continuaba con otra pieza del Real Book del
Jazz titulada “Stella By Starlight”, pero siempre en una personal versión que
el pianista imprime a cualquier composición que aborde. Aquí tuvo más
protagonismo el gran cola al que apoyaban en todo momento y de manera
sensacional, la sección rítmica conformada por Kaenzig y Gonzi. Los asistentes
permanecían en sus butacas sin moverse, atentos a las evoluciones del cuarteto
y disfrutando al máximo de un concierto que transcurría de manera sosegada
pero, al tiempo, provocando sensaciones placenteras. Como cuando llegas al
final del día a casa, te sientas en tu sillón y te relajas al máximo escuchando
uno de esos discos grandes de vinilo de tu mejor intérprete.
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Mario Gonzi disfrutando mientras acompaña al resto de la formación. |
Y
llegó “Emily”. Pieza compuesta para el cine por Johnny Mandel y Johnny Mercer que formó parte de la
película “La americanización de Emily” (en España, “Nunca comprarás mi amor”),
a la que Thierry Lang con el acompañamiento de la armónica cromática de Olivier
Ker Ourio volvió a dar su toque intimista y personal logrando arrancar, una vez
más, los aplausos unánimes del auditorio de Jazz San Javier. Lo he mencionado
al principio: Thierry Lang posee un don especial para elegir repertorios. Y esa
noche no fue una excepción. Como si de una mirada hacia atrás (pero sin ira) se
tratara, Lang fue desgajando el preparado para la ocasión. Así que atacaron
“Estate”, un viejo éxito del italiano Bruno Martino, al que, naturalmente,
tanto Lang como Ourio impregnaron de su personalidad.
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Heiri Kaenzig lleva años como contrabajista de Lang. |
“I
Hear A Rhapsody” fue una pieza compuesta por George Fragos y Jack Baker que
llevó, entre otros, al éxito John Coltraine en 1958. Un comienzo por la parte
izquierda del teclado, en las notas bajas, más una insistencia de Gonzi en un compás
igualmente insistente daban el paso al armonicista Ker Ourio para que dejara
sonar los primeros compases nítidos de esta pieza convertida en un clásico de
las jam sessions, en la que de inmediato tomó la línea argumental Thierry Lang
que dejaba los contrapuntos del saxo a Ker Ourio y su cromática. Y todo ello
sostenido por la sección rítmica de Heiri Kaenzig y Mario Gonzi (tuvo su
momento de gloria hacia mitad de la pieza) que empastaban, así, un discurso
bien conformado y al que los aficionados dieron su aprobado alto.
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Ker Ourio y Thierry Lang. |
La
única composición del pianista suizo Thierry Lang llegó en ese momento del
concierto, a través de la que daba título a su disco editado en 2015: “Moments
In Time”. Una preciosa balada a la que Lang ha dejado una parte notable del
discurso a su inseparable contrabajista Heiri Kaenzig y en la que, también en
esta ocasión, la armónica cromática de Olivier Ker Ourio ha dispuesto de su
espacio para, sin duda, darle un valor añadido a una pieza pensada, en
principio, para trío. Fue uno de los momentos dulces de la noche en la que
Thierry Lang regresó a Jazz San Javier para volver a lograr un concierto único.
Los aplausos del público así lo refrendaban. Y llegó el final de esta escogida
selección de temas de siempre, pero con el toque y visión de un compositor y
pianista suizo que transcurre, en muchas ocasiones, por senderos tranquilos en
los que va incorporando no sólo el jazz en sí; al él suma otras corrientes de
la denominada música clásica o cualquier otra en la que Lang observe
posibiliades de fusionarse. El final, indicaba, con una de las partituras más
bellas que escribiera el desaparecido Henry Mancini (prolífico compositor de
música para el cine), en una de las películas más duras (por su argumento) que
abordó Blake Edwards en 1962: “Días de vino y rosas”.
El
auditorio aplaudía, puesto en pié, a este gran músico y compositor así como a
sus músicos e invitado para la ocasión, Olivier Ker Ourio. Ya conocen por estas
crónicas, que este público no suele moverse de sus localidades cuando solicita
un bis; es la sana costumbre que posee este auditorio para con los músicos que
visitan el escenario del Parque Almansa, sede de Jazz San Javier. Y con Lang y
su grupo no iba a ser menos. Así que regresaron al escenario y regalaron una
vieja y añorada canción creada por el cantante francés Sacha Distel en 1962:
“The Good Life” (en francés, “La Belle Vie”), con la que Thierry Lang, su trío
y el invitado Olivier Ker Ourio se despedían definitivamente de este auditorio
que les correspondió, y de qué manera tan tangible en cuanto a haber gustado y
mucho, con otros minutos de aplausos ininterrumpidos.
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El cuarteto de Lang al completo. |
La
segunda parte nos iba a presentar a una de las cantantes que habiendo nacido en
los Estados Unidos, se ha incorporado hace mucho tiempo al convivir del Viejo
Continente: Stacey Kent. Casada con el saxofonista y flautista inglés, Jim
Tomlinson, Kent desarrolla buena parte de su trayectoria y proyectos en Europa;
espacio en el que viaja por buena parte de sus estados y va aprendiendo las
diversas lenguas de ellos, hasta el punto, según confesó, de haber tenido un
profesor de portugués. Su concierto comenzaba a ritmo de bossa, con una pieza
titulada “Make It Up” que fue
su tarjeta de visita acogida con un aplauso colectivo del público. A renglón
seguido, una canción de Serge Gainsbourg de 1961 que
también triunfó en la voz de Julliette Greco titulada “Les Amours Perdues”, en la que Kent se acercaba más a la
grabada por su autor.
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La cantante norteamericana Stacey Kent. |
Y
regreso a la “bossa nova”, con una pieza de Antonio Carlos Jobim que Stacey
Kent interpretó un poco más lenta que su autor: “Photograph”. A cambio, Kent la hizo más dulce ya que su voz
parece una caricia cuando interpreta y, probablemente, ahí esté la base de
acompasar un poco ésta y otras canciones conocidas que la cantante
norteamericana incluye en su ya amplio repertorio. Les insistiré en que poco o
nada se notaba su bronquitis hasta ese momento (y ya llevábamos tres canciones).
No se puede dudar de su profesionalidad y técnica porque a pesar de toser en
varias ocasiones sin micrófono, Stacey Kent dejó un concierto precioso, “doucement”
(suavemente, en francés) y que supo ganarse al auditorio a pesar del pre aviso sobre
el estado de su voz.
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El flautista y saxofonista inglés Jim Tomlinson. |
Tras esta pieza
de Jobim, Stacey Kent desplegó su enorme paraguas musical ofreciendo un recital
de piezas de otros tiempos, a las que la norteamericana afincada en Europa
desde los 90 da siempre su cadencia, su personalidad como intérprete. Fue el
caso de “ Happy Talk”, compuesta
por Rodgers y Hammerstein II para el
musical “Pacífico Sur” (1949 y posterior película en 1958); “Face I Love”, éxito de Marcos
Valle en 1968; “Very Thought of You”, incluida en su disco “Tenderly” de 2015;
o “Aguas de Março”, nuevamente Jobim, en la que intentó hacer un dúo con su
esposo; digo intentó, porque quedó en eso ya que Jim Tomlinson no posee el don
vocal, pero sí el de un muy buen instrumentista con el saxo tenor y la flauta.
En su manera de tocar coincidíamos muchos en que tanto Stan Getz como Herbie Mann han debido tener influencia en
Tomlinson.
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Josh Morrison tuvo sus tres minutos de gloria en "Shadow Waltz". |
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Jeremy Brown en su contrabajo. |
Los minutos
transcurrían y con ellos llegaba el final del concierto. Así que Stacey Kent
nos ofreció unas canciones más: “Breakfast on the Morning Tram”
que daba título a su disco de 2007; “Rua Madureira”,
escrita por el francés Daniel Beretta y grabada por el ítalo-francés Nino
Ferrer; tal y como lo editó e interpreta en sus actuaciones, el inmortal “O Bêbado E A Equilibrista/Smile” de Charles Chaplin, y “Shadow Waltz” en la que el baterista Josh Morrinson tuvo sus tres minutos de gloria ya que hasta ese momento, Morrinson había pasado inadvertido por lo exquisito y nada molesto en sus ejecuciones. Antes de que sonara la pieza, Stacey Kent aprovechó para lanzar un envite a la
dirección de Jazz San Javier, indicando que está terminando un proyecto con
orquesta que es grandioso (quedaba nítido que desea regresar a éste
auditorio con ese formato) y daba por concluido su concierto en el XX Jazz
San Javier. El público, puesto en pié, agradecía el esfuerzo y, por qué no, la
actuación tan envolvente que la norteamericana había realizado a pesar de su
contrariedad vocal. Tanto aplaudía el auditorio que sin abandonar el escenario,
Kent y sus músicos añadieron el único bis: “Jardin d'hiver”.
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Graham Harvey se encargó del piano y los teclados. |
En resumen, una noche
para hacer afición al jazz con la maestría del pianista suizo Thierry Lang, que
nos dejaba otra de sus cuidadas y bien realizadas selecciones de temas
estándares para, en la segunda parte, entrar en un universo de “delicatesen”
presentados en el escenario del Parque Almansa de manera “doucement”. Esto es,
suavemente; como aquél título de la canción “Suavemente me mata con su canción”,
compuesta por Charles
Fox con letra de Norman Gimbel en el año 1971. Ciertamente,
Stacey Kent nos “mató” de gusto con su actuación. Mientras digerimos todo esto
esperamos el primer concierto, de los cuatro programados, que se celebra fuera
del auditorio. Nos referimos al que ofrecerán en la Plaza de España el grupo
catalán Funkystep & The Sey Sisters, que promete diversión y buena música.
A ver si para entonces me he recuperado (espero que sí) y les cuento cómo fue
la noche.
Las fotografías están hechas por Goio Villanueva. Pinchando en su nombre puedes visitar su web y blogs.
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Stacey Kent y su grupo al completo. |
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