miércoles, 6 de julio de 2011

DOS MÚSICOS, DOS MANERAS Y EL JAZZ DE FONDO



La tercera jornada de Jazz San Javier deparó a su auditorio dos conciertos bien diferenciados en los conceptos y repertorios, aunque no exentos de las líneas básicas en las que los músicos de jazz se suelen mover. La primera parte estuvo protagonizada por el trompetista catalán, Raynald Colom y su grupo compuesto por Vicent Macian, saxo tenor; Marco Mezquida, piano; Tom Warburton, al contrabajo; el percursionista, Roger Blavia, a la percusión y el baterista, Marc Ayza. El segundo concierto de la noche corrió a cargo del trío del pianista jamaicano, Monty Alexander, que en este regreso a Jazz San Javier lo hizo acompañado de Hassan Shakur, en el contrabajo, y Obed Calvaire, a la batería.  Dos maneras de ver y entender la música de jazz, con la diferencia añadida de la juventud de Colom y la veteranía del sesentón Alexander.

En ese primer concierto del tercer día de Jazz San Javier, el trompetista Raynald Colom comenzó con fuerza su actuación a través de una de sus creaciones: “Ouverture”. Una vez bien ensamblado el sexteto, Raynald Colom y sus músicos atacaron “Morning sunrise”, pieza que según explicó posteriormente el propio Colom está dedicada a su hijo de siete meses de edad. Tras una breve salutación al auditorio, Colom presentó otra composición de su cosecha, “El baka” –que dedicó a todos los damnificados por el terremoto de la ciudad murciana de Lorca, a los que dio muchísimo ánimo-, en la que el contrabajista Tom Warburton protagonizó una excelente entrada, antes de que el resto del sexteto se incorporara. Raynald Colom da espacio a cada uno de sus músicos, como dejó demostrado a lo largo de todo su concierto de San Javier.

Después de la intensidad de sus tres primeras piezas en las que se dejaban asomar retazos del estilo “free” y un concepto muy actual de estructurar los temas, Raynald Colom nos regaló una preciosa balada de Van Heuser titulada “I thounght about you”, en la que hizo una demostración de su dominio con la trompeta y de cómo ha asimilado lo aprendido de maestros como Wynton Marsalis, entre otros, y a la que arrancó preciosas y delicadas notas que fueron adornadas por los toques sosegados de escobillas en la batería, así como otro sutil solo del pianista Marco Mezquida, sin olvidarnos del contrabajo de Tom Warburton. Una pieza que resultó exquisita y adecuada para el momento del concierto en la que se interpretó, provocando los clásicos aplausos del respetable en cada uno de los solos.

El veterano percusionista Roger Blavia llevó a cabo un sugerente solo de introducción para “La llegada”, otra pieza de Colom, en la que se dejaban sentir líneas de Cannonball Adderley entre otras influencias. Esta fue otra de las composiciones para el sexteto, en las que cada uno tuvo su momento de gloria con una perfecta ejecución. Tema que cerraba este concierto del catalán Raynald Colom y su sexteto, que como tal llegaban por primera vez a Jazz San Javier. Pero el público, que es la máxima autoridad en estas lides, pidió un poco más y el sexteto no se resistió a ello. De vuelta al escenario del Parque Almansa, Raynald Colom y su grupo regalaron una pieza más dedicada, según explicó el trompetista, al gran contrabajista argentino afincado en Barcelona, Horacio Fumero, que ha sido su mentor, y con el que el sexteto culminó un concierto bien estructurado y mejor ejecutado. Creo coincidir con varios colegas, cuando afirmo que Colom es el futuro hecho ya realidad en el panorama del jazz español. A pesar de que su último trabajo en disco, “Evocación”, está dedicado a la fusión del flamenco con las tendencias del jazz, en San Javier Colom desarrolló un concierto más jazzístico que de fusión. Mi enhorabuena más sincera.

La segunda parte de este tercer día en Jazz San Javier tuvo un decorado distinto, con una manera diferente de entender la música pero sin dejar las mismas bases pero con otro tiempo. Era Monty Alexander y su trío conformado por Hassan Shakur, en el contrabajo, y Obed Calvaire, a la batería. Su aparición en escena fue uno a uno comenzando por el baterista, seguido del contrabajista y finalmente, por fin, Monty Alexander con atuendo elegante y a la vez informal. Como no podía ser de otra manera, un calipso  con tema del trompetista Blue Mitchell titulado “Happylypso/Fungii mama” para abrir un concierto que se presumía, como así fue, de primerísima calidad. Una pieza sobre la que Monty Alexander iba introduciendo fragmentos de otros temas clásicos del amplísimo repertorio del Book Jazz, como lo demuestran los 12 minutos que duró este primer tema.

Sin apenas respirar, el trío atacó una segunda pieza del amplio repertorio del recordado Frank Sinatra creada en 1957 por Jimmy Van Heusen con letra de Sammy Cahn titulada “Come Fly With Me”, que tampoco pudo escapar limpiamente de su partitura original, ya que los conciertos del pianista Monty Alexander se caracterizan, precisamente, por ser improvisados y en cada una de las composiciones que se interpretan introducir fragmentos de otros temas igualmente conocidos. En consecuencia, los repertorios de cada concierto de Monty Alexander no están decididos de antemano, si no que dentro de una amplia lista y en virtud al climax que se cree entre el auditorio y los músicos, así se van desgranando. Y esto es, exactamente, lo que ocurrió en Jazz San Javier la noche del pasado 2 de Julio.

El público –que se había entregado desde la primera nota musical- respondía en perfecta comunión con los músicos y Monty Alexander hacía lo propio echando más carne en el asador, cuan si un concienzudo “chef” de alta cocina se tratara. Un poco de sal para ir condimentando ese menú tan exquisito que el jamaicano preparaba fue su creación “Renewal”. No faltaron, en consecuencia, ritmos “reggae” como buen jamaicano y músico que formó parte de The Skatalites, el primer grupo que acompañó al también recordado Bob Marley. Dos temas del que fuera rey indiscutible de esa música como fueron “No woman, no cry” y “Running away”, en una recreación intensa de Monty Alexander que en cada una de las piezas que deja sonar parecen temas nuevos.

En el ecuador de este concierto de regreso a Jazz San Javier, Alexander y su trío continuaron aliñando ese menú plato a plato. “Hope”, magnífica pieza de su álbum “Goin’ Yard” editado en 2009 dejaba otra muestra inequívoca del talento y entrega de este pianista, que ha acompañado a los más granado del jazz desde que llegara a los Estados Unidos a finales de 1961. El público, que no cesó durante toda la actuación de animar al trío y congratularse por tan enorme concierto, demandó mucho más del Monty Alexander que una vez regresaron al escenario, atacaron el clásico “Sweet Georgia Brown” y el tema de Duke Ellington “Things Ain't What They Used To Be”, con el que ya parecía haber finalizado su actuación.

Pero el auditorio parecía no tener ni prisa por marcharse ni vivienda donde pernoctar. Así que, una vez más, volvieron a sus instrumentos para regalar una versión de “Banana boat”, con la melódica; instrumento que suele utilizar en casi todos sus conciertos. Este clásico calipso fue la excusa perfecta para que el público pasara a formar parte del trío. Una versión ésta en la que, como en otras de las piezas del concierto, Monty Alexander iba introduciendo cortos pasajes de otros temas como unos acordes de “Berimbao”, de Baden Powell. Aún habría otro bis, con un clásico de Nat King Cole sobre el que, como no, se recrearon los tres músicos que capitanea Monty Alexander, a los que el auditorio despidió con un más que agradecido y ganado aplauso y vítores, muestra inequívoca del imborrable recuerdo que el pianista jamaicano dejó en esta su segunda visita a Jazz San Javier.

En definitiva, noche de auténtico jazz con dos decorados diferentes cuyos protagonistas fueron Raynald Colom y su sexteto en una línea más clasista si se quiere aunque con pinceladas más actuales y ribetes de “free” para, en la segunda parte, dar paso a la maestría y genialidad del trío que lidera Monty Alexander. Ambos hicieron de esta tercera jornada una de las que más se recordarán, seguro, de esta XIV edición de Jazz San Javier. Tan sólo llevamos tres jornadas y el cuerpo ya anda "destrozado" con tanta emoción y "sinvivir" musical. Espero sobrevivir a ello y llegar hasta el 30 de Julio, fecha de la clausura. Os lo contaré. Seguro.
Como es habitual, las fotos son de MARTA PINILLA ALDARAVÍ.

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