domingo, 19 de julio de 2009

CONTRASTES MUSICALES EN JAZZ JAVIER, DURANTE LA NOCHE DEL SÁBADO




La cantante, Sole Giménez (ex Presuntos Implicados), presentó en el Jazz San Javier 2009 su nuevo trabajo discográfico "Dos gardenias", en el que realiza un recorrido selecto por las canciones de éxito de artistas hispanoamericanos más recientes, otras inmortales y algunos "guiños" a temas brasileños, en un concierto que nos ha mostrado a una Sole Giménez esplendida y sobresaliente, arropada por una banda de lujo integrada por el pianista, José Reinoso; en los saxos y flauta, Francisco Blanco “Latino”; Natxo Tamarit, en la guitarra española; el gran Mario Rossy, en el contrabajo, y Yoel Páez, en la percusión.
Con esta banda de lujo sonaron temas como “Vivir sin aire”, “Todo se transforma”, “A Dios le pido” o “Yo vengo a ofrecer mi corazón”. Todos ellos guardando su esencia, pero con arreglos para la música de jazz de primer orden. Y es que con una banda de esta categoría –ya lo hemos comentado en diversas ocasiones- transportar los ritmos del Caribe, Colombia, Méjico o Cuba no es tarea complicada, como lo demostraba el calor del público que llenó el auditorio del Parque Almansa una noche más. Temas de éxito de sus autores como Maná, Juánes o Fito Páez.
Pero también aparecieron las canciones inolvidables que sobreviven al tiempo y a las que Sole Giménez y esta banda dieron una versión absolutamente diferente a las presentadas a fecha de hoy. "Toda una vida", "Dos gardenias", "Gracias a la vida" o "Esperaré" eran sonidos que nos han acompañado en la vida, pero enmarcados en nuevos formatos que los hacen casi novedosos.
Y entre ellos, los recuersos para algunos temas significativos de Presuntos Implicados y dos piezas de Jobim; una de ellas."Aguas de Marzo", con letra en español y un ritmo entre "bossa" y "cha, cha, chá" que, como indicaba, parecía una canción nueva mientras que si cerrabas los ojos podías "ver" al combo del recordado Tito Puente.
Una gozada de concierto que para muchos de los presentes ha consolidado a Sole Giménez, como uno de nuestros más firmes valores de la música española, en general, y del jazz en particular.
El contraste -aunque también tuvo palabras de elogio para la cantante española- lo puso el bajista norteamericano, Víctor Bailey y su grupo, conformado por el gran Puggie Bell, a la batería; David Gilmore, en la guitarra, y Peter Horvath, en el piano y teclados. La fusión de vanguardia fue la tónica dominante en este concierto del bajista norteamericano, que inició con dos piezas de su cosecha: “Goose Bumps” y “Lowblow”.
La trayectoria de Víctor Bailey es extensísima y lo prueba sus anteriores visitas a Jazz San Javier, formando parte de las formaciones que acompañaban a otros destacados nombres del género, como fue el caso de Larry Coryell. En esta XII edición, Bailey posee proyecto propio ya que es un consumado compositor, como ocurre con otros compatriotas como Marcus Miller. Por ello, su concierto en esta cita estuvo basado en partituras de su reserva.
El sonido de Bailey y su grupo es contundente y fluido, enmarcándose en esa corriente del jazz norteamericano que pusieron de moda nombres como George Duke o Richard Tee, por citar a dos de ellos, durante los años 80 del pasado siglo.
Bailey cerró su nuevo paso por Jazz San Javier, tras una hora y doce minutos, a la que hubo que añadir otros 10 minutos de bis, ante la insistencia del auditorio que había quedado “noqueado” por el excelente concierto de Bailey y su banda.



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