El pianista
Bill Charlap atrapó al auditorio con sus clásicos del jazz. Depués, Ruthie
Foster enamoró a un público entregado con la cantante tejana.
El trío de Bill Charlap. |
La octava
jornada del XVIII Jazz San Javier resultó redonda, tras escuchar los conciertos
que ofrecieron el trío del pianista norteamericano Bill Charlap y la cantante y
compositora negra tejana Ruthie Foster. Dos conciertos diferentes pero de alta
calidad interpretativa, que dejó un placentero resultado en el auditorio del
Parque Almansa, sede de este festival. Los estándar del jazz y piezas a caballo
entre el blues, soul o la música vaquera proporcionaron un clímax perfecto para
la noche del viernes marmenorense.
El
neoyorkino Bill Charlap está considerado como uno de los más prestigiosos
pianistas del jazz norteamericano y uno de los mejores intérpretes de los temas
clásicos o estándar del género. Y ambas cosas las demostró con creces, durante
el concierto ofrecido el pasado viernes, día 17 de julio, en el auditorio del
Parque Almansa dentro de la XVIII edición de Jazz San Javier. Y no es de
extrañar, si se tiene en cuenta que Charlap nació en el seno de una familia
musical. Su padre era compositor en Broadway y letrista de obras como Peter Pan
o Alicia a través del espejo. Su experiencia en el musical, pues, era muy
notable y aportaba la base para que Bill tuviera dónde apoyarse en su futuro.
Por su parte, Sandy Stewart, su madre, era una popular cantante que trabajó en
la orquesta de Benny Goodman, en el programa televisivo de Perry Como y logró que una canción suya fuera nominada a los Grammy. Con esos progenitores, Bill Charlap tenía que
dedicarse a la música; lo había mamado desde pequeño y siendo muy joven, se
inició en sus estudios de piano. Tuvo un profesor de jazz y otra profesora de
clásico, por lo que se puede afirmar que su formación ha sido bastante
completa. Pero sin duda, Charlap comenzó a experimentar más en serio cuando a
finales de la década de los 80 del pasado siglo XX, se une al grupo del
saxofonista Gerry Mulligan, con el que desarrolló una etapa muy interesante.
Después tocaría con Phil Woods para, posteriormente, ser acompañante de
artistas como Tony Bennett, Carol Sloam o Benny Carter entre otros.
Bill Charlap dejó patente su exquisitez interpretativa. |
Su carrera
en solitario comienza en 1994 y dos años más tarde graba su primer disco de
trío, con Peter Washington, al contrabajo, y el baterista Kenny Washington, a
la batería (no son familia). Desde entonces hasta hoy, este trío es uno de los
más escuchados en clubes y salas norteamericanas; sobre todo de Nueva York,
donde Bill Charlap nació y creció convirtiéndose en uno de sus mejores
pianistas. Su tarjeta de presentación en Jazz San Javier fue “Godchild”,
con la que logró conectar de inmediato con los aficionados que presenciaban su
actuación. Tras un saludo de agradecimiento, presentó a su trío y explicó la
pieza que había interpretado de Gerry Mulligan. Tras ella, el trío comenzó a
desplegar esos clásicos del género imprimiéndoles su sello personal (que es de
muy alta calidad). Así sonaron temas como “Rocker”, “Like Someone In Love”,
“I’ll Remember April”, “Updown/Downtown”, “In The Still Of The Night” o
“Stardust”, que dibujaron un concierto pletórico de este trío habitual en el
Blue Note neoyorkino.
Peter Washington domina el contrabajo a la perfección. |
Los tres músicos son una muestra inequívoca de cómo
hay que tocar el instrumento. Sus ejecuciones son sumamente delicadas cuando la
pieza lo requiere (en las baladas) y enérgicas cuando el swing se hace más
intenso. El autor de las fotografías, Goio Villanueva, me indicaba que casi le
daba vergüenza disparar su cámara por si molestaba. Esto da una idea exacta de
cómo eran esas interpretaciones en los momentos sosegados del concierto. Si
Bill Charlap sabe deslizarse por las 97 teclas del Stenway & Son, el
contrabajista Peter Washington domina a la perfección las cuatro cuerdas de su
instrumento, mientras que su compañero de ritmo, el baterista Kenny Washington,
utiliza la batería clásica de siempre (bombo, caja, ton de bombo y otro base, más
charles o hihat y dos platos; un crash y
un ride), de la que extraía los más delicados y briosos sonidos. Kenny domina
tanto la baqueta como la escobilla; no en vano está considerado, en estos
momentos, como uno de los mejores del mundo.
Pues mostrándose el trío como si estuviera en casa
(era su primera visita a Jazz San Javier), los temas del libro de estándares
seguían sonando en esas versiones personales que Charlap y los rítmicos
Washington creaban sobre el escenario. Temas como “Goovin’ High”, “Glitter & Be
Gay”, otro clásico como “Jump”, “Somewhere” y el que cerraba su concierto,
“Cool”, dejaban un regusto general sobre el graderío que ocasionaron un clamor
y ovación general, con el personal puesto en pié y demandando más
interpretaciones de este trío que lidera el pianista neoyorkino Bill Charlap.
¡Qué gran concierto y cuánta maestría! Charlap no se hizo de rogar (es una
persona sencilla pero grande a la vez) e interpretó una composición de Rodgers y Hart, “It Never Entered My Mind”, que hizo enmudecer al auditorio durante su
ejecución pianísimo. Ovación final para este gran pianista y músico, que tiene
ganados ya muchos enteros para regresar en otra edición.
Nadie duda de que Kenny Washington es uno de los mejores del mundo. |
La segunda
parte de esta octava jornada trasladó su escenario a los campos y ciudades de
Texas. Lo hizo a través del repertorio de una grandísima cantante y
compositora, Ruthie Foster, que al igual que hizo su predecesor en el
escenario, supo ganarse al público desde la primera interpretación. Arropada
por una banda contundente y compacta, tanto en los instrumentos como en los
coros, Ruthie Foster pintó un ambiente sureño de los que ponen el bello de
punta. Sus acompañantes son Scottie Miller, piano, órgano Hammond B3 y
mandolina; El bajista, Larry Fulcher y la baterista (cómo utiliza las cucharas
en los temas vaqueros) Samantha Banks. Todos ellos hacen coros. Ruthie Foster
apareció en escena, saludó y dijo estar contenta de estar en España y en San
Javier y realizó su introducción musical para dejar claro qué nos esperaba en
la próxima hora y media, con un tema solamente vocal, que da título a su más reciente disco: “Brand
New Day”.
Ruthie Foster enamoró al auditorio desde la primera canción. |
Luego volvió a indicar que ha estado escuchando
durante mucho tiempo a B.B. King y la música fluyó como el agua del manantial.
El recital siguió con “Singin The Blues”, “Small Town Blues”(a caballo entre
el country y blues, lo que casi la convierte en un rock’n’roll), “Richland Woman Blues” (la pieza en la que
Samantha Banks tocó las cucharas, también con aire vaquero), una balada country
llevada al terreno soul “Fruits Of My Labor”, “The Ghetto” o “I Really
Love You”. Para entonces, el auditorio hervía en
calor humano, el foso ya estaba bien complete y la noche se convertía en
especial escuchando esa voz tan limpia y grande que nos llegaba desde Texas.
Scottie Miller no sólo se ocupa del Hammod y los teclados, también de la mandolina. |
Es lógico adivinar que siendo de
Texas, Ruthie Foster tiene una poderosa influencia de la música country. Pero
ha sabido llevarlas a terrenos del soul y blues, acercándose en momentos al
rock y pasando también por ciertos ribetes de reggae. San Javier tiene un
público diferente al de otros escenarios y la cantante tejana y su grupo lo
constataban a cada nueva canción que sonaba, como quedó patente en “Ring of
Fire”, “When It Don't Come Easy”, una impecable “Phenomenal
Woman”, o la original introducción que realizó en “Runaway Soul”, para
continuar con “My Kinda Lover” y “Aim For The Heart”. El calor ambiental y el
humano se habían fundido en uno dejando el auditorio como una olla a presión,
que dejaba escapar los excedentes por los aledaños del Parque Almansa.
Larry Fulcher domina tanto su bajo como los coros. |
Nadie se mostraba impasible ante
tanto espectáculo, calidad interpretativa y música como la que esta cantante
negra nos dejaba cada tres o cinco minutos. Ruthie Foster había conquistado
nuestras almas; estaba nítido. Pero no quería dejarnos aún, así que nos lanzó
otro par de buenas interpretaciones: “Stone Love”
y “Travelin' Shoes”, con la que finalizaba su concierto
de hora y 25 minutos. El éxtasis colectivo estalló y los aplausos, vítores y
silbidos de aceptación absoluta no cesaban en el auditorio. Los conquistados
querían más y Ruthie Foster y su cuarteto lo dieron, en un bis vocal que nos
trasladó de inmediato a los campos de algodón: “Titanic”. Con ella, la cantante
sureña daba por concluida su primera visita a Jazz San Javier. No te
olvidaremos y apostamos también por tu regreso en futuras ediciones. Grandiosa,
Ruthie.
La baterista y percusionaista Samantha Banks. |
En resumen, una octava jornada que
resultó redonda en jazz, interpretaciones y blues, country y soul. Dos
conciertos de contrastes, que conformaron una noche idílica y singular. La
próxima nos depara también, conciertos contrastados. La primera parte una
fusión de la denominada música clásica llevada a terrenos del jazz, con un trío
e invitados españoles: Picazo, De Lera y Cucciardi. La segunda parte nos
llevará hasta las calles y barrios parisinos, con el acordeón de Richard
Galliano y su invitado: el guitarrista galo Sylvain Luc.
Todas las fotografías son obra de GOIO VILLANUEVA
El cuarteto de Ruthie Foster triunfó plenamente en el festival. |
A Very Detailed Account
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