El saxofonista
norteamericano ofreció un concierto en Jazz San Javier, que incluso los más
iniciados aún están digiriendo. El cuarteto mantuvo una concentración musical
absoluta, no exenta de diversión.
El saxofonista norteamericano Joshua Redman. |
La sexta jornada del XIX Jazz San Javier
ha sido, tal vez, la imprescindible de la presente edición a tenor del cartel
que se presentaba. El cuarteto del saxofonista norteamericano Joshua Redman
conformado por el baterista español Jorge Rossy; Joe Sanders, al contrabajo y
el pianista Kevin Hays nos auguraban una noche de aprendizajes, vivencias y
apta para los sentidos que sin duda ha dejado su huella entre todos los
aficionados pero, especialmente, entre los que desde siempre hemos denominado
los “pata negra” del género. Cada generación de músicos da una serie de ellos
que sobresalen por encima del resto y Joshua Redman lo es entre los de su quinta. Tan
sólo hay que, además de verlo y escucharlo, repasar su historial que comienza
desde bien joven. Dos datos para que nos hagamos una idea. El primero es que su
padre fue otro gran saxofonista, Dewey Redman, con el que Joshua comenzó a
estudiar clarinete desde muy pequeño, aunque más tarde se decantara por el
mismo instrumento que su padre. Y el segundo de los datos es que fue graduado
“summa cum laude” por Harvard. Con esas dos cartas de presentación el hecho de
tener la oportunidad de poder asistir a uno de sus conciertos y no hacerlo a
conciencia es como para no perdonárselo. Y ahora, lo que dio de sí su
participación en el XIX Jazz San Javier que fue una dosis selecta con efectos
retardados durante semanas.
El pianista Kevin Hays subrayando un fraseo del concierto. |
Los que tuvimos el acierto o la suerte de
elegir el pasado viernes 14 Jazz San Javier, todavía no hemos digerido bien lo
que allí se nos suministró. Pero ni el que suscribe, a pesar de los muchos años
que llevo escuchando esta música, ni siquiera aquellos que son músicos (y los
hubo en cantidad destacada y con todos su sentidos abiertos al máximo), ni
aficionados que no son músicos pero que lo son desde varias décadas a este
género y no digamos de aquellos que hace poco se han aficionado al jazz. Lo del
cuarteto que lideraba el saxofonista Joshua Redman fue como esa Clase Magistral
que todos estábamos necesitando desde hace tiempo y que, por unas
circunstancias u otras, aún no había podido ser. Y aprendimos; unos más que
otros, pero todos nos llevamos en nuestra mente, alma y cuerpo una lección para
mucho tiempo que iremos desmenuzando poco a poco.
La tarjeta de presentación fue “Trust”, una pieza de Joe Sanders, en la que Redman
ya dejó nítido quien era y a qué llegaba a San Javier. Y no digamos sus
compañeros de escenario y pequeña gira cuyo final, miren ustedes por dónde,
estaba esa noche y en ese escenario del Parque Almansa. Si Redman incitaba,
allí estaban el pianista Kevin Hays para subrayar la frase. Y Joe Sanders
matizaba desde su contrabajo con finura y delicadeza, mientras que el español
Jorque Rossy concretaba y marcaba el camino desde su batería para que ninguno
se perdiera. Y una vez indicados los márgenes por los que iba a transcurrir
este Magisterio, una pieza del propio Redman titulada “Kite Song” con la que
comenzaban los capítulos de esta doctrina.
Joe Sanders es un contrabajista que sabe matizar de manera sutil y delicada. |
El auditorio –insistiré en
ello varias veces- permanecía en silencio mientras las notas fluían sin parar;
mientras los cuatro músicos mantenían una conversación sólo apta para muy
iniciados en estas materias y con una absoluta concentración en lo que se
estaba tratando. Sólo entre una pieza y otra, el público estallaba aplaudiendo
y vitoreando aquella realidad tangible, mientras desde el escenario se escapaban
sonrisas y bromas mutuas pero siempre guardando la compostura.
Con estos dos primeros temas, todos
teníamos clarísimo qué nos esperaba. Por lo tanto, no era cuestión de despistes
ni viajes a la cantina ni a los aseos. Allí no se movía nadie del aforo y sólo
lo hacían los cuatro del escenario. Cuatro composiciones más, nos fueron instruyendo
en lo mucho que teníamos por aprender a través de “Sweet Caroline”, del
pianista Kevin Hays, “MMMM Yeah” y “Kalypso”, de Jorge Rossy, y otra creación
de Joshua Redman: “Borrowed Eyes”. Bueno, bueno. El auditorio no podía aguantar
más y se puso en pié, aplaudiendo, silbando de buen rollo y dejando escapar
admiraciones por los cuatro músicos.
El gran baterista español Jorge Rossy, que mantuvo al cuarteto en el camino del discurso musical. |
La noche estaba resultando propicia,
tanto en lo meteorológico como en lo musical. Y quedaba todavía mucho tiempo
por delante, así es que el cuarteto de Joshua Redman decidió continuar
alumbrándonos el camino con otra andanada de temas creados por los cuatro
músicos como “While She's Dreaming” y “Unscrappulous”, que nos dejaron a
todos listos de papeles para comenzar a pensar seriamente en lo que acabábamos
de recibir y percibir en el auditorio del Parque Almansa. Antes del final, Joshua
Redman volvió a dirigirse al público en español (lo había hecho casi al
principio, merced a varias notas que seguramente le escribió Rossy), para
darnos las gracias por la asistencia y manifestarse en la esperanza de que
hubiéramos pasado un excelente rato con ellos y su música. Era todo el español
que tenía (escrito, claro). Y fue entonces cuando puso el punto y final, con
otra creación del pianista Kevin Hays: “All I Have”.
Redman está considerado el mejor saxofonista de su generación y así lo dejó patente en Jazz San Javier. |
El
auditorio se venía abajo. ¡Qué pedazos de músicos y cuánta generosidad para con
el público! No era un sueño, sino una realidad en la que todos habíamos estado
presentes. ¡Qué suerte la nuestra! Gracias, por tan gran lección. El público no
quería marcharse y demandaba un poco más. Y el cuarteto regresó al escenario,
para regalar otra composición de Jorge Rossy titulada “Bolero”, que fue la
guinda a un pastel único e irrepetible. De nuevo, el saludo y agradecimiento de
Joshua Redman, Joe Sanders, Kevin Hays y Jorge Rossy que iba ataviado con una
falda birmana, camiseta y sombrero; siempre saliéndose de las normas, porque él
es así y nos gusta que siga siendo como es. Y otra anécdota simpática, que tal
vez sea conocida, de Joe Sanders: Deja sus zapatos (en esta visita a San Javier
eran botas de caña corta) en un lado del escenario y toca en calcetines de colorines.
Auténtico.
En
resumen, que esta visita del cuarteto que lidera Joshua Redman era esperada por
los que son aficionados al jazz y no defraudando. Antes al contrario, nos dejó
sin respiración a todo el auditorio dándonos una Lección Magistral de cómo
desarrollar esta música con total concentración pero sin perder el espacio para
la diversión. El mejor concierto de la presente edición. Hablaremos de los que
nos esperan, como son los casos del español Toni Zenet (que sustituye a Rosa
Passos) y del grupo norteamericano de fusión Spyro Gyra. Eso para la noche del
sábado y antes de que el tornado Steve Vai llegue al Parque Almansa. Les voy
contando.
Las fotografías son obra de Goio Villanueva.
El cuarteto al completo en un momento de su actuación. |
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